Detengan la carne: McDonald’s evita la medida audaz que debe tomar para reducir sus emisiones
McDonald's realiza grandes compromisos relacionados con el cambio climático, pero los expertos se muestran escépticos al ver que la carne de res domina el menú. Foto: Steve Stock/Alamy

Cada año, McDonald’s compra nada menos que mil 900 millones de libras de carne de res que utiliza en las hamburguesas de millones de Cajitas Feliz, Cuartos de Libra, Big Macs, Hamburguesas Triples con Queso y otras populares hamburguesas con carne que sirve en todo el mundo.

El impactante volumen de carne requiere que la empresa y sus proveedores sacrifiquen más de 7 millones de reses, según algunos cálculos, y eso conlleva un elevado costo para el medio ambiente: los más de 53 millones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero que McDonald’s produjo en 2020 superan las emisiones de varios países europeos.

En los últimos años, la empresa anunció grandes iniciativas de sustentabilidad, sin embargo, los expertos climáticos que revisaron los planes y datos de McDonald’s señalan que la empresa de comida rápida está evitando en gran medida la única medida audaz que debe tomar para disminuir sus emisiones: reducir drásticamente la cantidad de carne de res que ofrece.

La pura verdad es que McDonald’s se encuentra en un negocio que fundamentalmente se opone a la integridad de la Tierra“, dijo Gidon Eshel, profesor de investigación de estudios ambientales y urbanos en Bard College. “Ninguna fórmula engañosa, por muy persuasiva que sea, puede cambiar este hecho”.

McDonald’s anunció su plan más reciente en octubre, entre la creciente presión sobre las empresas para que tomen medidas. Los fondos de inversión que gestionan más de 29 mil millones de dólares en activos pidieron a finales de septiembre a las mil 600 empresas más contaminantes del mundo que reduzcan sus emisiones conforme a la ciencia del clima. Además, un estudio reciente reveló que el sistema alimentario mundial es responsable de un tercio de las emisiones de gases de efecto invernadero, y que la industria de la carne de res representa hasta el 25% de esa cifra.

La carne de res es especialmente problemática porque las reses liberan altos niveles de metano, un potente gas de efecto invernadero, en sus eructos y estiércol. La cantidad de alimento, agua y tierra que necesitan las reses para producir una libra de carne es mucho mayor que la de otros animales, y eso incrementa su huella de carbono. La cría de reses representa una “carga multidimensional” para la Tierra, explicó Eshel, ya que la industria también contamina, consume agua y fomenta la deforestación.

Los comunicados de McDonald’s sugieren que ya se encuentra en vías de reducción de sus emisiones. Su plan de sustentabilidad de 2018 se comprometió a reducir para el año 2030 las emisiones totales de sus restaurantes y oficinas en un 36% y a reducir la “intensidad de las emisiones” de toda su cadena de suministro en un 31% en comparación con los niveles de 2015. En octubre, la empresa anunció un compromiso de “cero neto” de emisiones para el año 2050 e incluyó un optimista informe de progreso sobre sus metas de reducción de emisiones de 2018.

Sin embargo, los científicos climáticos cuestionan los cálculos que sustentan los planes de McDonald’s de 2018, y un análisis más minucioso de su informe de progreso de 2021 revela que se han logrado pocos avances. El nuevo plan de “cero neto” también suscita las críticas de los grupos ecologistas por su falta de detalles y su largo plazo temporal.

Lo que resulta más importante es la ausencia de cambios en el menú que se necesitan para reducir significativamente la producción y las emisiones de carne de res, dijo Jennifer Molidor, activista principal de la campaña alimentaria del Centro para la Diversidad Biológica.

“Cuando se trata de la solución más significativa para la crisis climática, servir mucha menos carne de res y optar por opciones bajas en carbono de inmediato, no vemos la acción que necesitamos en los menús de esta megacorporación“, señaló. “El hecho de que no actúe con valentía respecto a sus menús sugiere que tal vez su motivación no es mitigar el cambio climático, sino manejar a los inversionistas”.

En un comunicado, un vocero de McDonald’s no abordó las preguntas específicas sobre las emisiones o sus planes, aunque señaló que la empresa ha estado “realizando acciones ambiciosas para ayudar a combatir el cambio climático en las áreas donde tenemos las mayores oportunidades de impacto”, incluyendo la reducción de los residuos de envases y mejorar la gestión del ganado.

Calificó las críticas contra sus planes como “basadas en opiniones”.

McCálculos

Molidor comentó que para entender la historia que cuentan las complejas cifras y la terminología de McDonald’s es necesario ser un “nerd del clima”, y eso por sí solo ya es una señal de alarma.

“Uno de los principales indicios de que algo es ‘greenwashing‘ es que no es claro ni transparente“, añadió.

El comunicado de prensa de octubre de McDonald’s presume una “reducción del 8.5% de las emisiones absolutas de nuestros restaurantes y oficinas con respecto al punto de referencia de 2015”.

No obstante, los restaurantes y las oficinas representan un porcentaje muy pequeño de las emisiones de McDonald’s, lo que significa que el porcentaje del 8.5% es mucho menor de lo que la mercadotecnia hace parecer.

La reducción se debe principalmente a que McDonald’s está utilizando focos más eficientes en sus casi 40 mil restaurantes, explicó Dexter Galvin, director global de corporaciones y cadenas de suministro de CDP. Esta organización sin fines de lucro dedicada a la transparencia medioambiental trabaja con McDonald’s y con otras grandes empresas para implementar y evaluar el progreso de los planes climáticos de las compañías.

Galvin lo calificó como un buen primer paso, pero indicó que no se trata de “una reducción material”. Eso tendrá que provenir de los cambios en la operación de carne de res de la empresa, añadió, y el comunicado de prensa destaca el progreso de McDonald’s en este aspecto: “Una reducción del 5.9% en la intensidad de las emisiones de la cadena de suministro con respecto al punto de referencia de 2015″.

Sin embargo, las emisiones siguen aumentando, aunque de forma ligeramente más lenta que antes. La “intensidad de emisiones” describe la cantidad de emisiones por unidad del producto. Si la empresa crece, como es el caso de McDonald’s, entonces sus emisiones también pueden aumentar. Las emisiones de la producción de carne de res y de la cadena de suministro de la empresa se elevaron alrededor de un 40% de 2017 a 2020, según los datos revelados a CDP.

Galvin comentó que McDonald’s está “construyendo los sistemas y procesos” que necesita para reducir los gases de efecto invernadero que emiten sus actividades de producción de carne de res y sus cadenas de suministro, pero añadió que “tienen que comenzar a mostrar una reducción realmente significativa, y creo que llegará un punto en el que tendrán que diversificar lo que ofrecen en sus menús”.

El compromiso de McDonald’s de alcanzar el “cero neto” para el año 2050 también ha sido criticado porque este tipo de planes pueden permitir que los contaminadores sigan emitiendo altos niveles de gases de efecto invernadero durante las próximas décadas. Para compensar las emisiones que las empresas siguen produciendo, los programas de “cero neto” suelen basarse en planes de compensación de carbono, los cuales han sido objeto de múltiples investigaciones que señalan la existencia de cálculos de carbono erróneos y efectos dudosos, así como en la tecnología de captura de carbono, que es costosa y aún no funciona a gran escala.

A pesar de que los planes y las métricas de McDonald’s son complejos y polémicos, tienen un gran valor comercial porque le proporcionan al público no experto la apariencia de un progreso real, señaló Molidor.

McDonald’s se está aprovechando de la gente que no entiende este tipo de cálculos“, añadió.

‘Las empresas podrían hacer que fuera genial comer una hamburguesa más pequeña’

El año pasado, Burger King presentó carne de res elaborada con reses que, según dice, eructan y emiten menos flatulencias gracias a la incorporación de citronela a su dieta, mientras que investigadores alemanes desarrollaron una estrategia de “entrenamiento para ir al baño” para las vacas que, afirman, reducirá las emisiones de gases de efecto invernadero.

Aunque algunas personas sostienen que la reducción del consumo es el único enfoque significativo, la contribución de la industria de la carne de res a la crisis climática exige “un enfoque de todo el sistema alimentario“, señaló Mario Herrero, profesor de sistemas alimentarios sustentables de la Universidad de Cornell. Eso incluye soluciones creativas para mejorar el cuidado de los animales, reducir los residuos, perfeccionar las prácticas de gestión y otras medidas, no obstante, comentó que los bajos precios y la accesibilidad de McDonald’s fomentan su popularidad y sus emisiones.

Un aspecto importante es que el público comprenda mejor el costo para la salud, el medio ambiente y la economía que conlleva la producción de carne de res y que esta sea consumida y tenga un precio acorde, dijo.

“Si McDonald’s o cualquier productor es serio respecto a afrontar el problema, ofrecerá un mensaje de moderación del consumo e incluirá los verdaderos costos de la carne de res”, comentó Herrero.

Los gobiernos podrían aplicar un impuesto sobre la carne de res, imponer regulaciones o recortar los cuantiosos subsidios otorgados a la industria con el fin de mantener los precios bajos. Un análisis de 2015 reveló que el precio de una Big Mac estadounidense pasaría de 5 a 13 dólares si se eliminaran los 38 mil millones de dólares en subvenciones para el sector cárnico. Sin embargo, el expresidente de Estados Unidos Donald Trump y la derecha ya convirtieron el consumo de la carne de res en un punto álgido en la guerra cultural, y cualquier medida de este tipo sería “un tema político delicado”, reconoció Herrero.

Ante la ausencia de voluntad política, las empresas son las que deben tomar la iniciativa, y McDonald’s lleva años de retraso con respecto a sus competidores, como White Castle, Burger King y otros, respecto a la introducción de opciones de hamburguesas de origen vegetal. McDonald’s solo comenzó a realizar pruebas de su McPlant en un pequeño número de países europeos y cinco tiendas estadounidenses este año, aunque en 2019 realizó una prueba de una hamburguesa de origen vegetal en Canadá antes de descartar el ensayo.

Galvin señaló que McDonald’s invierte anualmente 40 mil millones de dólares en adquisiciones, y que debe utilizar esta cantidad como ventaja para persuadir rápidamente a sus proveedores de que empleen prácticas más sustentables.

“Tienen que utilizar esa influencia en su cadena de suministro para reducir masivamente sus emisiones y se les está acabando rápidamente el tiempo”, indicó.

McDonald’s señaló en un comunicado que es una pequeña parte del sistema alimentario mundial y añadió que “la carne de res y el consumo de proteínas animales forman parte de la vida y el sustento de las personas en todo el mundo y seguirán formando parte de ello en las próximas décadas”.

Aunque McDonald’s ha afirmado que ofrece lo que los consumidores quieren, Molidor señaló que la empresa no satisface su demanda, sino que la impulsa. Al optar por utilizar su presupuesto anual de 650 millones de dólares en mercadotecnia en gran medida para vender productos de carne de res de bajo costo en sus menús, aumenta de forma directa el consumo, explicó.

La gente no come lo que no está en el menú“, añadió Molidor. “Las empresas podrían hacer que fuera genial comer una hamburguesa más pequeña, una ensalada sin pollo, más burritos, podrían redefinir el aspecto de la comida rápida estadounidense. En cambio, crean una hamburguesa triple con queso”.

A pesar de que McDonald’s desempeña un papel destacado en la “perpetuación de la cultura de la carne de res en Estados Unidos”, señaló Eshel, los consumidores tienen que valorar en última instancia las consecuencias antes de comprar su próxima Big Mac.

La cultura de la carne de res no es compatible con el bienestar de la Tierra, y tenemos que elegir: ¿comes carne de res y dejas que la Tierra se queme, o renuncias a la carne de res y le das a la Tierra una oportunidad de luchar?

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