Los líderes de la OTAN expresan su preocupación sobre la amenaza que representa China para el orden mundial
La cadena estatal china CCTV presenta la botadura del Fujian, el nuevo portaaviones de Beijing, en junio de 2022. La OTAN destaca por primera vez en su proyecto estratégico la amenaza que representa China. Foto: CCTV/AFP/Getty Images

China no es un adversario, pero sí representa serios desafíos, dijo Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, el miércoles, en el momento en que la alianza acordó por primera vez incluir las amenazas que representa Beijing en un proyecto que guía su estrategia futura.

Aunque la guerra de Rusia contra Ucrania ha dominado las conversaciones en la cumbre de la OTAN, China se ha ganado un lugar entre las preocupaciones de seguridad más inquietantes de la alianza occidental.

“Ahora nos enfrentamos a una era de competencia estratégica… China está incrementando sustancialmente sus fuerzas, incluso en materia de armas nucleares, intimidando a sus vecinos, entre ellos Taiwan”, dijo Stoltenberg. “China no es nuestro adversario, pero debemos ser conscientes de los graves desafíos que representa”.

El último proyecto de la alianza –o concepto estratégico– fue aprobado en 2010 y no mencionaba a China. El nuevo documento afirma que las políticas de China desafían los intereses, la seguridad y los valores de la OTAN, aunque Rusia sigue siendo la amenaza más significativa y directa para la seguridad.

“Las operaciones híbridas y cibernéticas maliciosas de la RPC (República Popular China) y su retórica de confrontación y desinformación están dirigidas a los aliados y perjudican la seguridad de la alianza”, se indica en el concepto estratégico, señalando su asociación cada vez más profunda con Rusia en sus intentos compartidos de “subvertir el orden internacional basado en las normas, incluso en los ámbitos espacial, cibernético y marítimo”.

La OTAN advirtió que el gobierno chino estaba “expandiendo rápidamente” su capacidad nuclear sin mejorar su transparencia ni comprometerse de buena fe al control de armas, y utilizando su influencia económica para “crear dependencias estratégicas y potenciar su influencia”.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, acusó a Beijing de socavar el orden basado en normas “en el que creemos, que hemos contribuido a construir”. “Si China lo desafía de una manera u otra, nos levantaremos en contra de ello”, indicó.

El primer ministro australiano, Anthony Albanese, que asistió a su primera cumbre de la OTAN en Madrid, advirtió que el fortalecimiento de las relaciones entre Beijing y Moscú representaba un riesgo para todas las naciones democráticas.

“De la misma manera en que Rusia busca recrear un imperio ruso o soviético, el gobierno chino está buscando amigos, ya sea… a través del apoyo económico para construir alianzas que debiliten lo que históricamente ha representado la alianza occidental en lugares como el Indo-Pacífico”, expresó en la cumbre el miércoles.

Albanese comentó que Australia fue objeto de “coerción económica” por parte de China, y exhortó a los líderes democráticos a procurar la diversificación del comercio.

Australia, Corea del Sur, Japón y Nueva Zelanda fueron invitados a la cumbre que se llevó a cabo en Madrid con el propósito de darle mayor importancia a la región del Indo-Pacífico. El objetivo de Albanese consistía en situar a la región como un segundo escenario de competencia estratégica ante la preocupación de los miembros de la OTAN debido a la invasión ilegal de Rusia contra Ucrania.

Al intervenir en su primera cumbre de la OTAN, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, advirtió sobre una China “más firme”, aunque instó a mantener un mayor compromiso diplomático.

Últimamente, Nueva Zelanda ha endurecido su discurso ante la creciente presencia de Beijing en el Pacífico Sur, en parte debido a la firma de un pacto de seguridad entre China y las Islas Salomón.

El vocero del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, respondió indicando que la OTAN debería dejar de “intentar iniciar una nueva guerra fría”.

“Dejen de intentar arruinar a Asia y al mundo después de haber arruinado a Europa”, señaló. “Lo que deberían hacer es acabar con su mentalidad de guerra fría, con los juegos de suma cero y dejar de hacer cosas que crean enemigos”.

El primer ministro japonés, Fumio Kishida, comentó que la invasión de Ucrania sacudió los cimientos del orden basado en normas. “La seguridad de Europa y la seguridad del Indo-Pacífico no se pueden desvincular“, indicó en su discurso de apertura.

Dirigiéndose a la cumbre, el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, señaló que la invasión de Rusia contra Ucrania había demostrado la necesidad de reforzar la vigilancia y la precaución ante posibles acciones de China contra Taiwán.

“Simplemente creo que es muy importante que los países de todo el mundo no sean capaces de interpretar los acontecimientos en Europa y sacar la conclusión de que el mundo sencillamente se quedará de brazos cruzados en caso de que se modifiquen las fronteras por la fuerza”, comentó. “Esa es una de las lecciones más importantes que debemos aprender de Ucrania”.

La secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, fue más explícita al pedir que se actuara con mayor rapidez para ayudar a Taiwán con armas defensivas, una necesidad clave de Ucrania desde el inicio de la invasión.

“Siempre existe una tendencia –y lo vimos antes de la guerra de Ucrania–, siempre existe una tendencia a la ilusión, a la esperanza de que no ocurran más cosas malas y a esperar hasta que sea demasiado tarde”, señaló Truss ante el comité de asuntos exteriores del Reino Unido.

“Deberíamos haber hecho las cosas antes, deberíamos haber suministrado antes el armamento defensivo a Ucrania. Tenemos que aprender esa lección en el caso de Taiwán. Cada equipo que hemos enviado requiere meses de entrenamiento, así que cuanto antes lo hagamos, mejor”.
Con información de Reuters y AAP.

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