La escasez de agua figura en el programa de la COP27 en su segunda semana
Dos hombres llevan vasos de papel para dispensadores de agua en el centro de convenciones que alberga la cumbre COP27 en Sharm el-Sheikh, Egipto. Foto: Peter Dejong/AP

El agua y los efectos de la crisis climática en la escasez de agua serán objeto de análisis el lunes en la cumbre climática COP27 de la ONU en Sharm el-Sheikh, mientras comienza su segunda semana.

Está previsto que las conversaciones concluyan el viernes, aunque es probable que continúen al menos hasta el sábado, con la esperanza de que se adopten nuevas medidas y se hagan promesas sobre cuestiones que abarcan desde la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero hasta la ayuda financiera para los países más pobres.

Además de las negociaciones formales, los anfitriones egipcios organizaron una serie de “días temáticos”, en los que se debatirán cuestiones clave relacionadas con la crisis climática, pero que quedan fuera de la convención marco de la ONU sobre el cambio climático, el tratado de 1992 bajo el que se celebra la 27ª edición de la conferencia.

El agua es un tema que preocupa particularmente a los anfitriones, ya que el Nilo sigue siendo la base de la economía, la agricultura y la cultura egipcias. Algunos se preguntan de qué manera la ciudad turística de Sharm el-Sheikh, donde se han reunido 45 mil delegados para las conversaciones, gestionará el agua en el futuro.

La cuestión del género también ocupa un lugar destacado el lunes, con debates sobre la forma en que las mujeres se enfrentan a problemas particulares en lo que respecta a la crisis climática. Las investigaciones han demostrado que las mujeres y las niñas se enfrentan a una mayor violencia en las zonas afectadas por las catástrofes relacionadas con el cambio climático, y que están en desventaja cuando se trata de cuestiones cruciales como el derecho a la tierra o la recepción de inversiones y ayudas.

La inclusión de las mujeres y las niñas también es vital para resolver el problema. Mary Robinson, expresidenta de Irlanda y dos veces enviada de la ONU para el cambio climático, que llegó a la COP27 el sábado y que fue un elemento decisivo para garantizar que las COPs anteriores incluyeran un “plan de género” para el clima, calificó la crisis climática como “un problema creado por el hombre con una solución feminista“.

El martes, la atención se centrará en la sociedad civil. Egipto, un Estado autoritario, tiene un funesto historial en materia de derechos humanos, y las cárceles están llenas de disidentes. Las actividades de la sociedad civil y las protestas se han visto muy restringidas en esta COP, y se ha informado a The Guardian de casos de intimidación. Los grupos de la sociedad civil aprovecharán este día para intentar insistir en la necesidad de la libertad de expresión como medio para ejercer presión sobre los gobiernos en relación con la emergencia climática.

La energía también será el centro de atención el martes, ya que se espera que se produzca una avalancha de anuncios sobre nuevos acuerdos y asociaciones en materia de energías limpias en varios países para lograr una “transición justa” que permita prescindir de los combustibles fósiles. Esto significa ayudar a las personas que tienen un empleo en la industria de los combustibles fósiles a cambiarse a empleos en el sector de las energías limpias.

El miércoles será el día de la biodiversidad. La protección de la naturaleza y las maneras en que se puede combinar con la lucha contra la crisis climática –como la preservación y regeneración de los bosques, así como la restauración de los pantanos y turberas, como sumideros de carbono, o la regeneración de los manglares como barreras contra las marejadas ciclónicas y el aumento del nivel del mar– son conocidas como soluciones basadas en la naturaleza en la jerga climática.

Las soluciones basadas en la naturaleza fueron objeto de gran atención en la COP26, sin embargo, en Sharm el-Sheikh la atención ha sido menor. La próxima gran reunión de la ONU sobre biodiversidad, la COP15, se llevará a cabo en Canadá dentro de unas semanas, por lo que se espera que el miércoles se conozcan más detalles sobre las expectativas de dicha conferencia.

La última jornada temática será el día de las soluciones, el jueves, en la que el sector privado podrá mostrar nuevas tecnologías e ideas. En la COP27 hay una gran cantidad de emprendedores ecológicos ansiosos por presentar sus ideas; también se sabe que hay más de 600 delegados de la industria de los combustibles fósiles, que están cortejando diligentemente a los gobiernos para insistir en que ellos ofrecen la solución. Es probable que se produzcan disputas sobre si la captura y el almacenamiento de carbono es una tecnología viable, y si el hidrógeno procedente de los combustibles fósiles es un “caballo de Troya” para que la industria del petróleo y el gas promocione sus productos mediante el greenwash.

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Los delegados escuchan a Sameh Shoukry, presidente de la cumbre climática Cop27, durante una sesión de inauguración en la cumbre. Foto: Peter Dejong/AP

Mientras tanto, continuarán las negociaciones propiamente dichas, principalmente en sesiones privadas en las que los países pueden discutir exhaustivamente sus diferencias. Los temas incluyen la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero para cumplir el objetivo de 1.5°C, y la forma en que se puede ayudar a los países a adaptarse a los impactos de los fenómenos meteorológicos extremos, por ejemplo, mediante la restauración de los manglares y los arrecifes de coral, la construcción de rompeolas, la regeneración de los bosques, o la instalación de sistemas de alerta temprana. El financiamiento de estos esfuerzos, proveniente de los países ricos para los países pobres, también será objeto de análisis.

Carlos Fuller, embajador de Belice, comentó: “Estoy muy motivado por la forma en que todas las partes se están comprometiendo de forma constructiva (en la reducción de emisiones). Nos quedamos sin tiempo (en la primera semana), pero confío en que se alcanzará un resultado ambicioso esta semana”.
No obstante, añadió: “(Estoy) decepcionado con el compromiso en materia de financiamiento, mercados y medidas de respuesta (a la crisis climática)”.

El tema más polémico de todos es el de pérdidas y daños. El término hace referencia a los impactos de los fenómenos meteorológicos extremos tan severos que los países no se pueden adaptar a ellos; los ejemplos recientes incluyen las devastadoras inundaciones en Pakistán ocurridas en agosto y septiembre, que dejaron a 20 millones de personas necesitadas de ayuda humanitaria, y la actual sequía en África, la peor de los últimos 40 años, que está amenazando a casi 150 millones de personas con hambre extrema.

Las negociaciones sobre las pérdidas y daños giran en torno a cómo proporcionar ayuda financiera a los países en desarrollo afectados por este tipo de fenómenos meteorológicos extremos, que además de amenazar vidas pueden destruir sus infraestructuras y destrozar su tejido social.

Los debates sobre las pérdidas y daños como “compensación” a los países en desarrollo por parte de los países desarrollados, o la “responsabilidad” por parte de los países responsables de la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero, están específicamente excluidos de las negociaciones, y lo han estado desde el acuerdo de París de 2015.

Ineza Umuhoza Grace, negociadora de Ruanda sobre pérdidas y daños, señaló: “El financiamiento para pérdidas y daños ya está en la agenda, pero es necesario trabajar mucho para asegurar que el compromiso financiero vaya a ser nuevo, adicional y accesible para las comunidades vulnerables, y sobre todo que no aumente la deuda de los países en desarrollo. Necesitamos una estructura reformada, y los países en desarrollo son los que tienen la solución”.

Omar Alcock, uno de los principales negociadores de Jamaica, señaló que se necesita una mayor ayuda financiera para los países pobres. “Los programas de trabajo y los talleres no son suficientes. Ignorar lo evidente es negar las realidades asociadas al cambio climático. El financiamiento para pérdidas y daños no es una cura, sino una necesidad”, indicó. “Los debates sobre pérdidas y daños han sido deficientes, y no se han logrado grandes avances (hasta ahora)”.

Es probable que la redacción de todas estas cuestiones sea incluida en el texto de portada de la COP, un documento que resume a qué punto han llegado los países en las cuestiones clave; qué resoluciones adoptan, sobre qué acciones deben llevarse a cabo; y dónde residen los principales desacuerdos.

Los negociadores están estudiando minuciosamente los posibles textos sobre todos estos temas, pero es poco probable que presenten un borrador oficial hasta el miércoles aproximadamente, según fuentes internas de las conversaciones. Hasta ahora, las negociaciones han sido bastante tranquilas, según personas con información privilegiada, pero eso se debe en parte a que en esta fase la mayoría de las opciones dentro de las decisiones y los textos han quedado abiertas.

En el texto, estas opciones potenciales aparecen entre corchetes, lo que indica que aún no se ha acordado la redacción. A medida que transcurra la semana, los países se verán obligados a elegir cuáles de las muchas opciones de cada tema se llevarán a cabo y cuáles se eliminarán; su objetivo será eliminar todo lo posible de los corchetes y dejar únicamente lo que todos los países puedan acordar.

Una vez que se acuerde un borrador inicial y la presidencia egipcia lo publique, pasará por varios borradores adicionales al tiempo que se examina cada par de corchetes restantes, de modo que la frase que contiene pueda ser liberada de los corchetes, modificada o suprimida.

Mediante este minucioso proceso, casi 200 países representados por miles de negociadores llegarán finalmente a un texto de portada que establezca hacia donde se dirige el mundo con respecto a la crisis climática, con obligaciones y resoluciones para los países ricos y pobres, y un programa de trabajo que debería ayudar a los países a realizar progresos en la reducción de emisiones, a cooperar en proyectos conjuntos y a que aquellos que tengan los medios proporcionen ayuda a los que no los tengan.

Al menos, ese es el plan. Las cosas pueden salir mal, y salen mal, hasta los momentos finales.

El borrador oficial del texto de portada de la COP26, que cuando se adoptó se convirtió en el pacto climático de Glasgow, fue publicado por primera vez el segundo miércoles de esos quince días de conversaciones. El documento, de siete páginas, pasó por cuatro importantes borradores en el transcurso de los tres días siguientes, hasta la madrugada del sábado. Hasta el último minuto, estuvo sujeto a cambios: justo cuando el presidente de la COP26, Alok Sharma, creía tener un acuerdo completo en la tarde del sábado, China e India intervinieron para exigir que la “eliminación gradual” del uso del carbón a la que se hacía referencia en el texto se redujera a una “reducción gradual”.

Aquellas adversidades de última hora llevaron a Sharma al borde de las lágrimas. Sameh Shoukry, presidente de la COP27 de Egipto, intentará evitar el mismo destino.

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