Netanyahu y Trump: dos hombres desesperados que explotan el poder para salvarse
Donald Trump y Benjamin Netanyahu dándose la mano en Jerusalén en 2017. Foto: Ronen Zvulun/Reuters

Cuando Benjamín Netanyahu quiso garantizar su reelección hace cuatro años, recurrió a Donald Trump.

O, para ser exactos, a los carteles publicitarios gigantes del entonces presidente estadounidense en los que aparecía con su sonrisa menos amenazadora mientras estrechaba la mano del primer ministro israelí, bajo la leyenda en hebreo: “Netanyahu: en una liga diferente”.

El apoyo de Trump fue una victoria para el hombre que ha sido primer ministro de Israel durante más tiempo que cualquier otro. El presidente de Estados Unidos era popular entre los israelíes por despreciar las antiguas políticas de Washington con el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén y por reconocer la anexión israelí de los Altos del Golán. El índice de popularidad de Trump en Israel, con un 71% de aprobación de su gestión de los asuntos internacionales, fue más alto que en casi cualquier otro país.

Sin embargo, por mucho que a muchos israelíes les agradara Trump, pocos previeron hasta qué punto su propio primer ministro se mostraría tan dispuesto a convertir una crisis personal en una crisis nacional para salvar su propio pellejo.

“La prioridad impulsora tanto de Trump como de Netanyahu son sus propios intereses personales”, señaló Hadar Susskind, presidente de Americans for Peace Now, organización hermana del movimiento pacifista israelí. “La creación de este gobierno que es el más extremista de la historia de Israel pretendía mantener a Netanyahu en el poder y, por tanto, fuera de la cárcel”.

Netanyahu y Trump: dos hombres desesperados que explotan el poder para salvarse - cartel-publicitario-electoral-netanyahu-en-una-liga-diferente
Cartel publicitario electoral previo a las elecciones generales de 2019, con la leyenda ‘Netanyahu: en una liga diferente’. Foto: Oded Balilty/AP

Ambos hombres están inmersos en una lucha por permanecer fuera de la cárcel. Los cargos federales y estatales se acumulan contra Trump; Netanyahu se encuentra en medio de un juicio por corrupción que ya duró más de tres años. Y el poder les ofrece a ambos la mejor perspectiva de evitar la justicia.

Trump demostró su disposición a lanzar ataques populistas contra las instituciones del Estado durante su presidencia, que culminaron con sus intentos de anular el resultado de las elecciones presidenciales de 2020 y con su participación en incitar a una turba a asaltar el Capitolio. Si regresa al poder, los estadounidenses pueden esperar que se produzca un ataque total contra la independencia del sistema judicial y el Departamento de Justicia.

Netanyahu tomó un camino diferente al forjar una coalición con algunos de los partidos ultranacionalistas más extremos de Israel, aunque no comparta algunos de sus puntos de vista, como su hostilidad hacia los derechos de la comunidad LGBTQ. Sus líderes son desvergonzadamente racistas con los árabes y manifiestan abiertamente su ambición de anexar algunos o todos los territorios ocupados y convertir el dominio israelí sobre los palestinos en algo permanente.

La coalición está impulsando una legislación cuyo objetivo es limitar las competencias del poder judicial de Israel, lo cual provocó algunas de las mayores manifestaciones de la historia del país y una profunda crisis política. La primera fase fue aprobada el lunes, cuando el parlamento de Israel votó a favor de limitar la capacidad del Tribunal Supremo de anular leyes.

Netanyahu y sus aliados tienen un interés común en el debilitamiento del poder de los tribunales. Le da la oportunidad de evitar la cárcel al tiempo que suprime aquello que la extrema derecha teme que suponga un obstáculo para sus ambiciones de un Gran Israel o Territorio Integral de Israel.

No obstante, si Trump y Netanyahu son dos hombres desesperados que esperan poder explotar su poder para salvarse a costa de sus países, existen importantes diferencias. En primer lugar, cuando los estadounidenses eligieron a Trump como presidente en 2016, sabían exactamente qué tipo de líder político iban a tener, aunque resultara ser más desestabilizador y sedicioso de lo que algunos de sus partidarios esperaban.

Por el contrario, Aaron David Miller, que conoce a Netanyahu de su época como negociador de paz entre Estados Unidos y Medio Oriente durante varias administraciones, señaló que el primer ministro israelí no es el mismo político que era hace algunos años.

Netanyahu y Trump: dos hombres desesperados que explotan el poder para salvarse - la-legislacion-provoco-algunas-de-las-mayores-manifestaciones-de-la-historia-de-israel
La legislación que frena las competencias del poder judicial provocó algunas de las mayores manifestaciones de la historia de Israel. Foto: Matan Golan/SOPA Images/Shutterstock

“Ya no es el político israelí cauteloso y adverso al riesgo que da un paso adelante y dos atrás. Que respeta a la opinión pública. Que es firme pero coacciona dentro de los límites. Ahora está dispuesto a correr riesgos y desesperado y, en muchos aspectos, perdió el control. Lo impulsa el hecho de que si mañana se celebraran las elecciones, otra persona podría formar un gobierno y él sería vulnerable a lo que realmente le preocupa, que es el problema existencial de su juicio”, explicó.

Susskind comentó que incluso a algunos de los partidarios de Netanyahu les sorprende hasta qué punto está preparado para subvertir el sistema con el fin de protegerse a sí mismo.

“Antes era, a falta de un término más preciso, como un político normal. Era prudente respecto a los asuntos e intentaba llegar a un consenso. En estos momentos, estamos viendo las acciones de un hombre desesperado“.

Nadie acusó nunca a Trump de ser un político normal; Estados Unidos todavía vive con las consecuencias derivadas de su presidencia. Pero es posible que Netanyahu haya sido el líder más perjudicial a largo plazo, remontándonos al asesinato del entonces primer ministro, Isaac Rabin, en 1995.

Netanyahu y Trump: dos hombres desesperados que explotan el poder para salvarse - manifestantes-que-apoyan-al-expresidente-donald-trump-irrumpen-en-el-capitolio
Manifestantes que apoyan al expresidente Donald Trump irrumpen en el Capitolio en los disturbios del 6 de enero. Foto: John Minchillo/AP

Como líder de la oposición, encabezó concentraciones para oponerse a los acuerdos de paz que Rabin firmó con los palestinos, durante las cuales el primer ministro fue representado con uniforme nazi entre gritos de “Muerte a Rabin”.

La viuda de Rabin, Leah, acusó a Netanyahu de ser el orquestador que fomentó la incitación que condujo al asesinato de su esposo.

Siete meses después del asesinato, Netanyahu fue elegido para su primer mandato y pasó a convertirse en el primer ministro de Israel que más tiempo ha ocupado el cargo. Sus críticos utilizaron una frase bíblica –”asesinado y también heredado”– para condenarlo.

Susskind señaló que Israel aún vive con ese legado. “Él llevó a Israel a donde está, en términos de incitación al odio dentro de la sociedad. Creo que, más que nadie, él es el responsable de eso”, comentó.

Síguenos en

Google News
Flipboard