¿Tu jefe pone fin al home office? Como CEO, déjame decirte por qué está equivocado
El cambio del trabajo remoto puede ser una experiencia transformadora para los empleados. Es por ello que estoy dejando que mis colaboradores hagan lo que quieran.
El cambio del trabajo remoto puede ser una experiencia transformadora para los empleados. Es por ello que estoy dejando que mis colaboradores hagan lo que quieran.
El trabajador promedio registra casi una hora de trabajo no remunerado cada día, sin una buena razón.
Estoy hablando sobre el desplazamiento, el cual durante décadas se ha dado por sentado como una parte necesaria del día laboral pero que recientemente se ha demostrado que es completamente innecesario para un gran sector de trabajadores.
La miserable travesía por la autopista o la sudorosa espera por el último autobús está volviendo a estar de moda ahora que compañías como Apple, Amazon, Goldman Sachs y JPMorgan Chase han dicho a sus trabajadores que regresen a las oficinas en grandes grupos. Dicen que necesitan hacer esto para promover la innovación e incrementar la productividad.
Como CEO lo digo: eso no tiene ningún sentido para mí.
Nuestra empresa de procesamiento de tarjetas, Gravity Payments, ha trabajo remotamente desde que inició la pandemia. ¿Cómo afectó nuestra productividad? En abril, impusimos un récord por ingresos. En mayo, lo rompimos nuevamente.
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El ingreso extra nos permitió crecer y pasar de los 200 empleados por primera vez, y el trabajo remoto extendió nuestro reclutamiento de forma significativa: ahora tenemos trabajadores en 24 estados.
A nivel nacional, investigaciones muestran que el trabajo remoto ha impulsado un incremento del 5% en la productividad, principalmente porque la gente no está agotada por los desplazamientos.
¿Qué te motiva? ¿La oportunidad de tener una fiesta de pizza en la oficina? ¿O saber que puedes pasar la hora pico cenando con tu familia en lugar de que alguien te esté tocando el claxon porque simplemente te repudia?
La verdad es que las compañías lo han tenido fácil por mucho tiempo al pedirle a los trabajadores que pasen tiempo no remunerado viajando de y hacia al trabajo, solo para que los gerentes se puedan sentir en control.
Hagamos algunas cuentas básicas para ilustrar precisamente cuánto trabajo injusto resulta viajar para los trabajadores.
El trabajador promedio pasa 55.2 minutos viajando cada día, un 10% más que en el 2006.
El trabajador normal gana 20.17 dólares por hora. Pero agrega el tiempo que tarda en viajar y esa tarifa de pago baja a 18.09 dólares por hora.
Aquí hay otra forma de pensar sobre esto: Si en verdad te pagaran por el tiempo que tardas en viajar, el trabajador promedio ganaría un extra de 4,800 dólares al año.
Añade el considerable costo de viajar y no es tan difícil de ver por qué muchos trabajadores están renunciando a los trabajos en los que les piden que emprendan la travesía devuelta a la oficina.
Y el dinero es solo la mitad de la historia: investigaciones muestran que los trabajadores sienten más emociones negativas durante su viaje mañanero que durante cualquier otro momento del día. ¿Cómo el hacer sentir miserable a la gente desbloquea la productividad?
¿Cuál es la solución? Solo pregúntales a los empleados qué es lo que quieren.
En lugar de tomar una decisión jerárquica como director ejecutivo, les pregunté a nuestros empleados cómo quieren trabajar. Solo el 7% quiso regresar a la oficina a tiempo completo, mientras que el 31% quería un sistema híbrido remoto-presencial y el resto –el 62%– quiso trabajar desde casa a tiempo completo. Así que les dije: suena genial. Hagan lo que quieran.
Estas cosas no son difíciles. Los empleados saben cómo hacer su trabajo incluso mejor que cualquier director ejecutivo podría.
El cambio al trabajo remoto puede ser una experiencia transformadora para los empleados. Así como muchas compañías, nuestra oficina central se encuentra ubicada en una ciudad altamente costosa. Aquí en Seattle, las necesidades básicas pueden ser un problema incluso con el salario promedio de nuestra compañía cerca de los 100,000 dólares. Ahora, los trabajadores han podido conservar su salario y mudarse a áreas más asequibles, donde encuentran posible, por primera vez, el pagar una casa y comenzar una familia.
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Para los empleadores, hay muchos beneficios cuando pones a los empleados primero. Sigo leyendo titulares sobre compañías que no pueden encontrar trabajadores. Pero nosotros hemos tenido más de 300 solicitantes por vacante este año. Siempre hemos tenido muchos solicitantes gracias a nuestro sueldo mínimo de 70,000 dólares, pero nada como la avalancha de interés que hemos visto desde que creamos vacantes remotas.
En un panorama más amplio, eliminar los desplazamientos es probablemente la única gran cosa que cualquier compañía puede hacer para ayudar al medio ambiente. Cada que prendo mi televisor, veo comerciales de corporaciones que se hace llamar ecológicas. Después abro el periódico y leo sobre cómo le piden a los trabajadores que pasen una hora al día soltando fatiga a la atmósfera para llegar a un parque de oficinas al que no se puede acceder en transporte público.
Sé que compañías que están enganchadas por millones de dólares a arrendamientos de oficinas quieren usar su espacio. Pero obligar a los trabajadores a regresar al trabajo es estar tirando buen dinero malgastándolo, y va a crear costos extra a corto plazo, como la rotación de personal, y a largo plazo, como la baja moral.
Hay una gran cantidad de negocios que en verdad necesitan operar en persona, y roles específicos que requieren de interacción persona a persona. Pero las personas que han demostrado durante el último año que pueden hacer su trabajo bien, o incluso mejor, desde casa, se merecen la opción de elegir cómo quieren trabajar, y será mejor que las compañías se quiten del camino y dejen que los trabajadores decidan.
Dan Price es el director ejecutivo de Gravity Payments. En 2015, redujo su salario a un millón de dólares para establecer un salario mínimo de 70 000 dólares en la compañía.