‘Terfas’, el debate que enfrenta a feministas radicales y mujeres trans
Foto: Sharon McCutcheon/ Unsplash.com

Ahora que en México tenemos por primera vez en la historia de las elecciones a una candidata transexual a una gubernatura, o que inclusive tenemos una LGBT+pedia para ayudarnos a navegar por los términos correctos para definir la identidad sexual de las personas, nos tropezamos con conceptos que en las redes pueden detonar confrontaciones.

Un caso es el de las TERF, las Trans-Exclusionary Radical Feminists o, en español: Feministas Radicales Trans-Excluyentes, aunque muchos se refieren a este grupo como ‘Terfas’. El término explotó desde hace unos meses en internet y aparece principalmente en discusiones en Twitter entre mujeres trans y feministas-radicales-mujeres-cisgénero (que se identifican con su género biológico).

El debate cobró fuerza a fines de 2019, cuando la autora de las novelas de Harry Potter, JK Rowling, posteó un tuit que consiguió que muchos la etiquetaran como TERF. Sus comentarios, y hasta un ensayo al respecto, lo confirmaron.

Pero el debate TERF tiene un origen más atrás en el tiempo; todo empieza con el feminismo radical. Este se refiere a una tradición en el feminismo de las décadas de los 70 y 80 en Estados Unidos.

(Sí, el feminismo radical es una herencia de la cultura hegemónica). En este tiempo una vertiente del feminismo sostenía que las mujeres debían pensar en “una sociedad establecida a su manera y sin hombres”. Esta última parte de la premisa es la característica radical.

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Las mujeres que se identificaron con la ideología comenzaron a realizar eventos, protestas, actividades, círculos literarios y políticos exclusivos para mujeres. Las mujeres trans tuvieron interés en acudir a dichos encuentros, pues creían que ahí tendrían una comunidad aliada que las informaría y defendería sus derechos. Ahí se dio entonces, la primera escisión dentro del  feminismo radical. Quienes aceptaban a las mujeres trans como mujeres dentro de sus colectivas y quienes no. 

El término “trans-excluyente” se utilizó entonces, para distinguir a unas feministas radicales de otras.

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Pero el concepto TERF específicamente, es algo más. Algunos artículos le dan autoría a Viv Smythe, una activista que escribió el acrónimo en su blog en 2008. En su columna de opinión para The Guardian en 2018 dijo: “No tengo control sobre cómo otros usan una palabra que surgió simplemente para ahorrar escribir una frase más larga una y otra vez”. En el mismo texto, describe TERF como “un término para describir una serie de feministas que se identifican como radicales y que no están dispuestas a reconocer a las mujeres trans como hermanas, a diferencia de quienes sí lo hacemos”.

Y es que decir TERF hoy, en muchos círculos feministas es un insulto. Aún hay varios debates abiertos; incluso por lingüistas, pero no se ha concluido si el uso del término es ofensivo. Según expertos, las mujeres TERF no admiten su inclinación excluyente de manera abierta. Es sólo en foros cerrados o a través de redes sociales que ellas hablan abiertamente de que las mujeres transgénero no son mujeres… ¿su argumento? El concepto de sexo biológico.

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Desde esa idea, cuestionan las legislaciones o iniciativas que incluyen a mujeres trans y rechazan también la llamada autodeterminación de género. Últimamente, varias declaraciones de grupos TERF han declarado que incluso la homosexualidad masculina es una reproducción de sistemas de dominancia patriarcales, es decir que ser un hombre gay es estar a favor del sistema hegemónico.

Para toda esta controversia,  las TERF o Terfas (variación tropicalizada del término y de uso cotidiano en México) niegan ser transfóbicas. Algunas se oponen a ser calificadas como “trans-excluyentes”. Argumentan que en su ideología incluyen a los hombres trans (nacidos biológicamente bajo el sexo femenino).

Del otro lado de la moneda… hay mujeres transgénero que se oponen completamente a estas posturas. Las comunidades transgénero han sido perseguidas y violentadas en todos los rincones del mundo. Ahora enfrentan, dentro de las ideologías feministas que apuestan por su igualdad y derechos, mujeres que continúan una larga tradición de excluirles. Recordemos que la mayor parte de la comunidad transexual ni siquiera se consideran hombres en lo absoluto.

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Lo que sí sabemos es que el término no ayuda a tener diálogo. Es difícil tener una discusión fructífera al utilizar el término porque el discurso alrededor es muy incendiario. En 2018, The Economist publicó una serie de ensayos sobre identidades transgénero y, como regla, les pidieron a los colaboradores “evitar todos los insultos, incluido TERF”

El feminismo no está ausento de polémica, discriminación y grupos de odio, de hecho en algún momento del movimiento (también en las décadas 70 y 80) se gestionó la participación de las mujeres lesbianas en el feminismo… Pero este será otro tema.

*Para leer más: Entrevista de la BBC a Jennifer Saul en https://www.bbc.com/mundo/noticias-53159073

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