Covid-19 redujo el trabajo de los mariachis en un 50%, asegura la UNAM
Foto: UNAM

¿Quién no ha cantado ‘México lindo y querido’, ‘Cielo rojo’ o ‘Deja que salga la luna’ acompañado de unos buenos mariachis? Sin embargo, las reuniones donde se daban cita los mariachis se vieron impactadas por la pandemia por Covid-19.

De acuerdo con el profesor de la Facultad de Música (FaM) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Camilo Camacho Jurado, la pandemia de covid ha golpeado fuertemente a este sector de los mariachis, el cual ha reducido su trabajo hasta en 50% en los últimos dos años, cuando comenzaron las restricciones sanitarias.

El mariachi es símbolo de identidad, fiesta y sonidos que exaltan las más variadas emociones y que es motivo de orgullo a nivel nacional y en el extranjero, en 2011 fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y el próximo 21 de enero se conmemora el Día del Mariachi, sin embargo, el panorama para estos músicos es retador. 

La mayoría de los que conforman las agrupaciones, señala Camacho, carecen de protección laboral y este género musical requiere mayor difusión.

“La música de mariachi que llega a los grandes espectáculos, las disqueras y la radio, se concentra en menos de 30 agrupaciones muy prestigiadas y conocidas, pero la mayoría de los mariachis padecen condiciones laborales difíciles, como no tener protección social ni contratos suficientes”, refiere.

Pues la cantidad de ‘tocadas’ o presentaciones se da de acuerdo a la fama del grupo y el número de los integrantes. Camacho indica que en promedio, una hora de trabajo se cobra entre tres mil a cuatro mil pesos, sin embargo, la necesidad es otra variable que se suma a la ecuación que muchas veces provoca que disminuya hasta 500 pesos.

“En algunos lugares se nos impide cantar, mientras que en otros nos hemos adaptado a usar cubrebocas y careta, y que solamente carezca de las protecciones quien canta”, explica Amalia Aguirre Rojas, estudiante de la FaM e integrante del grupo “Sonalli”.

Pese a que la UNESCO reconoció las composiciones, al mariachi, su vestimenta y accesorios, como “ícono mundial” y un “orgullo nacional” y a la música como “tradicional y un elemento fundamental de la cultura mexicana, a través de la cual se transmiten valores, patrimonio, historia y diferentes lenguas indígenas”, esto no le da ningún beneficio a los músicos. 

Pero los retos se vuelven mayores cuando se es mujer mariachi. Aguirre cuenta que ser mujer en una agrupación de mariachis tiene dificultades, pues el traje de charro se identifica tradicionalmente con la hombría, con quien canta fuerte. Y aunque ellas incursionan hace décadas como cantantes y luego instrumentistas, falta mayor inclusión. 

“Específicamente como miembro del mariachi resulta ser un poco difícil, porque aunque ya la mujer figura como algo importante que aporta cada vez más, aún sigue siendo un tabú que las mujeres estén en ellos, sobre todo al tocar instrumentos o ser cantantes”, abunda la también estudiante de Sociología en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la máxima casa de estudios.

Pero no todo está perdido, ambos destacan dos factores que influirán significativamente en la recuperación del género, uno de ellos es el interés entre los jóvenes pobladores. “Desde hace unos 20 años existe una recuperación de este género y los jóvenes en diversas regiones están interesados en conservar el variado repertorio”, comenta Camacho.

Y el otro factor son las plataformas digitales donde se da difusión de la música tradicional mexicana, sin embargo, aún falta mayor promoción en medios masivos de comunicación, para que no se dediquen prioritariamente a promover música norteña y de banda.

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