El ritmo vertiginoso con el que vivimos, muy pocas veces nos da la oportunidad de reflexionar acerca de los cambios a los que nos afrontamos en nuestra vida cotidiana, y que cuando menos lo pensamos ya son parte de nosotros.
Al respecto, cada 17 de mayo se conmemora el Día Mundial del Reciclaje, luego de que en 2005 la UNESCO declaró dicha fecha para promover esta actividad y la gestión adecuada de los residuos.
Veinte años después, la industria del reciclaje asume el estigma de la industria del plástico: el de la desinformación, derivada en su mayor parte por la disposición inadecuada del plástico, lo que genera un impacto negativo en el medio ambiente, particularmente en ríos, lagos y el océano.
Lamentablemente, cada vez más contenidos en redes sociales y medios digitales difunden de manera equivocada e irresponsable al reciclaje de plásticos como una solución inefectiva, engañosa y en la cual solo la industria es responsable; cuando el origen del problema lo generamos los seres humanos, al disponer de manera inadecuada este material. Situación que resulta sumamente grave no para las empresas del sector, sino, para todos y cada uno de nosotros.
En México, se reciclan cerca de un millón 700 mil toneladas de todos tipos de plástico al año, aproximadamente la mitad de éstos son de consumo; es decir, los residuos que todos generamos en nuestras casas y en establecimientos locales.
Escuchar o leer de supuestos líderes de opinión desacreditar al reciclaje, desincentiva la participación ciudadana, la cual es fundamental para que esta actividad no solo de plásticos, sino de cualquier residuo sea exitosa.
No importan nuestras preferencias o cuál sea nuestra trinchera, todos somos consumidores de diversos productos y por lo tanto generadores de residuos, por ello, tenemos la responsabilidad de mantener nuestro medio ambiente libre de residuos, promoviendo la separación, el acopio y el adecuado manejo de éstos, al tiempo de educar a las futuras generaciones en el buen manejo.
Cada 17 de mayo, Día Mundial del Reciclaje, es una oportunidad para concientizarnos que, cómo individuos, somos los primeros eslabones de esta gran cadena, y que con solo disminuir la cantidad de residuos y disponer de ellos correctamente, nos convertimos en generadores de diversos beneficios de gran impacto para nuestro entorno.
Ejemplo de ello, es en materia ambiental con la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y disminución de extracción de recursos naturales; en lo social, vivir en comunidades más limpias, la creación de empleos verdes en la industria y por tanto el beneficio a sus familias, siendo que en México contamos con más de 70 mil acopiadores urbanos.
Mientras que, en lo económico está el reaprovechamiento y reincorporación de los residuos a la cadena de valor en calidad de materias primas.
Nuestro país avanza, tenemos cifras alentadoras como ser líderes en el continente en tasa de acopio de PET con el 63% y contamos con cerca de 400 empresas dedicadas a la industria del reciclaje; sin embargo, no es suficiente, nos planteamos metas cada vez más ambiciosas como llegar al 80% de tasa de acopio de PET y 45% en promedio de todos los plásticos, y para alcanzarlas necesitamos de todas las partes involucradas: industria, sociedad y gobierno.
Cada quien tiene el poder de decisión: optar por tendencias y opinar desde la comodidad de nuestros dispositivos o consultar fuentes fidedignas, informarnos y ser parte activa, colaborando con acciones sencillas como separar nuestros residuos, promover el acopio y sobre todo evitar tirar los residuos a cielo abierto. ¡Impulsemos al reciclaje y sumemos a favor de nuestra casa común!