¿Cómo la desaparición de personas afecta a las infancias en México?

En cada familia con una o más personas desaparecidas hay aproximadamente tres menores de edad con afectaciones. Depresión, ansiedad, miedo, discriminación, problemas en la escuela… Las consecuencias de la desaparición en los niños, niñas o adolescentes de México son múltiples.

Alexis Ortiz
30 de agosto de 2023


La crisis de desaparición de personas en México ha impactado en el desarrollo de niños, niñas y adolescentes.

La-Lista aplicó una encuesta a 776 familias de víctimas, en una muestra aleatoria en 24 estados del país con ayuda de 57 colectivos de familiares de personas desaparecidas y organizaciones sociales, para conocer cuántos menores han tenido afectaciones por la desaparición de un familiar. En total se reportaron 2 mil 327 niños, niñas y adolescentes en esta condición.

Esto quiere decir que, en promedio, en cada familia hay tres pequeños o pequeñas que han resentido la ausencia de un familiar.

Si tomamos en cuenta que en el país se registran oficialmente 110 mil víctimas de desaparición, la cifra de menores de edad con algún tipo de afectación por este crimen podría ser de cientos de miles.

Aunque no hay datos precisos sobre este tema, el año pasado la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim) también estimó en un informe que cientos de miles de niños, niñas y adolescentes podrían tener a un familiar desaparecido.

“Este es el grupo de infancia al que no hemos volteado a ver”, lamenta en entrevista Tania Ramírez, directora de la Redim. “La desaparición es un delito continuado, se sigue cometiendo minuto a minuto mientras no se conozca el paradero de la persona, y esos efectos continuados impactan en la niñez y en la adolescencia”.

Las familias encuestadas para este reportaje, a través de la herramienta Google Forms, indicaron que las principales afectaciones en los menores de edad son depresión por la ausencia de su ser querido, miedo a salir a la calle o convivir con más personas, problemas económicos y bajo rendimiento escolar.

Los menores de edad afectados no solo son hijos e hijas de las personas desaparecidas, también son hermanos y hermanas que sufren esta ausencia. Hay primos, primas, sobrinos y sobrinas que eran muy cercanos a la víctima. Este delito de igual forma ha alcanzado a las nuevas generaciones, pues hay nietos y nietas que exigen justicia.

Las cifras revelan que la mayor parte de los niños, niñas y adolescentes en México han sufrido la desaparición de sus seres queridos desde que tenían entre 0 y 5 años, es decir, en la primera etapa de su desarrollo.

Raquel Maroño, investigadora del Instituto Mexicano de Derechos Humanos y Democracia (IMDHD), considera que puede existir una correlación entre la edad de los menores con el hecho de que la mayor parte de las personas desaparecidas son jóvenes, es decir, algunas de las víctimas podrían haber comenzado una familia.

“La edad de desaparición de hombres es de los 19 a los 39, más cargado a cuando están empezando una familia. En el caso de mujeres, que es de 15 a 19 años, también algunas son madres”, indica Maroño, quien ha dado acompañamiento a familias de víctimas desde 2020.

Aunque las especialistas en derechos humanos coinciden en que la desaparición de un familiar puede tener consecuencias graves en niños, niñas y adolescentes de México, el apoyo que este sector de la población recibe por parte del gobierno es mínimo.

A través de solicitudes de información, las comisiones ejecutivas de atención a víctimas de los estados reportaron que solo han entregado 51 apoyos de reparación integral del daño a menores de edad que tienen a un familiar desaparecido.

En tanto, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas del nivel federal (CEAV), que tiene mayores recursos económicos y humanos, no especificó en la solicitud de información cuántas reparaciones del daño ha otorgado por este tema.

Para este reportaje se buscó entrevistar a las personas encargadas de la CEAV, la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) y el Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes. Al cierre de la edición no se obtuvo respuesta.

Si bien los menores de edad enfrentan un panorama adverso, estos no se han quedado cruzados de brazos, muchos de ellos salen a las calles a marchar o realizan otro tipo de actividades para exigir justicia.

En 2021, el Sistema Nacional de Búsqueda aprobó el Protocolo Adicional para la Búsqueda de Niñas, Niños y Adolescentes. En ese documento se reconoció que los menores de edad tienen derecho a participar de forma directa en todos los procesos que afecten su vida y que estén relacionados con la desaparición de personas.

Algunos pequeños y algunas pequeñas participan desde que su familiar desapareció; otros lo empezaron a hacer años después, cuando crecieron y supieron qué fue lo que ocurrió; hay nietas, nietos, sobrinas y sobrinos que ni siquiera conocieron a su ser querido, pero aún así acompañan las protestas.

Los niños, niñas y adolescentes que exigen justicia por sus desaparecidos cada vez son más visibles.

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