Crónica | ‘Mi viejito, ya está vacunado’: historias de vacunados
La aplicación de la vacuna parece avanzar bajo el lema “lento pero seguro”: hasta ahora, menos del 5% de la población ha sido inmunizada. Pero la desconfianza y el miedo se han disipado un poco, al menos en la ciudad de México, gracias a la experiencia ‘apapachadora’ que han vivido muchos vacunados, mayores de 60 años. Estas son algunas de las historias.
La aplicación de la vacuna parece avanzar bajo el lema “lento pero seguro”: hasta ahora, menos del 5% de la población ha sido inmunizada. Pero la desconfianza y el miedo se han disipado un poco, al menos en la ciudad de México, gracias a la experiencia ‘apapachadora’ que han vivido muchos vacunados, mayores de 60 años. Estas son algunas de las historias.
Quienes ahora son abuelos, recuerdan vagamente los detalles de cuándo vacunaron a sus hijos. Pero la vacuna que jamás olvidarán es la que han recibido en las últimas semanas, ésa que podría salvarles la vida y sacarlos de las estadísticas del Covid-19.
“Llevo como 6 semanas dedicándome solo a acompañar a otros a vacunarse: primero mis papás, que viven separados y en diferentes alcaldías, luego mi abuelita, varios vecinos y hasta al portero de mi edificio. En todos los casos, he visto mucho apoyo y tolerancia y hasta lágrimas de felicidad por recibir el medicamento”, contó Raúl López, que tras la experiencia del Covid, ha decidido, a sus 17 años, que quiere dedicarse a la medicina.
Raúl, como cientos de personas, han llenado las redes sociales de fotos de sus familiares y conocidos ya vacunados, con leyendas como “Orgullo de llevar a esta gran persona a vacunar”, “Mi viejito, ya vacunado”, “Qué felicidad acompañar a mis padres”, “Él me llevó a mí de niño, ahora me toca acompañarlo”.
Al parecer, en la Ciudad de México, las historias de desorganización y confusión han quedado solo para los primeros vacunados. Para quienes han recibido su primera y hasta su segunda dosis, la experiencia se ha convertido en una anécdota memorable.
Pero la victoria aún está lejos de ser conquistada. De acuerdo con cifras de Statista 2021, para el 26 de marzo, sólo 4.78% de la población en México había recibido al menos una dosis de la vacuna. Y sólo el 0.66% ha recibido dos dosis.
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Según el documento “Política Rectora de Vacunación contra Covid-19”, el objetivo del gobierno mexicano es inmunizar, como mínimo, a 70% de la población: 100% al personal de salud y 95% a la población a partir de los 16 años. Según datos oficiales, México ha acordado la compra de 234 millones de dosis de cinco prototipos diferentes: AstraZeneca, Pfizer, Sputnik V, Sinovac y CanSino… aunque no se han recibido todas.
“No sé si tanta buena vibra se conserve para cuando llegue el día que me toque a la vacuna a mí. Voy a ser de los últimos, capaz que ya ni alcanzo“, comentó Raúl, sarcástico.
Estas son algunas de las historias de quienes han recibido alguna de las vacunas de Covid-19 en la ciudad de México.
“Ni me dolió”
Vacuna: Pzifer
Lugar: Campo Marte, en Alcaldía Miguel Hidalgo
Fecha de vacunación: 9 de marzo
Sandra Cardona fue precavida: llevó lunch, agua, un mini ventilador, todo lo que creía que pudiera necesitar el día de su vacunación. Fue con su esposo. Y sí, sí estaba nerviosa.
“En mi registro no tenía hora o día para asistir; mi esposo sí. Así que nos fuimos los dos juntos, con el nervio que a mí me fueran a regresar. Mi hijo fue quien nos registró por internet y le costó trabajo entrar a la página para hacerlo, lo tuvo que intentar varias veces“.
Llegaron a las 9 de la mañana. Ya había una fila un poco larga, que llegaba hasta la entrada del Auditorio Nacional que, para su sorpresa, avanzaba bastante rápido. “De hecho, nunca esperé demasiado tiempo: había sillas en todas las paradas del proceso, pero estabas ahí solo un par de minutos”.
Pese al calor, Sandra se fue con doble cubrebocas, careta y lentes. Se alegró que alguien le ayudara a llenar el formato, pues con todo lo que traía puesto, no hubiera podido hacerlo con facilidad.
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Como ella dice, quedó “gentilmente sorprendida” de la gran organización y las comodidades ofrecidas, sobre todo a gente en silla de ruedas. Contó 40 personas vacunando en una mesa larga. Pero lo que más le agradó fue la flexibilidad y la atención.
“Llegó un señor ya grande, al que le decían que ese día no le tocaba la vacuna. Él insistía. Ese día era para personas que tuviéramos apellido que iniciara con C, D y E; el señor era Hernández, así que para él, ese día si le tocaba. No insistió mucho: lo dejaron pasar y le aplicaron la vacuna”.
También le sorprendió que no sintió nada. “Ni me dolió. Nada. Nomás sientes el piquete y ya. No te queda ni marca. Todo el proceso duró como una hora”.
Sandra no tuvo molestias posteriores, aunque sí reconoce que los siguientes dos días estaba un poco cansada.
“Ya me siento más protegida, he disminuido el temor de ser persona de alto riesgo a mis 63 años, por mis condiciones médicas. Nunca dudé en vacunarme pero me asustaban los posibles efectos adversos. Lo hice por mí pero también por conciencia global: no se trata solo que yo no me enferme, si no que no contagie a otros”.
“Quizás fueron solo nervios”
Vacuna: AstraZeneca
Lugar: Pepsi Center, en Alcaldía Benito Juárez
Fecha de vacunación: 28 de marzo
“Aunque te dicen a la mera hora cuál es la vacuna que te toca, yo supe antes, por mi hermano mayor, que nos tocaría la AstraZeneca, esa que los gringos y europeos no quieren porque causa coágulos. Pregunté a mis hijos qué opinaban, uno es biomédico y el otro químico, y a mis hermanos que ya les habían puesto antes también ésa… así que confié y me vacuné”.
Roberto Ávila asistió con su hermana, a quien también le tocaba ir ese mismo día y en el mismo lugar, pues viven muy cerca.
“Una vez que me la pusieron, ya en el área de observación, me empecé a sentir mareado. Apenas avisé, me llevaron una silla de ruedas y me llevaron a otra parte, en donde había otras 11 personas. Ahí me dieron agua y un amaranto y una teniente me checó mis signos vitales y me revisó”.
Asegura que a los pocos minutos ya se sentía bien, pero no dejaron que se fuera tan rápido. Incluso, cuando se levantó para ir al baño, alguien se ofreció a llevarlo (en la silla de ruedas) y también tuvo que salir en la silla, pues por el protocolo de cuidados no le permitieron que se fuera a pie.
“A mi hermana no le pasó nada, ni a otros de mis hermanos. Tampoco vi que más personas se sintieran mal. Quizás fueron solo nervios. Yo soy muy nervioso, igual que mi hermano mayor, que también tuvo algunos síntomas”.
Roberto estuvo enfermo de Covid meses antes y por recomendación de su médico, tomó un medicamento para la contracción muscular y estuvo muy al pendiente de su temperatura; días antes se hizo un electrocardiograma. Decidió no ir a trabajar al siguiente día para recuperarse, pues sí sentía muy cansado. “Los síntomas se fueron en 24 horas”.
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Comprobó, como ya le habían comentado otros que se habían vacunado antes, que la organización era muy buena. Calcula que había unas 500 personas cuando él asistió y siempre vio movimiento y muchos jóvenes muy cooperativos que ayudaban en todo. “Sé que en el Estado de México y Cuajimalpa no les ha ido tan bien. Aquí todo muy rápido”
“Fue como hacer algo heroico”
Vacuna: Sputnik V
Lugar: Bosque de Tláhuac, en Alcaldía Tláhuac
Fecha de vacunación: 4 de marzo (1a dosis) y 25 marzo (2a dosis)
“Sentí muy bonito cuando al salir, una valla de jóvenes te aplaude y te felicita por vacunarte. Fue como hacer algo heroico”.
Vicky Vázquez estaba muy nerviosa: perdió a una hermana por Covid meses atrás y su hija y nieto estaban recuperándose de la epidemia. Ir a ponerse la vacuna a sus 74 años, fue, para ella, un acto de valentía.
“No sabes qué va a pasar. Todos vamos muy nerviosos. Pero te da mucha seguridad que desde que entras al lugar te reciben muchas personas. Siempre hubo alguien que te indica qué hacer y para dónde ir. Si no ves, no oyes o te equivocas, te hablan con mucho cariño”.
Vicky ya recibió las dos dosis y la acompañó un amigo de su nieto. Y aunque su experiencia fue grata en ambas ocasiones, siente que la primera vez estuvo mejor. “En la dosis 1 tardé en todo el proceso como una hora. Para la segunda, fueron como 2.5 horas“.
En la primera, cuenta que un señor que estaba cerca de ella, decía a cada momento y a cada persona: “Soy hipertenso… Soy hipertenso”. Siempre recibió apoyo. “Yo sentía la misma sensación, pues soy alérgica a la penicilina, ¿y si me pasa algo? Pero también me tuvieron paciencia y me explicaron varias veces que no corría peligro”.
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Jamás le pidieron algún papel adicional a su credencial del INE. “Me sentía nerviosa que no llevara todo y me regresaran, como vi en la TV que pasó en Milpa Alta. Yo llevaba mi CURP, un comprobante de domicilio, copias de todo… Porque cuando mi hija me inscribió por internet, decía que te llamarían para decirte cuándo asistir. Pero nunca lo hicieron. En internet salió la lista y así me fui“.
Para su segunda dosis, tuvo que esperar a que se juntaran 10 personas para pasar, ya no la atendieron luego luego, como en la primera ocasión. Escuchó a un doctor hablar por celular: “Estaba preguntando por teléfono cuántas dosis les quedaban. Me asustó: qué tal que estaba en espera porque ya no había vacunas. Después entendí que era porque las tienen refrigeradas y las van llevando poco a poco”.
La segunda vez sí le dolió el hombro, aun cuando en su primera dosis, no. Y días después sintió dolor en la espalda y cuello.
“Ya en esa segunda ocasión vi a todos muy cansados. Seguían amables, sobre todo con la gente que iba sola, pero la atención era diferente. ¿Quién no se va a hartar de repetir lo mismo cada 30 minutos, todos los días? Quizás para cuando lleguen los más jóvenes a vacunarse, ya estén hartos”.
“¿Será que solo nos pusieron un placebo?”
Vacuna: Sinovac
Lugar: Six Flags, en Alcaldía Tlalpan
Fecha de vacunación: 26 de marzo
“Sí es una experiencia extraña. No sabes qué vacuna te tocará hasta que te la van a aplicar. Y como tampoco me dolió nada ni me dejó marca, me quedé con la sensación, un poco en broma, un poco en serio: ¿Será que solo nos pusieron un placebo?”.
Diana Cardona tuvo que intentar cuatro veces para lograr su registro para la vacuna. También recibió la indicación que la llamarían, para saber cuándo le tocaba ir, pero como no lo hicieron, rastreó todo por internet. Vio además por TV que todo iba bien. “Es lo bueno de no ser de los primeros. Hasta me previne con el estacionamiento, pues había visto que estaban cobrando 50 pesos, que a la mera hora ya no pidieron, seguro por las quejas“.
Decidió que no iba a llegar a formarse horas antes, a pleno rayo del sol. Pero sí llegó unos 20 minutos temprano, y para su sorpresa, la dejaron entrar sin problemas, aunque no fuera su hora.
“Todo fue muy rápido, aunque había muchísima gente y una larga la fila para estacionarse. Yo tengo la sensación que el Parque estaba operando, porque de un lado veía entrar personas jóvenes con niños, y del otro, estábamos los mayores para vacunarnos”.
Recuerda que hizo una fila, quizás unos 10 minutos, y que siempre recibió indicaciones amables de jóvenes con chaleco verde. Y esperó otros 15 minutos, ya en otra parte, para recibir la vacuna. “Había varias estaciones para vacunar pero no todas estaban operando”.
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Cuando la pasaron al área de observación, vio que había cientos de sillas y que había gente aplaudiendo, al ritmo de la música. Por un momento pensó: “Ay, que no me toque aplaudir”. Para su buena suerte, no tuvo qué hacerlo; la recibieron con un amaranto, una manzana y agua.
“Escuché entonces a una señora, detrás de mí, diciendo que le dolía la cabeza. Y sentí entonces que me estaba doliendo a mí también; empecé a sudar. Me vino a la mente todo lo que oí en las noticias, de los efectos secundarios en personas de mi edad (62 años). Entendí que solo me estaba dando un poco de ansiedad, de nervios”.
Recibió infinidad de recomendaciones, como el de llamar a Locatel si no sabes cuándo regresar por la segunda dosis, pues no le dieron una fecha exacta: todo dependerá de cuándo reciban las nuevas vacunas de esa misma marca. “Pero no se preocupen, la tienen asegurada”.
“A mí sí me hizo sentir nerviosa estar rodeada de tanta gente que te da indicaciones. Y como traía doble cubrebocas, sentía que no podía respirar bien, así que apenas me di cuenta que no tenía síntomas, pedí que me dejaran ir y así fue”.
“Todo es tan rápido y eficiente, que no das crédito”
Vacuna: Pzifer
Lugar: Centro de Exhibiciones de la UNAM, en Alcaldía Coyoacán
Fecha de vacunación: 28 de marzo
“Estaba muy renuente a vacunarme. Por dos o tres días tuve que intentar mi registro por internet, y no estoy muy agusto con el gobierno actual, así que dudaba de que el proceso fuera exitoso, considerando que yo tuve Covid unos meses antes y sí me dio fuerte“.
Carlos Morín se informó lo suficiente, así que aunque no tenía miedo, sentía un poco de nervios pues se dice ‘anti inyecciones’. “Sé que el haber estado enfermo de Covid me ha dado cierta inmunidad. Pero decidí vacunarme para no contagiar a otros”.
Asegura sentirse sorprendido del proceso tan eficiente. “Antes de esto, sólo había asistido a un evento mega masivo muy organizado (el del ‘Nacimiento más grande del mundo’, en el Estadio Azteca). Y puedo decir que la organización de la vacuna, al menos donde me tocó, es excelente”.
Tuvo la suerte de poder llegar caminando, ¡le quedaba a unos pasos de su casa! Eso le dio oportunidad de observar cómo era el proceso días antes de que le tocara ir. Vio mucho movimiento y filas el primer día, y días después, mucha mayor calma. Como quería ir con su esposa –que todavía no le toca la vacuna, por la edad– quiso estar seguro que la dejarían entrar con él, pero al final tuvo que esperarlo afuera.
“Nos iban pasando en grupos de 6 personas. Algunos por unas escaleras, y otros por las rampas. Adentro todo estaba muy limpio y organizado en modulitos de 6 y siempre daban prioridad a quienes estuvieran en silla de ruedas. Una persona insistía que ya le había dado Covid, yo también lo dije. Nos dijeron que no había problema y eso me tranquilizó”.
Carlos dice que sí le dolió el piquete y que horas después sentía un poco de dolor en el brazo. Por las recomendaciones, sabía que no debía automedicarse y, que si se sentía mal, lo mejor era hablarle a su doctor de cabecera.
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Una vez vacunado lo pasaron a otra área, con otras 6 personas, para quedarse unos 20-30 minutos en observación. Ahí se animó a hacer preguntas, que le respondieron con mucha amabilidad. Incluso, detectó que dos de las personas con las que le tocó, que estaban muy ansiosas, las atendieron muy bien.
“Quizás habíamos como unas 2 mil personas y aún así, jamás estás sentado más de 5 minutos en un lugar. Todo es tan rápido y eficiente, que no das crédito. Hay muchísima gente apoyando, que en realidad no hace nada, más que decirte ‘Adiós’ cuando te vas”.