¿Qué son las maras, grupos en la mira del gobierno de El Salvador? 

Los maras están en el ojo del huracán tras una ola de violencia en El Salvador que el gobierno de Nayib Bukele ha atribuido a las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18.

Este hecho provocó que el domingo 27 de marzo, a petición del presidente Bukele, el congreso aprobara un régimen de excepción, que tendrá vigencia de un mes, la cual implica la restricción de libertades civiles y la ampliación de los poderes de la policía y el ejército en el control del orden público.

Pero, ¿qué son las maras y a qué se dedican? 

¿Qué son las maras? 

Durante los años 70s, se inicia el fenómeno de pandillas latinoamericanas en Estados Unidos y especialmente en Los Angeles con el surgimiento de la Mara Calle 18, con integrantes méxicanos que vivían en Los Angeles California. En la década de los 80s, los problemas originados por las guerras civiles en Centroamérica causaron una fuerte migración de centroamericanos a Los Angeles, California, EU, y es, precisamente, en esa epoca en la cual se organiza la Mara Salvatrucha (M-S), integrada originalmente por salvadoreños provenientes de barrios marginales y de familias disfucionales con el objetivo de defenderse y sobrevivir de las amenazas de otras pandillas especialmente la integrada por afro americanos y la Mara calle 18, de acuerdo con el ensayo Las Maras. El fenomeno criminal del siglo XXI.

Desde entonces cada una de estas organizaciones, cultiva sus propios códigos de identidad, su peculiar lenguaje de señas, los tatuajes en el cuerpo, y su alto nivel de violencia.

El Barrio 18 se atribuye a su ubicación en la calle 18, en Los Ángeles y el nombre de la “Mara Salvatrucha” provien de de “Mara”, una forma de decir “amigos” en Centroamérica, mientras que “Salvatrucha” significa “salvadoreño vivo o listo”, explica un tesina publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM),. 

La letra M es la número 13 del abecedario y al igual que los Mara Salvatrucha, también tiene 13 clikas, en Los Ángeles, subgrupos que comparten identidad, reglas, símbolos, señales y jerarquías, agrega la tesina. 

¿A qué se dedican las maras?

Con el transcurso del tiempo, las dos maras se fueron organizando no solo a nivel local (calle, barrio o colonia), si no a nivel nacional (departamentos, municipios), y de las actividades ilícitas menores iniciales, pasaron a ejecutar una serie de actos criminales que les proporcionan recursos económicos suficientes, como ejemplo, la extorsión, a pequeños y medianos comerciantes, profesionales, propietarios de vivienda, transportistas, hasta llegar a el asesinato de aquellos que no acceden a sus requerimientos, explica el investigador Julio Rivera Clavería, autor del citado ensayo.

Las maras formaron redes transnacionales, con integrantes multinacionales que se integran como clicas normalmente en los centros urbanos y en las áreas fronterizas, por ser territorios con poca atención institucional y un alto flujo poblacional, especialmente migratorio, que les permite desarrollar sus actividades criminales tanto en un país como en el otro; en un corredor que va desde Colombia hasta los Estados Unidos de Norteamérica, según explica el autor.

Las maras transnacionales han mantenido una fuerte presencia en la zona fronteriza entre Guatemala, Salvador y Honduras, pero es en la frontera de Guatemala y México en donde se ha incrementado su participación en actividades criminales, especialmente en el narcomenudeo, trafico de drogas, extorsión, asesinato, sicariato etc.

El ensayo explica que las maras tienen sus propios valores los cuales son respetados por todos y cada uno de ellos, que los cohesionan y les da un sentido de pertenencia a la organización, como la seguridad en medio de la creciente exclusión social y la marginalidad urbana, así como los grandes vacíos de poder dejados por el Estado; la pertenencia grupal que da oportunidad de integrarse a niños o jóvenes por igual, con la misma problemática, provienen de hogares desintegrados en donde ha persistido la violencia intrafamiliar, el hacinamiento, el abuso sexual, antecedentes delictivos previos y adicciones a las drogas y al alcohol; y la solidaridad, como la aceptación de sus integrantes aun después de haber cometido actos criminales o inmorales.

Estos fectores, entre otros como el reclutamiento forzado, han hecho que en las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18, entre otras, militen unos 70 mil miembros tan solo en El Salvador, más de 17 mil de ellos encarcelados.

Con información de EFE y AFP.