Los 19 minutos de David Colmenares en la Cámara de Diputados
David Colmenares. Foto: ASF.

David Colmenares está expuesto. El auditor Superior de la Federación termina su discurso de 12 minutos, alista hojas y pluma, se acomoda en la silla para escuchar las preguntas que le tienen los legisladores. Espera unos minutos y sale la primera: ¿El informe es falso y tendencioso en contra de la administración federal? Él apunta. Aguarda un poco y disparan dos más: ¿Esas inconsistencias no son un común denominador en las auditorías de otros proyectos como Tren Maya? ¿Por qué hacer una auditoría de desempeño y no una contable? Se acomoda y anota. ¿Las discrepancias entre lo que entregó el 20 de febrero y lo comunicado el 22 de febrero por parte del auditor especial responden a un error en la metodología o son causa de una presión política por parte del gobierno federal?

Los legisladores cambian y las preguntas siguen. Son más de 15, la mayoría referentes al sobrecosto de la cancelación del Aeropuerto de Texcoco que la auditoría reportó en la tercera entrega de la Cuenta Pública 2019 y a las inconsistencias que reconoció en la estimación del costo de cancelación. Colmenares está ahí –con corbata roja y traje negro– para responder a 11 diputados de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación, los escucha durante una hora. 

Llega la hora de escucharlo y lleva prisa. En siete minutos responde. Sobre posibles errores en otras auditorías, dice que la ASF ha sido dictaminada por la Unidad de Evaluación y Control de la misma Cámara de Diputados. Aclara que no son “errores” en el informe, es “discrepancia metodológica en la estimación de la auditoría del aeropuerto, entre 1,400 auditorías (que se hicieron)”. Detalla que la pandemia y las resistencias de las dependencias auditadas complicaron su labor. ¿Por qué hicieron una auditoría de desempeño y no una contable al aeropuerto de Texcoco? Explica que en 2019 realizaron 15 auditorías al proyecto: 14 de cumplimiento financiero y una de desempeño, “que fue la del tema”.

El auditor deja para el final el cuestionamiento de si existe detrás una intencionalidad política. “Nosotros no tenemos ninguna intencionalidad política, no es nuestro interés el perjudicar o no algún orden de gobierno”, enfatiza. “A mí no me interesa entrar a una arena política”. Y advierte: “si encontráramos alguna intencionalidad política o algún desvío económico, seremos los primeros en señalarlo y denunciarlo”.

Lo dice frente a tres de sus colaboradores: Emilio Barriga Delgado, encargado del gasto federalizado de la ASF; Gerardo Lozano Dubernard, responsable del cumplimiento financiero; y Tizoc Villalobos, director general de la auditoría de desempeño a programas presupuestarios. Falta uno: Agustín Caso, el que estuvo al frente del informe y que fue separado del cargo mientras se investiga la inconsistencia en el informe de cancelación del aeropuerto.

Caso será el siguiente en sentarse en el banquillo frente a la Comisión de Vigilancia de la ASF.

“Nosotros no tenemos ninguna intencionalidad política, no es nuestro interés el perjudicar o no algún orden de gobierno”-David Colmenares

“Estamos revisando las cifras”

¿Y cuánto costó la cancelación del aeropuerto de Texcoco? La ASF aún lo desconoce, sólo adelantó que sería menor a los más de 331,996 millones de pesos que reportaron. Lozano Dubernard, quien ahora es el responsable de determinar el costo, dijo que están revisando todas las cifras del proyecto, desde el inicio. 

“Estamos revisando todas las cifras para estar en posibilidades de dar una cantidad”, agregó. Trabajan en colaboración con personal del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México para subsanarlas y tener las cifras correctas. 

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La sesión del pleno de la Cámara de Diputados en Ciudad de México, 01 de marzo, 2021. Foto: Cámara de diputados/EFE.

Aunque el acercamiento con el grupo no es algo nuevo, cada funcionario destacó en su participación que el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México sabía la cifra que contenía el informe presentado el pasado 20 de febrero. “Efectivamente Grupo Aeroportuario la conoció, pero eso no significa que la acepten”, explica Óscar Rosales Jiménez, es coordinador del diplomado en contabilidad y auditoría gubernamental del Colegio de Contadores Públicos de México. “La ASF cuando termina sus intervenciones levanta un acta de cierre de la auditoría donde se comentan los resultados, a esa reunión se le llama confronta. Esa es la última oportunidad para patalear, pero es prácticamente imposible tumbar una observación en el último momento”

El argumento central de los funcionarios de la ASF en la comparecencia ante la comisión de vigilancia fue que realizaron un trabajo enorme durante la pandemia: 982 auditorías que derivaron en 2,295 acciones y observaciones por un total de 55,383 millones de pesos. Lo repitieron todos. Incluso, Lozano Dubernard hizo un comparativo entre la labor que realizan versus la administración anterior.

“Quisiera destacar dos (casos) que son muy importantes: en 2015 se llevó a cabo la compra de la planta de Agro Nitrogenados, y en la fiscalización que efectuó de esta adquisición la administración anterior de la ASF no se determinó ningún daño, ninguno”, puntualizó. “En la cuenta pública de 2016 se llevó a cabo la compra de las acciones de Grupo Fertinal, la administración anterior no determinó ningún daño”. 

Para Juan Carlos Moreno Brid, profesor de la Facultad de Economía de la UNAM, la comparación es un recurso innecesario. “A dos años de que llegaron al poder, andar rascando qué hicieron mal los anteriores es como ser un director de futbol. Si agarró el equipo en el lugar 15, hay que llevarlo al lugar 4 o 3. Pero no pueden decir: ‘cuando yo lo agarré estaba mal todo’, por eso lo contratamos a usted para que lleve al equipo a otro lugar”. 

Frente a la comisión de vigilancia tampoco sirvió la comparativa. Los diputados cuestionaron su labor y pusieron sobre la mesa separar de su cargo al auditor superior. “Poco lo defendieron sus funcionarios, muy poco, vienen más nerviosos ellos que usted”, dijo a Colmenares el diputado Alfredo Porras, del Partido del Trabajo. 

La atención no debería estar en la destitución o no de David Colmenares, sino en las demás observaciones que señaló la ASF del primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador-Juan Carlos Moreno Brid, Facultad de Economía, UNAM

Ver el bosque, no el árbol

Moreno Brid dice que la atención no debería estar la destitución o no de David Colmenares, sino en las demás observaciones que señaló la ASF del primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador. 

“Ahorita estamos o crucificando o ensalzando a un señor por un error, el error fue haberlo publicado sin checarlo desde antes y después decir que tenía probablemente discrepancias metodológicas. Es un acto de honestidad, pero no creo que sea un acto de corrupción”, afirma. “Todas las demás observaciones se ponen abajo de la alfombra y ni quién las vea”.

Esto, dice, evidencia a la oposición. “Es como cuando vas a una excursión en la noche, uno va siguiendo la luz y el que va adelante pone la linterna. Él alumbra donde quiere y vamos a ir siguiendo eso. La oposición no se da cuenta de que hay que ver en otros lados. Tendríamos que ver el bosque y no este árbol”. 

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