BIDENOMICS: es la economía, estúpidos
Ángel Guardián
BIDENOMICS: es la economía, estúpidos
El presidente entrante de EU, Joe Biden. Foto: AFP

Muy a la manera en que la mosca dice “vamos arando”, por muchos años hemos sostenido el mantra de que “si la economía de Estados Unidos crece, a México le va bien”.

Era (y es) una actitud un tanto parasitaria y aldeana, que sin embargo, se sigue adoptando en las altas esferas de la 4T.

Simplemente, basta con ver lo que sucede cada mes cuando sale el reporte de remesas que los paisanos (esos “héroes sin capa”) mandan desde EU.

Cito de memoria, claro, pero es el propio presidente Andrés Manuel López Obrador que, asumiendo como un logro de su Administración, se llena la boca de triunfo diciendo que cada vez entra más dinerito, divisas, recursos para las familias necesitadas.

Muchos agradecimientos, esos más escandalosos, dedicó también el inquilino de Palacio Nacional a quien a partir de hoy dejará de ser inquilino de la Casa Blanca. 

En el extraño bromance AMLO-Trump, que ayer recordábamos en La-Lista, el presidente olvidó todas las ofensas que su par anaranjado profirió en contra de México y los mexicanos. Nadie ha explicado por qué, pero, pensando en frío, quizá se debió al temor de convertirse en una piñata (o punching bag) del bravucón del norte.

El ejemplo más visible de ello fue la intromisión de Trump en la política nacional con el chantaje de imponer tarifas a las exportaciones mexicanas a EU. Para que eso no sucediera, AMLO ordenó desplegar a la Guardia Nacional para parar en seco en su tránsito a los migrantes centroamericanos que querían llegar a suelo estadounidense. 

Les pusimos el muro y nosotros lo pagamos.

A pesar de todo ello, y de que se ha mencionado cierto desagrado en el equipo de Biden por el soslayo que hizo AMLO al no reconocer oportunamente su victoria en las elecciones, la 4T podría respirar tranquila. La postura económica de Biden, todo parece indicar, apunta al pragmatismo.

Biden ha dicho que una prioridad de su gobierno será reconstruir las alianzas que Trump destruyó con su política aislacionista, sobre todo con Europa y Asia.

La guerra comercial con China, que muchos dicen beneficio a México pues llegaron inversiones desde China, será un factor relevante en esto. Biden se centrará en confrontar las políticas de subsidios y dumping de China, así como su política suave de apoyar gobiernos en países con estructuras débiles.

Para ello, Biden tendría que reforzar las alianzas tradicionales de EU, sobre todo en el entorno regional (T-MEC) y con sus socios en Europa, tanto la Unión Europea como el Reino Unido, Japón y Australia (esto dentro del TPP que Trump enterró).

Hay advertencias en sentido opuesto también; de que la agenda comercial de la nueva Administración en EU no dará prioridad a los acuerdos firmados por Trump. De hecho, la compañera de fórmula de Biden, Kamala Harris, se opuso a la firma del T-MEC como senadora demócrata por California.

Pero, a fin de cuentas, la jugada podría salirle a la 4T. El factor más relevante de la entrante Bidenomics es el pragmático. Y eso, inclusive podría apuntalar el proyecto (si lo hay) llamado AMLOmics.

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