Geoffrey Pleyers dice que bañarse puede ser un acto político
Anónimos Interesantes

Periodista, catalana, emigrada a México hace tres años. Aquí inició su carrera como periodista. Ha trabajado de corresponsal para medios en Estados Unidos, España y Brasil, y medios nacionales. Le apasiona el mundo, entenderlo y explicarlo. Instagram: @annaportella__

Geoffrey Pleyers dice que bañarse puede ser un acto político
Foto: George Pleyers/Opus Social Media

Dos noticias me reconciliaron con el 2021 esta semana. Una, que ya hay más vacunados que contagiados en el mundo. La otra, mi conversación con Geoffrey Pleyers.

Este sociólogo belga es considerado uno de los grandes expertos en el estudio de los movimientos sociales. 

En su último libro, “Movimientos Sociales en el Siglo XXI”, confiesa que parte de su aportación teórica la debe a su estancia en México. 

Pleyers hizo un hueco en su agenda para atender a La-Lista desde la Universidad Católica de Louvaina, en Bélgica, donde da clases. 

Tan pronto como empezamos a conversar se quedó a oscuras. El cuadro de Zoom se tiñó de negro pero poco importó, sus reflexiones aportaron luz.

Él asegura que no hubiéramos reaccionado a esta pandemia de la misma manera de no ser por los movimientos sociales contemporáneos, como el feminismo.

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Visto así, pensé que puestos a encerrarnos con un virus por un largo tiempo, mejor ahora, que la igualdad de género nos indicó adónde están los focos rojos, que tenemos décadas de investigación en ARN mensajero y que existe Netflix. 

La-Lista: ¿Qué hace un sociólogo experto en movimientos sociales en medio de una pandemia que impone distancia social?

Geoffrey Pleyers: La idea que hace tiempo quiero defender es que movimientos sociales no son solo las marchas, no es solo la relación con el Estado. Esa es la parte más visible. Lo son también las organizaciones que cambian nuestra manera de estar juntos, nuestra manera de ser. Y estos no se han disminuido sino que se han fortalecido con la pandemia.

L-L: Póngame un ejemplo.

GP: Los movimientos son productores de conocimiento. Esta idea que ahora parece obvia, de que la pandemia aumentó la violencia familiar y contra las mujeres, sin los movimientos feministas no lo sería. Hemos visto en China, en México, cómo las mujeres se organizan de manera solidara para dar alojamiento a las víctimas. Por tanto, nuestra manera de ver la pandemia es la que es gracias a los movimientos sociales.

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L-L: Usted es considerado uno de los grandes expertos en el tema. ¿Qué le llevó hasta ahí?

GP: Los movimientos sociales son fantásticos para entender el mundo de hoy.

L-L: Cuando yo era niña, de hecho, no existía el término “activista”.

GP: Cada generación de activistas se construye en oposición a la generación anterior. Antes había militantes de organizaciones o partidos políticos. Desde hace 20 o 30 años, vemos que las organizaciones no son centrales sino las personas, sobre todo, la relación con uno mismo está en el centro del activismo.

L-L: Tanto, que hay quienes se definen así en sus perfiles de redes sociales.

GP: Esta forma de ser activista es profundamente personal. El activismo es la consistencia con mis valores. Uno es ecologista desde que se levanta, en la manera de bañarse, de comer, de desplazarse. Los movimientos de hoy los hacen los individuos.

L-L: ¿Tiene esto que ver con el auge de movimientos que vemos desde hace unos años? Parece que necesitemos sentirnos parte de un grupo...

GP: No sé si es falta de algo, en muchas épocas hubo muchos movimientos. Hoy vemos jóvenes educados, de entre 25 y 32 años, que se dedican al activismo porque de repente, se les prohíbe el acceso al empleo estable. La precariedad es fuerte para ellos.

L-L: Creo que en esta concepción suya de los movimientos sociales, México tiene una influencia crucial…

GP: Sin duda, mi manera de verlo está influenciada por México y América Latina. 

L-L: ¿En qué exactamente?

GP: Había muchos activistas jóvenes, individualizados, que no pertenecían a organizaciones formales. También el zapatismo fue una referencia, en buscar el cambio sin saber exactamente cómo lograrlo. 

L-L: Hace años de eso.

GP: Su influencia es indirecta, pero hoy se ve que el problema de antes es que se pensaba cambiar todo des del Estado y obviamente no se puede. Aunque en México es contradictorio que mucha gente volvió a pensar el cambio desde ahí.

L-L: ¿Lo dice por Morena?

GP: Sí, sin duda. Ahora los activistas sienten mucha desilusión. Vemos cómo Cienfuegos está en México libre y eso dice mucho de la política Morena frente a la impunidad y los cárteles.

L-L: Vamos, que no cambió nada.

GP: Cambiaron muchas cosas. Un gobierno que gobierna a partir de la gente más humilde y un líder honesto, ahí sin duda hay cambios importantes. Ahora bien, no va a cambiar todo desde el Estado, no es así en el mundo de hoy.

L-L: Pero en su libro da a entender que las protestas crean “sensación” de democracia y no más democracia.

GP: Uno se siente actor y esto es fundamental en cualquier democracia pero al mismo tiempo, los cambios no van tan rápido como los movimientos piensan. 

L-L: Votamos cada x años…

GP: La democracia es más que eso, no es solo la relación con el Estado. La manera cómo la gente se vincula entre ellos es muy importante. 

L-L: ¿En qué sentido?

GP: En que sea una relación entre iguales. En América Latina el racismo entre la gente es tremendo.

L-L: Parece que sólo atribuya los movimientos sociales a la izquierda y a los progresistas.

GP: Mi pregunta muchos años fue: en 2011 había tantos movimientos en el mundo, y luego llegaron Donald Trump, Bolsonaro y toda esta gente. No hay que subestimar los movimientos reaccionarios y la represión.

L-L: Eso significa que los movimientos progresistas funcionaban.

GP: Es señal de que progresistas no eran tan fuertes y del otro lado, es un señal de que los movimientos reaccionarios sí lo eran. Lograron difundir una visión del mundo que vimos ahora en el Capitolio, muy alejada de la realidad. 

LL: Y ahora Black Lives Matter es candidato a premio Nobel de la Paz 2021.

GP: Exactamente. No es que viene uno y luego el otro, sino que conviven siempre, estamos en sociedades polarizadas. 

L-L: Si están polarizadas, qué le digo a alguien que no acude a protestas: ¿que se posicione o no?

GP: Es complicado para los activistas decir a los demás lo que tienen que hacer.

L-L: ¿Un activista que dice que no tiene que decir a los demás lo que tienen que hacer?

GP: Como los zapatistas, que cada uno haga su camino y se formule preguntas. 

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