Internet para todos: el deseo que no contagia

“Ese que dijo que el presidente no es una fuente de contagio, tenía toda la razón. El presidente ya no contagia ni el entusiasmo ni nada. Sólo le dijimos ’Sí, señor’, no para engañarlo, sino porque no queremos interrumpir nuestra misión de comunicar a México en todo lo posible”.

Así de contundente suena un ejecutivo de una empresa de las que hace unos días tuvieron un encuentro en Palacio Nacional con el presidente, quien busca un rescate para su plan de conectar a internet a la mayor cantidad de mexicanos antes de que se termine su sexenio.

Se trata de una reedición o revaloración del llamado Internet para Todos, un plan con el que Andrés Manuel López Obrador quiere dotar de servicios de internet a “todo México”.

“El presidente no se quiere dar cuenta de que en realidad hay internet en todo México, el asunto no es de escala, de llevar la colectividad a cada rincón, sino de facilitar el acceso a quienes les falta y, para ello, no sólo se necesitan torres o globos o satélites, sino caminos reales, carreteras, borrar la marginación de miles de localidades aisladas”, me dice el ejecutivo, quien no estuvo en la reunión, pero conoce palmo a palmo el mapa de interconexiones del país.

Esta semana, los ejecutivos de la principales empresas de telecomunicaciones del país se reunieron con el presidente y los encargados de su proyecto, también llamado ‘el Internet del Bienestar’. Asimismo, estuvieron el director de la Estrategia Digital Nacional, Emiliano Calderón, Raymundo Artis, responsable de CFE Telecom, y Bernardo Sepúlveda, presidente de Altán Redes.

Luego de la reunión, AMLO publicó en sus redes sociales: “Una buena noticia: logramos un acuerdo ente el sector público y la principales empresas de telefonía móvil del país para que pronto haya señal y servicio hasta en las comunidades más apartadas del país”.

¿Qué falta para que se conecten los millones que faltan a internet?Ciertamente, el país es uno de los que peor nivel tiene de penetración de internet entre las mayores economías del mundo. Va a la saga en la OCDE y en el G20. En América Latina, el porcentaje de la población conectada en México es de 71%, apenas por encima del promedio de Centroamérica (67%) y del Caribe (62%), pero por debajo del promedio en Sudamérica (72%).

En términos reales, la población conectada a internet en México suma 92 millones, de acuerdo con el reporte We Are Social, de Hootsuite.

Es decir, faltan 34 millones, o un poco más, de mexicanos para decir que hay una penetración de 100%. Como hay millones de niños, tampoco es que se pueda llegar a esa cifra. La región más conectada del mundo, el norte de Europa, llega a 96%. Entre EU y Canadá promedian 90%.

“Es una falacia pensar que va a haber internet para todos”, dice la fuente, quien sugiere revisar un dato recién liberado por el Inegi en los resultados del Censo 2020.

Ahí, se indica que entre 2010 y 2020 la disponibilidad de internet en las viviendas de México pasó de 21.3% a 52.1%. Es decir, un crecimiento de casi 30 puntos porcentuales que abarca a más de la mitad de los hogares mexicanos que ya tienen acceso a internet.

Ese crecimiento en la década pasada fue el mayor logro en la historia de la conectividad en el país, pues el acceso a celulares apenas si creció 22 puntos porcentuales y la penetración de las computadoras en el hogar pasó de 29.4 a 37.6%. Ni qué decir de las líneas telefónicas fijas, que decrecieron: de 43.2 a 37.5%.

“No volveremos a ver un crecimiento de internet así, como la década pasada”, dice el ejecutivo.

En lo que queda del gobierno de AMLO, serán las empresas las que podrían detonar el crecimiento en la población conectada a la red, así como los proyectos comunitarios, tanto rurales como urbanos.

La red Altan, así como la idea de que CFE dote de internet a todos, como lo hace de luz, amerita inversiones y reconversiones a su rede de fibra óptica. Y mirando las cosas como están, no creo que sea factible que CFE haga algo más que llevar luz (es un decir) a todos los hogares mexicanos.

¿Internet para todos? Ojalá fuera por decreto.