¡Reabramos ya las escuelas en México!

En México, restaurantes, centros comerciales y gimnasios tuvieron que cerrar algunas semanas debido a la COVID-19, pero reabrieron con medidas de protección como filtros sanitarios y aforos limitados. Las escuelas, sin embargo, permanecen cerradas desde hace casi un año. Es urgente que sociedad y gobierno trabajemos juntos para buscar la manera de que nuestros niños regresen a las aulas. 

Estoy muy consciente de que en un país como el nuestro, con graves desigualdades sociales, el regreso a clases presenciales tiene enormes retos. Reabrir las escuelas significaría movilizar también a todos los padres y abuelos que llevan a sus niños en diferentes medios de transporte frecuentemente saturados.  También sé, que en algunos casos las carencias de los planteles escolares – tales como la falta de agua corriente – no permitirían un regreso 100% seguro para todos. 

Estoy convencido, sin embargo, que es momento de abrir un diálogo nacional sobre este tema, pues los argumentos a favor de un regreso presencial son innegables:

1. Nadie duda que clases presenciales son mucho más eficaces que clases a distancia. Entre los argumentos científicos destacan que los niños aprenden mejor y más de manera presencial y que el contacto social es una pre-condición para poder aprender. Investigaciones indican que la salud mental de los niños se deteriora debido a las clases virtuales y que numerosos son los jóvenes que se vuelven adictos a videojuegos y a redes sociales.
2. México es uno de solo 30 países a nivel mundial que tiene las escuelas cerradas desde el inicio de la pandemia y solo cuatro países han renunciado más días a las clases presenciales que México. En Europa y en Estados Unidos, cambiar a la enseñanza remota se consideró como último recurso y solo fue implementado durante la situación más grave de la pandemia, en primavera de 2020. Incluso con la nueva ola, a finales del 2020 e inicio del 2021, la mayoría de los países mantuvo las clases presenciales. En el último estudio Pisa, que evalúa los sistemas educativos, los países que ahora apuestan por las clases presenciales están bien clasificados. México logró el lugar 56 de 77 países.
3. Los niños pueden ser infectados con COVID-19. Sin embargo, la mayoría son asintomáticos y si presentan síntomas suelen ser más leves que en los adultos. Los países que reabrieron las escuelas no constataron un aumento de las infecciones. El papel que juegan los niños en la transmisión de la enfermedad aún no queda claro. En AXA México, la edad media de los cerca de 3300 asegurados con COVID-19 tiene 50.9 años y el 0.01% de los afectados fueron menores de edad.
4. Contrariamente a los países europeos y Estados Unidos, en una gran parte de nuestro país, el clima permite dar clases al aire libre o, por lo menos, con ventanas abiertas, incluso en invierno. Así lo presencié yo mismo en Oaxaca después de los sismos de septiembre de 2017.
5. Finalmente, en los hogares más pobres con espacio limitado, escasez de dispositivos y posiblemente con conflictos intrafamiliares, las condiciones para aprender son muy adversas. Al otro lado del espectro, conozco cada vez más papás que han decidido mandar a sus niños a escuelas fuera de México para que tengan clases presenciales. Esto fomenta todavía más la desigualdad en México.

Por el bienestar y el futuro de nuestros niños es necesario que busquemos la manera de que regresen a clases presenciales en los colegios públicos y privados cuanto antes – tomando todas las medidas de seguridad adecuadas.

Todos los niños mexicanos merecen la oportunidad de socializar, de aprender de sus maestros y de convivir con sus amigos. Así sentaremos las bases para un mejor futuro con bienestar, igualdad de oportunidades y prosperidad. Y no olvidemos: los niños más perjudicados de la situación actual son los más vulnerables; a ellos los estamos afectando más y les estamos robando la esperanza de un futuro mejor.

*Daniel Bandle es director general de AXA México. Este texto lo publicó originalmente en LinkedIn.