Collective y la carrera por el Oscar
HÍBRIDO

Como crítico de cine y música tiene más de 30 años en medios. Ha colaborado en Cine Premiere, Rolling Stone, Rock 101, Chilango, Time Out, Quién, Dónde Ir, El Heraldo de México, Reforma y Televisa. Titular del programa Lo Más por Imagen Radio. X: @carloscelis_

Collective y la carrera por el Oscar
Foto: documental Collective.

Ya se dieron a conocer los nominados a la 93ª ceremonia del Oscar y todos tenemos algo que comentar al respecto, porque la selección de títulos (y omisiones) está llena de pequeños recovecos con más de una lectura. Yo destacaría, como el tema más apremiante, que no importa cuánto empeño le dedique la Academia a elegir las películas que mejor puedan representar la diversidad de culturas que la integran, o cuántas ganas le ponga a la producción de su ceremonia “pandémica”, si hacemos caso de las tendencias, su transmisión del 25 de abril está destinada a fracasar.

Pero antes de entrar en este tema, hablemos de lo bueno. En un año como lo fue 2020, y antes de que todos sufriéramos la actual fatiga de contenidos, hubo un breve momento en que el público se interesó por la cinematografía más que de costumbre. Fue así como, ante la falta de salas de cine abiertas, nos volcamos a la oferta en línea que, en ese momento, consistía de títulos más bien “indie”, o del llamado “cine de arte” y sus clásicos. Como las cintas de acción y de superhéroes desaparecieron del mapa, nos familiarizamos con otro tipo de títulos, algunos disponibles en plataformas de streaming, que hoy llegaron a la lista de nominados.

Collective es un documental de origen rumano que ahora concursa por el Oscar. No culparíamos a nadie por no sentir el mínimo interés de verlo, con un nombre que no dice mucho, un póster más bien sobrio y su procedencia de un lugar frío que en apariencia no tiene nada que ver con nuestra cálida y colorida cultura mexicana. Error. Collective tiene todo que ver con México.

Cuenta un caso de 2015 sobre un incendio en un antro de Bucarest llamado “Colectiv”, que acabó con la vida de 27 jóvenes y dejó 180 heridos de gravedad. Tal desgracia sólo es el principio de una tragedia aún mayor que da lugar a una crisis sanitaria que, gracias al trabajo de un grupo de periodistas, pone en evidencia el laberinto burocrático y la corrupción del sistema de salud. ¿Suena familiar?

El 20 de octubre del año 2000 un incendio se propagó por el local situado en Avenida Insurgentes Norte, una discoteca conocida como Lobohombo. Los empleados del lugar colocaron candados en las puertas para que los clientes no se fueran sin pagar. Como resultado, 22 personas perdieron la vida y hubo 40 heridos. El dueño no fue a la cárcel y en cambio las autoridades le otorgaron una indemnización de millones de pesos por expropiar el terreno donde hoy existe una estación de bomberos.

El 20 de junio de 2008, también en la Ciudad de México, se vivió otro drama con el caso de la discoteca New’s Divine, donde 13 personas murieron asfixiadas y otras 16 resultaron gravemente heridas después de un operativo que resultó en una estampida humana, los jóvenes fueron víctimas de brutalidad policiaca y quedaron atrapados en un estrecho pasillo donde, según versiones, la puerta fue obstaculizada por los propios elementos de la policía. A pesar del informe de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal, que comprobó las violaciones de derechos cometidas por la SSP-DF y la PGJDF, al único que se condenó penalmente fue al operador del lugar.

En Collective, lo que sucede después del accidente es aún más atroz. Los jóvenes son trasladados al hospital donde se les aplica un tratamiento con medicina defectuosa que el sistema de salud compraba por contrato a un proveedor privilegiado por el gobierno. Los periodistas que revelan este caso de corrupción logran desatar una revuelta que culmina en acciones que ya quisiéramos ver en nuestro país: autoridades renuncian a sus cargos ante el mal manejo de una crisis sanitaria, los responsables enfrentan consecuencias y se hace justicia. Y todo esto ocurre en los primeros 10 minutos del documental.

Como autor de esta columna puedo compartirles que he visto la mayoría de los documentales nominados en esta categoría, y aún con lo descarnado que puede ser y la amarga reflexión que nos deja al final, Collective es mi favorito. No sé cuáles sean sus posibilidades de ganar, pero dado que ha recibido el honor de una doble nominación, también como Mejor Película Internacional, no le ha ido tan mal.

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Así regresamos a la ausencia de México en esta competencia. La doble nominación de Collective podría situarla como una película que, siendo técnicamente un documental ya nominado en dicha categoría, está ocupando el lugar que le corresponde a otro país en la carrera por el Oscar a la Mejor Película Internacional. Pero hay que decirlo como es: México no tenía grandes probabilidades de hacerse con un Oscar este año, no con trabajos como Collective concursando. Las señales estuvieron en el camino todo el tiempo.

Muchos periodistas se han empeñado en insistir con que los Globos de Oro no funcionan para predecir lo que sucederá en el Oscar, pero en el año de la pandemia sí que tuvieron muchas coincidencias. Una de éstas fue dejar a Ya no estoy aquí, de Fernando Frías, fuera de la competencia. Esto es, tal vez, el más duro recordatorio de que Cuarón, Del Toro y González Iñárritu no ganan premios para la cinematografía mexicana, sino para la propia maquinaria hollywoodense. Son grandes jugadores dentro de aquella industria, cosa que Fernando Frías no es.

Ya no estoy aquí es una excelente película, pero como se ha visto en 93 años de existencia de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de los Estados Unidos, las películas no ganan Oscares sólo por buenas y por bonitas. Para muestra, producciones indie como First Cow o Never Rarely Sometimes Always, títulos con muy buena recepción de la crítica y en el circuito de festivales de 2020, que también se quedaron fuera.

En el caso de Ya no estoy aquí, el respaldo de Netflix era un arma de doble filo. Ser un título exitoso dentro del portafolio de esta plataforma, lo que amplificó su notoriedad y la llevó a ganar 10 premios Ariel y la consiguiente selección como representante de México para el Oscar, no la libró del lastre con el que cargan todas las producciones de Netflix: la Academia aún no las reconoce plenamente. En un año donde el público recurrió más que nunca a este tipo de contenidos, Netflix tenía demasiados títulos en competencia y aún está por verse si la industria cinematográfica ya está lista para entregar sus premios más importantes a una plataforma de streaming.

Pero lo que realmente vamos a descubrir es si todavía queda público al que le interese todo esto, pues como decíamos al principio, las tendencias han revelado los peores ratings para las ceremonias de premios televisadas, caso de los Globos de Oro, y concretamente de los Grammys, con una caída histórica del 53%. Es una terrible ironía que, en el momento en el que las personas siguen consumiendo contenidos sin salir de casa, hayan perdido absoluto interés por estas premiaciones.

BREVES

Collective estrenó desde hace meses en varios países a través de HBO, pero llegará a Hulu este 25 de marzo.

Los fans de los superhéroes están de fiesta gracias a dos estrenos. Por el lado de DC Comics, la esperada Zack Snyder’s Justice League, lanzada desde las primeras horas del 18 de marzo a través de HBO Max y que podrá verse en México a través de Cinépolis Klic y varios servicios de cable. 

Por el lado de Marvel, el 19 de marzo llega la serie Falcon y el soldado del invierno a través de Disney Plus. La segunda serie de superhéroes que dicha plataforma estrena, tras el éxito de WandaVision.

Contacto: Twitter @carloscelis_ 

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