En los tiempos de las pantallas encendidas, donde todo se graba, se comenta y se comparte, No me sigas se atreve a mirar el lado oscuro de la exposición. Dirigida por Eduardo y Ximena Lecuona, la cinta es la primera producción de Blumhouse filmada en México y hablada en español. Un relato que mezcla lo sobrenatural con el vértigo de lo digital, y que deja una pregunta flotando: ¿qué pasa cuando lo que fingimos para entretener se vuelve real?
La historia sigue a Carla, una joven dispuesta a todo por hacerse viral. Se muda a un edificio con fama de embrujado y empieza a fingir rituales paranormales frente a sus seguidores. Lo que comienza como un juego termina por desbordarse cuando algo —o alguien— empieza a responderle desde el otro lado. Con las actuaciones de Karla Coronado, Julia Maqueo y Yankel Stevan, la película retrata la obsesión contemporánea por ser vistos y el precio que puede tener esa necesidad.
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El miedo como espejo de la era digital
Para Eduardo Lecuona, el verdadero terror de No me sigas habita en la pérdida de identidad. “Queríamos actualizar el lenguaje del metraje encontrado y trasladarlo al presente digital. Ya no usamos cámaras de los noventa; ahora el miedo puede esconderse en una selfie, en ese instante en que algo parece moverse detrás de ti”, explica el director.
Filmada en secreto en la Ciudad de México, la cinta combina tensión, atmósfera y un pulso visual que hace sentir al espectador dentro de la historia. Los hermanos Lecuona crecieron con el cine de culto de los noventa, y aquí transforman esa nostalgia en una versión contemporánea del miedo: el miedo a no ser nadie si no estás frente a una cámara.
Una alianza inédita para el cine mexicano
La llegada de Blumhouse a México marca un momento importante para el cine de género. No me sigas se realizó junto con Maligno Gorehouse, Edge Films, Wild Sheep Content y Cinépolis Distribución, uniendo experiencia internacional con la fuerza creativa de los nuevos realizadores mexicanos.
“Blumhouse conectó con el guion de Ximena. Querían entrar a México porque el público mexicano ya consume mucho de su cine, y esta era la oportunidad de hacerlo”, cuenta Lecuona.
La fotografía de Selene Berazueta, la música de Craig Davis Pinson y el diseño sonoro de Mario Martínez Cobos refuerzan la atmósfera densa, casi doméstica, donde lo cotidiano se vuelve inquietante. No me sigas apuesta por una estética sobria, de ritmo calculado y emociones contenidas, que permite que el terror se cuele por las rendijas de lo real.
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El elenco joven y la naturalidad del miedo
Encontrar a los protagonistas tomó varios meses. Los directores buscaban un trío que generara una conexión auténtica, y esa complicidad se refleja en pantalla. “Queríamos que el público sintiera que estaba dentro de su grupo, no viendo una actuación. Ensayamos mes y medio para construir personajes con verdad, no con artificios”, recuerda Lecuona.
Esa verdad se percibe en cada escena. Las miradas, los silencios y la tensión entre los tres jóvenes sostienen el relato. No hay gritos exagerados ni efectos grandilocuentes: el miedo surge del reconocimiento, de sentir que ese cuarto, ese reflejo o esa transmisión podrían ser los nuestros. “Más allá del susto, la película refleja la confusión de querer ser alguien más y terminar perdiéndote a ti mismo”, resume el cineasta.
“Más allá del susto, la película refleja la confusión de querer ser alguien más y terminar perdiéndote a ti mismo”.
No me sigas y el ritual del miedo compartido
Antes de su estreno comercial, No me sigas tuvo su premiere en el Festival Internacional de Cine de Morelia, donde el público reaccionó con entusiasmo. “Escuchar los gritos y las risas en el momento justo nos confirmó que el terror también puede ser una experiencia colectiva”, dice Lecuona.
El director reconoce que estrenar en Halloween y Día de Muertos fue un gesto simbólico. “Ir al cine a asustarnos juntos es un ritual. Hay que darle vida a este ente, a este villano muy mexicano, que ahora forma parte de la familia de monstruos de Blumhouse”.
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El origen de No me sigas
Detrás de la oscuridad de la historia del filme No me sigas, hay una reflexión sobre lo que significa crear y existir en una era hiperconectada. En esta entrevista, Eduardo Lecuona comparte las motivaciones que dieron forma a la película, los riesgos de filmar con una estética tan cercana al lenguaje digital y la emoción de construir un proyecto mexicano dentro del universo Blumhouse.
No me sigas, aún en cines
Estrenada el 30 de octubre, No me sigas continúa en cartelera en distintas ciudades del país bajo el sello de Cinépolis Distribución. Su permanencia se explica fácilmente: el público joven se reconoce en ella, en esa frontera difusa entre lo real y lo grabado.
La película deja una advertencia que resuena después de la función: “Lo que haces por un like puede quedarse contigo más tiempo del que imaginas”.
Con un guion sólido, actuaciones frescas y una atmósfera que se siente demasiado cercana, No me sigas confirma que el miedo también puede ser un espejo de nuestros tiempos. Y que a veces, lo verdaderamente aterrador no está detrás de la pantalla, sino frente a ella.
Yo soy y me llamo Ligia Oliver y espero que sigas mi columna en este medio. Soy miembro del Consejo Directivo de Tinta Escritores Cinematográficos México. Me desempeño como periodista cinematográfica, guionista, locutora, editora, traductora y productora de cine, radio y TV, además de la dirección editorial de Somos Texto. Amo el cine mexicano (como ya te habrás dado cuenta). También soy filósofa y apasionada de la cultura griega. Mantengamos contacto vía: IG: @lixoliver FB: @lixoliverligia o lixoliver@gmail.com