En escena, la vida y la muerte se confunden, y aquí, entre una cocina, una cancha y una enredadera que crece sin permiso, Jesús Zavala interpreta a un hijo que intenta recordar con precisión el último día con su padre. Así, cada palabra de Ahoradespués se convierte en un acto de reconciliación: con la memoria, con el tiempo y con lo que a veces callamos hasta que es demasiado tarde.
La obra —escrita por el dramaturgo argentino Guido Zappacosta y dirigida en México por Alonso Íñiguez— vuelve a La Teatrería en su segunda temporada después de una primera serie de 14 funciones consecutivas con localidades agotadas. Un logro poco común para un monólogo, y aún más cuando el único cuerpo sobre el escenario es también un corazón expuesto.
“Nunca había hecho un monólogo, y mantenerte tú solito una hora y media con tu mente, tu memoria y las herramientas del texto era intimidante”, confiesa Jesús Zavala. “Pero fue retador y muy emocionante. Como actores, cuando nos quitamos esa barrera del miedo, desbloqueamos algo más profundo”.
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Ahoradespués y la memoria que sana
Ahoradespués nació del deseo de hablar de la pérdida sin regodearse en el dolor. En palabras de Zavala, la pieza no se instala en la tragedia, sino en la vida que queda después.
“Textos sobre la muerte hay muchos”, dice el actor. “Pero éste no rasca la herida, no se va al morbo. Habla desde un lugar sano, desde alguien que ya hizo las paces. No parte de la muerte hacia adelante, sino de la muerte hacia atrás, hacia la vida”.
Esa mirada inversa —del adiós al origen— convierte la obra en una experiencia íntima y, al mismo tiempo, universal. Cada función parece una conversación entre un hijo y su público, entre lo que fuimos y lo que aún podríamos decir.
Zavala explica que trabajar este texto lo llevó a reconciliarse con la memoria de su propio padre:
“Hacer las paces con la muerte de mi papá fue muy bonito. Muy sanador. Este texto me ayudó a entender que no me quedo estancado en la pérdida; me quedan muchas personas”.
“En lo que me queda, no voy a dejar los abrazos ni las palabras para después”.
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La complicidad de una dirección sensible
Cuando el actor supo que Alonso Íñiguez dirigiría la puesta en escena de Ahoradespués, sintió nervios y admiración:
“Moría por trabajar con él”, recuerda. “Conozco su trayectoria, los textos maravillosos con los que ha trabajado, y me daba miedo no estar a la altura. Pero trabajar con Alonso fue un regalo: tiene un tacto increíble, una sensibilidad que te acompaña en cada movimiento”.
Íñiguez y Zavala adaptaron juntos el texto original al contexto mexicano. El resultado fue una obra visualmente mínima pero emocionalmente expansiva, donde el silencio pesa y cada gesto cuenta. El director, conocido por montajes como La golondrina o Noche de Reyes, dota a Ahoradespués de una naturalidad conmovedora, de esa magia que ocurre cuando la palabra y el cuerpo parecen respirar al mismo tiempo.
“Cuando haces clic con tu director —dice Zavala— hay que celebrarlo. Con Alonso se dio una conexión hermosa. Es la pieza clave para que este proyecto funcione”.
Abraza en lugar de golpear: Ahoradespués
El texto de Guido Zappacosta, ganador del concurso CONTAR, se ha descrito como una “oda de amor a los que ya no están”. Su estructura sencilla y su lenguaje cotidiano esconden una profundidad emocional que invita a la reflexión.
En escena, Jesús Zavala juega con los símbolos que habitan la obra: el bollo de pizza que fermenta con el tiempo, la enredadera que no deja de crecer, el fútbol que se convierte en refugio. Cada elemento es una metáfora del presente que sigue moviéndose incluso cuando la vida se detiene.
El actor lo resume con una honestidad luminosa:
“Ahoradespués te recuerda que no dejes los abrazos ni los ‘te amo’ para después. Que no esperes a que el tiempo te dé permiso. Que digas, que vivas, que ames, pero ahora”.
La respuesta del público, emoción compartida
Desde su estreno, Ahoradespués ha mantenido funciones con localidades agotadas. No por campañas masivas, sino por el boca a boca. “Fue increíble ver cómo el público empezó a recomendarla”, cuenta Zavala. “Durante la primera temporada hicimos catorce semanas de sold out continuas. Y ahora, en esta segunda, ya llevamos tres funciones agotadas y una cuarta a punto de llenarse.”
Cada noche es distinta. En cada función algo cambia, algo se mueve. Para Jesús Zavala el teatro es un organismo vivo:
“Es efímero. Cada noche es diferente. Lo que sucede con el público no se repite nunca igual. Hay funciones que no olvido: la primera, cuando todo era miedo; la de Monterrey, nuestro primer teatro lleno fuera de la ciudad; y aquella en la que estaba mi mamá. Esa función fue un regalo. Algo que nos debíamos como familia”.
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Ahoradespues, la entrevista completa
En esta conversación, el actor Jesús Zavala habla sobre el proceso emocional detrás de Ahoradespués, su colaboración con Alonso Íñiguez y Guido Zappacosta y cómo el teatro puede ser un espacio de sanación y encuentro. El actor reflexiona sobre el valor del presente y sobre la importancia de mirar la vida “desde la muerte hacia atrás”.
El eco que deja Ahoradespués
La obra ha trascendido el escenario de La Teatrería. Pronto viajará a Guadalajara, ciudad natal del actor, además de Puebla y Querétaro. Compartirla con su familia, en su tierra, tiene para él un sentido profundo:
“Presentarla en Guadalajara me llena el alma. Esta historia se cuenta ahí, donde crecí. Es una manera de cerrar un ciclo”.
El proyecto, producido por Late Producciones y Magnífico Entertainment, se sostiene en una premisa que parece sencilla pero que duele por su verdad: “una historia sobre todo lo que dejamos para mañana… pero mañana puede ser tarde.”
Zavala la define como una invitación honesta a mirar el ahora con otros ojos. A dejar el celular, la excusa y el “luego lo hago”. A darnos permiso de estar.
“No lo dejen para después. Vayan a verla. Nos damos ese apapacho mutuamente en cada función”, concluye.
Yo soy y me llamo Ligia Oliver y espero que sigas mi columna en este medio. Soy miembro del Consejo Directivo de Tinta Escritores Cinematográficos México. Me desempeño como periodista cinematográfica, guionista, locutora, editora, traductora y productora de cine, radio y TV, además de la dirección editorial de Somos Texto. Amo el cine mexicano (como ya te habrás dado cuenta). También soy filósofa y apasionada de la cultura griega. Mantengamos contacto vía: IG: @lixoliver FB: @lixoliverligia o lixoliver@gmail.com