Se acaba el tiempo, pero aún podemos controlar el cambio climático
Illustration: Eleanor Shakespeare/The Guardian

La crisis climática representa un peligro claro y distinto para las personas y nuestro planeta. Sus consecuencias en el mundo real ya son visibles.

El mes pasado en Nepal, me reuní con las comunidades desplazadas por el derretimiento de los glaciares. En Etiopía, vi cómo las inundaciones, sequías y langostas diezmaron las cosechas. Alrededor del mundo, los océanos se calientan, y las tormentas, inundaciones e incendios forestales se intensifican, mientras aquí en casa, nuestras ciudades costales se enfrentan a amenazas serias a largo plazo por el crecimiento de los mares. A menos que actuemos ahora, se nos acabará el tiempo para frenar los peores impactos.

Nuestro planeta se calienta a toda velocidad. A este ritmo, nos dicen los científicos, el aumento de las temperaturas será de unos 3.5ºC para 2100, en comparación con los niveles preindustriales. El impacto de tal aumento no será menor que catastrófico.

Aún así, al mismo tiempo, cada vez nos damos mayor cuenta del peligro, y la dirección del curso está cambiando. Los países responsables por el 65% de las emisiones globales ahora tienen compromisos para acabar las cero emisiones o la neutralidad de carbono.

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El mundo se mueve hacia un futuro bajo en carbono, ahora las energías limpias son la fuente más barata de electricidad. Pero el ritmo del cambio tiene que aumentar. Globalmente, debemos recortar a la mitad las emisiones tan solo durante la próxima década si queremos cumplir los objetivos del Acuerdo de París, que busca controlar el crecimiento de las temperaturas por debajo de los 2ºC y cerca de 1.5ºC. Esto significa actuar desde hoy.

De todos los problemas que tenemos, luchar contra el cambio climático y preservar la biodiversidad son la prioridad internacional número uno del Reino Unido. Ese es el claro mensaje de la amplia estrategia del primer ministro para las políticas internacionales (la reseña integrada) publicada esta semana, que también reafirma nuestro compromiso para alinear todas las futuras asistencias del Reino Unido con el Acuerdo de París.

La Cop26 (la conferencia de la ONU sobre el clima que se llevará a cabo en Glasgow en noviembre) será una parte crucial de los esfuerzos del Reino Unido. Este tiene que ser el momento en que el mundo comience a controlar la crisis climática y, como presidente de la Cop26, tengo cuatro objetivos claros.

El primero: cero emisiones globales. Quiero poner al mundo en el camino de las cero emisiones para mediados de siglo, pues es esencial para mantener los 1.5ºC al alcance.

Los objetivos globales de hoy para 2030 no están ni siquiera cerca de cumplir con el objetivo de temperatura del Acuerdo de París, como dejó claro en un reporte de la ONU. Entonces, el Reino Unido utilizará la presidencia de la Cup para exhortar a todos los países a fijar objetivos de reducción de emisiones para 2030 que nos pongan en el camino del cero.

También necesitamos políticas que hagan realidad tales objetivos. Durante este año queremos ver que los países hagan compromisos ambiciosos para acabar con la venta de nuevos vehículos de gasolina y diesel, inspirados en los planes del Reino Unido con una transición para 2030. Necesitamos que un hilo verde corra a través de todos los paquetes de recuperación del Covid-19. Y queremos nuevos compromisos significativos para acabar con la construcción de nuevas plantas de carbón, y transicionar de las existentes.

El Reino Unido defenderá esto. Como se estableció en la reseña integrada, buscamos convertirnos en el líder mundial de la tecnología ecológica, las finanzas y la energía eólica.

El mundo ya está en un momento crítico en cuanto a energía. En los últimos cinco años, se abandonaron planes para construir nuevas plantas de carbón de 900 gigawatts, esto es equivalente a más de diez veces el suministro de energía del Reino Unido. Cada vez es más claro que la energía limpia es el futuro, el carbón es una reliquia de una era que se quedó en el pasado, y este año necesitamos el empujón final para dejarla atrás, donde pertenece.

El segundo objetivo: adaptación. Proteger a nuestras comunidades y a los hábitats naturales del impacto destructivo del cambio climático, cuyos efectos sólo crecerán en fuerza y ferocidad, aunque estemos en camino a las cero emisiones.

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Hemos visto el enorme valor de invertir en la preparación para los climas extremos. Cuando el ciclón Amphan azotó a India y Bangladesh en 2020, los sistemas de alerta temprana salvaron decenas de miles de vidas.

Entonces, para el Cop26, queremos que todos los países tengan un plan creíble para manejar los impredecibles y usualmente dañinos patrones meteorológicos que son el resultado del cambio climático. Reuniremos a las naciones para compartir soluciones, a través de la nueva Adaptation Action Coalition, a la que se están uniendo países de todo el mundo. Y estamos trabajando para incrementar el fondo destinado a las tecnologías y sistemas que protegen a las personas y a la naturaleza.

Esa es una parte de nuestro tercer objetivo: finanzas. Es vital que haya fondos suficientes para combatir la crisis climática. Los países desarrollados prometieron juntar 100 mil millones de dólares cada año para las acciones climáticas. En el Reino Unido contribuiremos 16 mil millones de dólares durante los próximos cinco años para las finanzas climáticas y estamos impulsando a otros para que sigan nuestro ejemplo.

En conjunto, trabajaremos con el antiguo gobernador del Banco de Inglaterra y consejero financiero del primer ministro para la Cop26, Mark Carney, para generar los billones en finanzas privadas necesarios para alcanzar el cero global. Y en pocas semanas, realizaremos una junta ministerial sobre el clima y el desarrollo para buscar formas de tratar los problemas más complicados como el acceso a las finanzas y la deuda que le impide a los países en desarrollo implementar por completo el Acuerdo de París.

Mi cuarto objetivo es trabajar en equipo para hacer que las negociaciones en Glasgow sean exitosas. Juntaremos a las comunidades, gobiernos, organizaciones del tercer sector y negocios para acelerar el movimiento global hacia el cero. Los invitamos a trabajar en conjunto sobre otros desafíos vitales, como proteger los hábitats naturales e impulsar las energías limpias, para ayudar a cumplir con las reducciones de emisiones necesarias a la velocidad de lo que demanda la crisis.

La crisis climática es el desafío más grande que todos enfrentamos. Pero superarlo está enteramente dentro de nuestras capacidades. Para acelerar el movimiento hacia nuestro futuro verde, para convertir la ambición en acción y reunirnos. La Cop26 es nuestra oportunidad. Necesitamos aprovecharla.

Alok Sharma es el presidente designado de Cop26 y el representante conservador de Reading West.

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