Enlodar la elección
Ciudadano Político

Provocador de ciudadanos, creador de espacios de encuentro y conocimiento. Exservidor público con ganas de regresar un día más preparado. Abogado y politólogo con aspiraciones de chef. Crítico de los malos gobiernos y buscador de alternativas democráticas. Twitter: @MaxKaiser75

Enlodar la elección
Foto: Element5 Digital/Unsplash.com

“Nadie sabe qué decir en el vestidor del perdedor”Muhammad Ali

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Siempre han sido malos jugadores, y peores perdedores. Son conocidos por su deprecio a las reglas del juego democrático, cuando los resultados no les favorecen. De hecho, el partido está conformado, en su mayoría, por personas que militaban en otros partidos, hasta que perdieron alguna contienda interna. El creador mismo de Morena, el actual presidente de México, ha desconocido todas las elecciones en las que ha perdido, internas y externas, y desfondó el segundo partido en el que militó, el PRD, cuando se dio cuenta de que no podría dominarlo permanentemente a su gusto y capricho. Quería un partido en el que las reglas fueran siempre las que él decide, para ganar cualquier batalla interna. Y eso fue lo que creó: un partido con reglas laxas, principios ambiguos, autoridades débiles, sometidas y desorganizadas, que tienen un solo jefe que toma todas las decisiones, y siempre gana todas las batallas internas. Su sueño hecho realidad. Pero es también un espacio en el que cabe todo aquel que cumpla dos requisitos: jure lealtad incondicional al jefe y pueda traer dinero y votos.

En las listas actuales de candidatos de Morena hay cientos de militantes de otros partidos que salieron emberrinchados de éstos, tras no ser elegidos candidatos en la posición que aspiraban. Pero como tienen dinero y votos son recibidos en Morena con los brazos abiertos. Se trata así de un espacio fundado por malos perdedores, que siempre aspiran a un puesto. Por eso, es un movimiento con un equilibrio muy frágil.

Las elecciones de 2018 fueron al mismo tiempo una bendición y una maldición. Primero fue una bendición porque la mayoría de los malos perdedores, incluido el presidente, ganaron el puesto que aspiraban. Esto compró tres años de paz y cordialidad aparente al interior. El éxito atrajo además a mucha gente nueva que buscaba aprovechar esa ola marrón. Según datos del INEGI la burocracia creció, sólo a nivel federal, en 130 mil personas de 2018 a 2019. Del súbito éxito viene la maldición, porque se ve cada vez más difícil que se repita el milagro del 2018. Propongo 5 motivos. Primero, la tragedia que han resultado los gobiernos de Morena. No sólo es el fracaso total del gobierno federal, están también los gobiernos locales de Morena como el de Veracruz, Puebla o la CDMX, así como los municipios que gobiernan, que son una desgracia en términos de resultados concretos. Segundo, la guerra interna entre grupos que pelean por candidaturas, que se ha mantenido discreta por el pavor al jefe. Tercero, la elección de candidatos como Salgado Macedonio que los alejan directamente del movimiento de mujeres y de cualquier persona sensata. Cuarto, el golpe de la pandemia que ha destruido a miles de familias y millones de economías familiares. Y, quinto, la traición a miles de aliados del movimiento con temas como la militarización de la seguridad, el rechazo a las demandas feministas, la destrucción del medio ambiente o la entrega de la educación al sindicato.

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Si lo percibo yo, lo deben saber ellos, y por eso ya inició la campaña que pretende enlodar la elección, desprestigiar al árbitro, crear míticos enemigos a los que se les atribuirán las derrotas, y lo más preocupante, el desprecio total por las reglas del juego. Violar la ley como principio, y luego acusar al árbitro de parcial, es el sello de la casa. Se llama curarse en salud. Necesitan explicaciones para todos aquellos que ya apostaron por Morena, si los resultados no los favorecen. Y, sobre todo, una plataforma de víctimas para los difíciles 3 años que les faltan. Es nuestra responsabilidad evidenciar esta trampa y convertirnos, finalmente, en los ciudadanos que nuestra democracia merece y necesita. Debemos vigilar y denunciar, debemos cuidar a los árbitros y participar con convicción, responsabilidad y entusiasmo. Podemos hacer del 2021 el inicio de la consolidación de nuestra democracia.

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