Crear más con más
Ciudadano Político

Provocador de ciudadanos, creador de espacios de encuentro y conocimiento. Exservidor público con ganas de regresar un día más preparado. Abogado y politólogo con aspiraciones de chef. Crítico de los malos gobiernos y buscador de alternativas democráticas. Twitter: @MaxKaiser75

Crear más con más
Foto de Ryutaro Tsukata en Pexels

“Un viaje de mil millas comienza con el primer paso”.Lao Tse

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Ese debería ser el objetivo de un nuevo sistema político: crear más con más. Multiplicar en lugar de destruir. Generar abundancia en lugar de presumir las carencias.

La tan cacareada austeridad fue, en realidad, un austericidio: menos ingresos públicos, menos gasto, menos obra, menos educación, menos derechos sociales, menos seguridad, menos crecimiento económico, menos libertad, menos planeación, menos técnica, menos desarrollo, menos justicia, menos experiencia de gobierno, menos fiscalización, menos combate a la corrupción, menos gobierno. Ninguna de las aseveraciones anteriores es una opinión de quien escribe. Todas las afirmaciones son verificables con datos duros y hasta oficiales. Poquito de todo lo importante pero mucha soberbia, mucho desplante de autoridad, muchas mentiras, mucha violencia, mucha corrupción, muchos discursos y muchas promesas sin cumplir. Nos quedamos con muy poquitos y muy pequeños liderazgos políticos, sociales y económicos, que además viven aterrados de levantarle la voz al megáfono que sólo grita a diario, para que su ruido haga imposible que se escuchen otras voces. Menos de todo, para que la relevancia del único que grita parezca mucho más grande de lo que realmente es. Nuestro modelo político actual está basado en la máxima: crear menos con menos (pero decir que, en realidad, es más).

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¿Cómo transformamos este mediocre modelo político en uno diferente? Desde la base. Uno por uno. Me explico. Se trata de convertir a cada ciudadano en un núcleo activo y consciente de sus derechos, oportunidades y potencialidades. Sígueme en la idea. Imagina que cada ciudadano conoce los derechos fundamentales consagrados en su Constitución, y en las convenciones internacionales de las que somos parte. Imagina que todos saben cómo activarlos y exigirlos, y lo hacen de manera regular permanente. Piensa en la presión que eso provoca en un Estado que debe mantener activos y eficaces los canales y herramientas jurídicas que se requieren para exigirlos. Imagina el nivel de preparación y profesionalismo que se requiere en el servicio público para atender esa demanda constante y creciente, además de la creatividad y técnica para mejorar permanentemente. Piensa en el nivel de exigencia a la que estarían sometidos permanentemente y la responsabilidad que eso implica.  Va un ejemplo. Imagina que todos los ciudadanos conociéramos nuestro derecho a la justicia consagrado en el artículo 17 de la Constitución, y que todos fuéramos implacables en su exigencia. Esto implicaría que todos sabríamos cuando se comete un delito. Todos sabríamos dónde y cómo denunciarlo, y estaríamos dispuestos a hacerlo sin dudarlo. Pero, además, como sabemos que nuestro derecho es a obtener justicia, y no sólo a acusar, le daríamos seguimiento hasta quedar satisfechos que efectivamente se hizo justicia, o utilizaríamos todos los canales disponibles hasta obtenerla. Esto implicaría una presión permanente sobre las instituciones encargadas de detectar, investigar, sancionar y aplicar sanciones, que los llevaría a mejorar constantemente sus capacidades, crear nuevas herramientas y los obligaría a rendir cuentas. Así, entre más ciudadanos entienden la justicia, más exigen justicia, más capacidades se generan en el sistema, más justicia se obtiene para todos. Así se crea más con más. Así creamos un nuevo modelo político. Así funcionan las democracias exitosas. Así es como se han desarrollado y siguen creciendo. ¿Qué nos impide convertirnos en una? Sólo conocimiento y ganas. Ambos están disponibles. Es momento de empezar.

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