No es una elección más
Ciudadano Político

Provocador de ciudadanos, creador de espacios de encuentro y conocimiento. Exservidor público con ganas de regresar un día más preparado. Abogado y politólogo con aspiraciones de chef. Crítico de los malos gobiernos y buscador de alternativas democráticas. Twitter: @MaxKaiser75

No es una elección más
Foto: LopezObrador.org.mx

“Siempre que el hombre toma la ley en sus propias manos el perdedor es la ley, y cuando la ley pierde, la libertad languidece”Robert Kennedy

Escucha esta columna.

Una competencia entre dos equipos es un simple concurso de propuestas, estrategias y habilidades para ganar en un marcador final, cuando ambos bandos están de acuerdo en las reglas del juego y en la capacidad del árbitro para aplicarlas con rigor. Cuando juegan el Barcelona y el Real Madrid, en el partido de futbol de liga más visto del mundo de cada año, suele haber mucha pasión. Es común que los aficionados de uno de los bandos queden insatisfechos con alguna decisión arbitral y hasta argumenten que fue definitoria en el resultado final. Sin embargo, el juego es visto en todo el mundo porque hay un acuerdo básico sobre las reglas, las capacidades de los árbitros y ninguno de los dos equipos tiene el poder para desaparecer a La Liga o a su comisión arbitral, si el resultado les es adverso. Sería motivo de risa y burla en todo el mundo si el Barcelona dijera un día “Como soy el equipo más popular y querido, merezco la victoria. Si no la obtengo, es trampa y desapareceré la Liga y enjuiciaré a los árbitros”. Pero si, además, esa amenaza fuera real y posible de ejecutar, se acabaría la competencia. El partido perdería todo sentido e interés, porque uno de los bandos tendría una clara ventaja de inicio.

Eso fue la simulación de democracia que tuvimos por varias décadas en México. Un espectáculo ridículo para cumplir de manera nominal el mandato constitucional. En esta farsa permanente el PRI, uno de los jugadores, controlaba el dinero, el proceso, el padrón de votantes, era el árbitro que hacía como que aplicaba las reglas y, al final, contaba los votos. En la década de los ochenta el juego cambió. Las crisis económicas y sociales provocaron que llegaran nuevos contendientes que amenazaron esta farsa. Todo quedó al descubierto en 1988, cuando el PRI tuvo que cambiar las reglas del juego en el minuto 90 y declararse ganador, por puro poder. A partir de ese momento inició un largo camino de reformas constitucionales y legales para arrebatarle al gobierno, del partido que sea, el poder sobre el árbitro, el dinero, las reglas del juego, el acceso a medios, la fiscalización y la aplicación coactiva de las reglas. Después de muchas batallas México lo logró. Existe competencia democrática con reglas claras, procesos claros y un árbitro autónomo que los aplica. En términos generales, es la habilidad, la estrategia y la capacidad de los partidos y candidatos la que define quién obtiene el poder. No es un sistema perfecto, nunca lo son. El árbitro, como en cualquier juego, suele tomar decisiones que no son compartidas por todos, pero prevalece. El mayor defecto de nuestro sistema democrático son los jugadores. Son malos para cumplir las reglas por voluntad propia y peores para hacerlo por la fuerza. Hasta ahí, nada muy diferente a otras democracias, incluso desarrolladas.

También puedes leer: Crear más con más

El problema hoy es que el peor jugador de todos es el presidente de México y Morena, el partido en el poder. El presidente de la República ha atacado y amenazado directamente al INE y a sus integrantes, por decisiones que no comparte. Ha amenazado abiertamente con desaparecer al árbitro si no comparte el resultado de la elección. Pero no está solo en esto: el presidente del partido ha hecho lo mismo, al igual que los coordinadores de Morena en el Senado y en la Cámara de Diputados. Así, la amenaza es clara, real y está cantada: si ganamos la mayoría tendremos el poder de hacer las reglas a modo y de someter al árbitro, si perdemos vamos a desconocer la elección. No es opinión mía ni es una conclusión inventada, los 4 funcionarios más relevantes del partido lo han dicho abiertamente.

Por eso, en esta elección los ciudadanos nos estamos jugando la democracia que tanto trabajo nos costó construir. Tenemos que evitar la concentración y el abuso del poder, a través del voto, y mandar un mensaje claro a los jugadores: la democracia es nuestra, y somos nosotros los que decidimos quién y por qué se accede al poder.

Síguenos en

Google News
Flipboard