Ignorancia culpable
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Doctora en Comunicación y Pensamiento Estratégico. Dirige su empresa BrainGame Central. Consultoría en comunicación y mercadotecnia digital, especializada en tecnología y telecomunicaciones. Miembro del International Women’s Forum.

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Ignorancia culpable
Foto: Lianhao Qu/Unsplash.com

Las leyes son normas o reglas con las que el Estado puede impartir justicia de forma eficaz. Deben ser utilizadas de forma precisa para la construcción de un   estado de derecho, y ser un camino hacia la democracia, sin embargo no siempre es así.

Desde la antigüedad se vio la necesidad de crear leyes para evitar que cada persona usara su libre albedrío, en una especie de abuso de poder para ofrecer justicia.

La ley tiene características muy claras: es incluyente, es decir, todos la debemos cumplir sin excepción, es obligatoria para el que manda, el que somete y el que obedece; tiene carácter de impersonal y abstracta, se aplica de forma generalizada por lo que todo ciudadano debe conocerla y evitar la figura de ignorancia culpable, aquella que apela a lo que no sabes, pero deberías saber.

Expresiones como la del diputado Ignacio Mier, miembro del partido con mayoría en la cámara, sobre disociar conceptos como ley y justicia, para actuar con base en la justicia de acuerdo al caso, y desentenderse de las leyes, es elevadamente preocupante. Confirma la búsqueda de un gobierno hacia la transición de un estado democrático de derecho, a un estado autoritario.

Un líder autoritario piensa que puede crear y modificar leyes a capricho, bajo una presunción de que el estado no sólo le pertenece, sino que él mismo es el estado. Entonces de acuerdo con sus filias y fobias, puede discriminar a los grupos que no están a su favor, trasformar leyes a modo, que lejos de proteger a la ciudadanía, se conviertan en una permanente amenaza a sus derechos y garantías jurídicas.

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Un gobierno autoritario va desmembrando instituciones que lo cuestionan, crea nuevos organismos, y fortalece a jueces para que lo apoyen en la construcción de su nuevo estatus quo, una historia que lo favorece y no permite que nadie esté por encima de su ley.

La Ley de Hidrocarburos, el Padrón Nacional de Usuarios de Telefonía (Panaut), la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, la modificación de los contenidos en los libros de texto gratuitos, la extensión de dos años del Ministro Arturo Zaldívar, son solo algunas de las alarmantes expresiones de autoritarismo del actual gobierno en México.

Baltasar Gracián, escritor español, decía que “El primer paso de la ignorancia es presumir de saber”.  Hoy los mexicanos no sabemos, ignoramos.

La conectividad y la sociedad de la información en la que vivimos, más que ser un punto de encuentro para la reflexión como ciudadanos digitales, nos está intoxicando con una saturación de información vía redes sociales, que no estamos sabiendo procesar, haciéndonos cada vez más ignorantes de los verdaderos temas que nos están deformando como país, y nos están llevando a un estado autoritario y totalitarista.

Es tiempo de que como ciudadanos digitales salgamos de la ignorancia culpable, y aristotélicamente excusante e involuntaria, con respecto a las circunstancias concretas, y al objeto de la acciones que tenemos que tomar para recuperar nuestro país. 

Todavía no es demasiado tarde.

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