¡Al carajo!
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Es jefe de información en Imagen Noticias con Yuriria Sierra en Imagen Televisión. Ha colaborado en Nexos, Proyecto 40 y Dónde Ir.  IG y TW: @alanulisesniniz

¡Al carajo!
Foto: José Méndez/EFE.

Qué difícil es no contaminarse de la narrativa. Abrir un periódico, el que sea, y leer los encabezados, que si el presidente se pelea con (agregue aquí cualquier nombre), que si ese cualquier nombre le responde; los candidatos que hacen el ridículo en campaña o los que solo señalan los errores del contrario sin ninguna propuesta bajo el brazo. Vemos figuras que no se rinden, que lucran con las carencias ajenas con la falsa idea de una postura crítica, ocultando que, en realidad, esta es la única forma que tienen para venderse como una “mejor” opción. Ya fueron parte de la función pública y justo su gestión alimentó al movimiento que hoy gobierna. Y estos que hoy gobiernan se han olvidado de ese apoyo genuino que millones de personas les concedieron.

Una de las personas más inteligentes que conozco me dijo hace varios meses que este sería el sexenio de la decepción. Y hoy no puedo sino darle la razón. Así como en Palacio Nacional administran recursos con una política de austeridad a conveniencia; así también quienes le concedieron su voto administran la dosis diaria de desencanto. Este gobierno tenía una sola tarea para diferenciarse del resto: ser empáticos cada uno de sus días en funciones. No ha sido así, al menos no hasta ahora.

El presidente respondió ayer al por qué no ha ido a visitar a los familiares de las víctimas del colapso de la Línea 12 o a la zona cero: “¡al carajo!”, afirmó. Y sí, se refería a mandar al carajo las prácticas de la política que, dice, son de antaño, hacerlo solo para sacarse la foto y bla, bla, bla… pero tampoco a él le hemos visto dinámicas distintas, innovadoras.

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Con la constante confrontación, con los frentes que a diario se abren donde no hay necesidad y una oposición tan dependiente de lo que diga o haga el que consideran su enemigo, ¿a dónde creemos que vamos a llegar? Al eterno círculo vicioso. Quedarse donde nos hacen menos daño. Parece que a eso quieren condenarnos.

Empatía, que no es una carencia nueva, es lo que le ha faltado al gobierno, a este gobierno que tendría que haberla hecho uno de sus principales activos, pero solo ha logrado hacer más evidente su ausencia. Qué le costaba al presidente reconfortar a esas familias que hoy lloran a quien ya no volverán a ver, ¿por qué ignorarlos? ¿Por qué no darles unos minutos de su agenda? Subrayar que, a pesar del luto, es obligado conmemorar la Batalla de Puebla, es no entender qué es lo que siente el pueblo, ése que aún, una parte de él, le concede apoyo o al menos el beneficio de la duda. Es darles la espalda, es decirles que ahora ya no importan.

Qué manera de apagar fuegos sería responder a la agenda ciudadana desde la solidaridad y no desde el conflicto, el rechazo y la descalificación. Más de dos años y la narrativa la escriben con toda la intención de mantener las distancias entre quienes le aplauden y quienes abuchean. La escriben y la reciben, porque también está ese otro lado que lo único que espera es la oportunidad para el regreso, aquel donde puedan tener otra vez los privilegios de los que siempre gozaron.

Aunque la clave, tal vez, es entender esta dinámica y decidir no ser parte de ella. Ya sabemos el tono de lo que se dice en Palacio Nacional, también las respuestas de la penosa oposición. Es hora de creer que una narrativa ajena a esos discursos es posible. Al carajo, sí, al carajo.

*Alan Ulises Niniz es jefe de información en la Segunda Emisión de Imagen Noticias con Yuriria Sierra. Ha colaborado en Nexos, Proyecto 40 y Dónde Ir, también alguna vez empanizó pollo para un restaurante de comida rápida.

Twitter e Instagram: @alanulisesniniz

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