Que “los grandotes” paguen sus impuestos sería un gran beneficio para la democracia
ProPublica informó que Jeff Bezos de Amazon, el editor Michael Bloomberg y el fundador de Tesla, Elon Musk, pagaron cero impuestos federales sobre la renta en algunos años. Foto: Tasos Katopodis / UPI / REX / Shutterstock

En junio de 2016, mientras investigaba para un artículo de Vanity Fair, le pregunté a Donald Trump si aprovechaba los paraísos fiscales para evadir impuestos. “Sé mucho de paraísos fiscales, pero no los uso”, me dijo. “Hay un mayor incentivo de muchas formas al mantener tu dinero en Estados Unidos”.

Otros multimillonarios podrán reírse porque también saben esto, después de décadas de ataques por parte de intereses especiales contra el sistema fiscal de Estados Unidos. Su objetivo, como dijo alguna vez el congresista republicano de Texas, Bill Archer, ha sido “sacarlo desde las raíces y echarlo a la basura para que jamás vuelva a resurgir”.

El 9 de junio, el órgano de periodismo investigativo ProPublica publicó nuevas y paralizantes evidencias de qué tan fácil es escapar de los impuestos para los multimillonarios de Estados Unidos. Utilizando registros fiscales filtrados, reportaron que Jeff Bezos de Amazon, el editor Michael Bloomberg, el “saqueador corporativo” Carl Icahn, el fundador de Tesla, Elon Musk, y el inversionista financiero George Soros pagaron cero impuestos federales sobre ingresos durante varios años. De 2014 a 2018 los 25 estadounidenses más ricos, muchos de ellos monopolistas, vieron crecer sus fortunas por más de 400 mil millones de dólares, mientras pagaban impuestos de tan sólo un 3.4% de eso. Mientras tanto, los trabajadores promedio de Estados Unidos a partir de los 40 años vieron crecer sus fortunas por 65,000 dólares (y pagaron 62,000 dólares en impuestos).

Por si te lo perdiste: Pro-Publica: Los estadounidenses más ricos pagaron pocos impuestos mientras su fortuna creció explosivamente

¿Cómo se salen con la suya los millonarios?

Las lagunas son una respuesta. Los asesores fiscales de Trump utilizaron grandes brechas en las leyes de bienes raíces y trucos como poner cabras en un campo de golf en Nueva Jersey para calificar para las reducciones fiscales para la ganadería. Otro truco es tomar un activo primado con un valor casi nulo, moverlo a una cuenta de retiro libre de impuestos a penas bajo el límite de contribución para la cuenta, como “pasar un hilo por el ojo de una aguja”, en palabras del dueño de South Dakota Trust Company, Pierce McDowell, y después activas un interruptor financiero para ver explotar su valor, libre de impuestos, una vez que esté seguro dentro de la cuenta.

Hay muchas otras formas. Pero la laguna verdaderamente grande es esta. Los mortales pagan impuestos sobre los salarios. Los multimillonarios evitan los mugrientos salarios o incluso los ingresos. En su lugar, son propietarios de activos con valor creciente, y ese crecimiento (las “ganancias no realizadas”) escapan a los impuestos. Aquellos 25 estadounidenses más ricos eran propietarios de 1.1 billones de dólares en fortunas en 2018, equivalente a la riqueza de 14.3 millones de estadounidenses promedio, y aún así sólo pagaron 1.9 mil millones en impuestos federales personales. Los 14.3 millones de “personas diminutas” pagaron 143 mil millones de dólares, 75 veces más.

En el Reino Unido, la situación es similar. Los multimillonarios poseen activos en lugar de recibir ganancias, y generalmente no pagan impuestos cuando esos activos suben de valor.

Tenemos muchas otras lagunas. Aquí, los multimillonarios británicos pueden derrotar a sus contrapartes de Estados Unidos en algunos aspectos. El más inusual seguramente es la arcaica regla de “non-dom”, un legado del imperio, donde los residentes acaudalados del Reino Unido que pueden declarar que su “domicilio” está en otro lugar sólo pagan impuestos sobre los ingresos que “surgen” o son traídos al Reino Unido. (Entonces se aseguran cuidadosamente de que cualquier ingreso se quede en el extranjero).

Por supuesto, la mayor especialidad británica son los paraísos fiscales. Protegemos y nutrimos a algunos de los más grandes, desde las Islas Caimán hasta las Islas Vírgenes Británicas y Jersey. Los estadounidenses también utilizan paraísos fiscales, pero figuran mucho mas en las estrategias de evasión fiscal de los multimillonarios británicos, frecuentemente en un zona gris de la ley. La principal estrategia fiscal de Trump, según los descubrimientos de mi investigación, es establecer múltiples corporaciones en Delaware, un estado de Estados Unidos que presume su confidencialidad y otras características offshore.

¿Qué se puede hacer?

No hay balas de plata, pero algunas pinceladas grandes, con las excepciones adecuadas para “los pequeños”, serían ampliamente populares y un éxito económico.

Primero, abolir la regla de non-dom, un sistema fiscal para evadir impuestos, como señal de que se habla en serio.

Después, impulsar los impuestos corporativos, que al final los terminan pagando los ricos. Rishi Sunat admitió recientemente que los recortes de George Osborne a las tasas fiscales corporativas británicas llevaron del 28% al 19% y fracasaron en atraer inversiones. Los recortes tampoco trajeron crecimiento, como explica Tom Bergin en su nuevo libro, Free Lunch Thinking. Sunat respalda las tasas fiscales corporativas del 25% ahora. Mientras tanto, los líderes del G7 recientemente se pusieron de acuerdo sobre medidas como una tasa fiscal corporativa global mínima de al menos un 15% para combatir los paraísos fiscales. El acuerdo se enfrentará a muchos obstáculos, y le deja poco a los países más pobres, pero es un inicio decente. Si se complementa esto con la ampliación de los confiables impuestos sobre las transacciones financieras. Un nuevo esfuerzo similar está en marcha.

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Los impuestos sobre el patrimonio, utilizados con éxito durante años en todo el mundo, también son esenciales. Si alguien posee 1.4 mil millones de dólares en activos (acciones, monedas de oro, castillos o lo que sea), un simple 1.5% anual en impuestos sobre el patrimonio trae 20.9 millones de dólares anuales. La UK Wealth Tax Commission estima que un impuesto del 1% puede recaudar más de 69.9 mil millones de dólares anuales: el mismo tamaño que el financiamiento extra para la salud por el Covid. Añadamos a la lista el impuesto sobre el valor del territorio, otro tipo de impuesto sobre el patrimonio.

Hay que ecualizar las tasas de impuestos. Si se cobra el impuesto sobre el patrimonio del mismo modo que el impuesto sobre el trabajo, podríamos recaudar hasta 167 mil millones de dólares, alrededor del doble de lo que obtenemos de los impuestos corporativos. Mientras más nos envalentonamos también debemos apuntar a cobrar impuestos sobre todas esas ganancias no obtenidas, para que cuando incrementen las ganancias de un multimillonario, ellos pagan impuestos anuales, si es que venden o no (realizan) sus bienes. Algunos demócratas poderosos en Estados Unidos presionan para que esto suceda.

En el Reino Unido, igual que en Estados Unidos, las autoridades fiscales están bajo ataque. Los niveles de empleo del HMRC cayeron de 105,000 en 2005 hasta alrededor de 60,000 el día de hoy. Los estimados de la “brecha fiscal” de impuestos no recolectados van desde 35 mil millones hasta más de los creíbles 90 mil millones anuales. Los recolectores de impuestos reembolsan sus salarios varias veces. Hay que reinvertir en HMRC, y especialmente enfocarse en cobrar impuestos a los ricos y a las multinacionales.

Finalmente, por supuesto, hay que tomarse en serio nuestros escándalos de paraísos fiscales llenos de crímenes. Esto no solo para traer de vuelta el sistema fiscal, la economía y la democracia, sino también podría ser nuestro mayor regalo para el mundo en estos momentos, mientras la humanidad batalla para superar la pandemia.

-Nicholas Shaxson es autor de The Finance Curse: How Global Finance is Making Us All Poorer.

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