Meditación de la compasión
Espacio mindfulness

Es escritora –cuatro libros publicados y dos en camino–, periodista, cantautora –más de 160 canciones–, experta en respiración, yoga y meditación. Dirige el Yomu Institute, es mamá de tres hijos y pionera en el arte de materializar ideas innovadoras. Es la creadora y fundadora del sistema Enciende tu corazón para inspirar la alegría en el despertar de la conciencia. Instagram: @cynthiazakofficial

Meditación de la compasión
Foto: Pixabay

Emociones que drenan, violencia interna y externa, males emocionales y mentales deben tener una contrapartida, el antídoto para frenar el veneno que acaba con el amor propio y la alegría.

La confianza frente a la perturbación, el silencio frente al constante ruido mental, el latido del corazón para balancear hormonas disparadas sin rumbo, una buena bocanada de aire cuando los ahogos cierran la garganta.

Puedes anotar estas ideas que te comparto arriba, pero en realidad la principal fuente de abundancia y respeto reside en la compasión, ese sentimiento que va más allá de sentir pena por el otro y que se abre a una comprensión profunda de la experiencia humana.

Es prima hermana de la empatía que habla de ponernos en el lugar del otro y sentir sus emociones, aunque la compasión va mucho más allá: existe y se manifiesta solo cuando involucra a la autocompasión.

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¿De qué se trata esto tan trillado y tan sagrado?

¿Cómo activo la autocompasión sin victimizarme?

El profundo y verdadero momento del amor propio que pocas veces nos han mostrado y que el sistema educativo y cultural ha cortado tantas veces, aduciendo que ese cuidado interior es un acto de egoísmo o vanidad.

La buena noticia es que estamos frente a un nuevo paradigma, que al contrario de enterrar la posibilidad del autocuidado lo enaltece y que deja en manos de la inteligencia emocional de cada uno de nosotros cómo y cuándo lo pongamos en marcha.

No hablo de hedonismo, culto a la imagen, desentendimiento del sufrimiento del mundo, todo lo contrario: hablo de esa compasión maravillosa por uno mismo que entonces nos hace responsables y creadores de toda la experiencia de la vida.

Si la compasión se define como la habilidad de comprender el estado emocional del otro, entonces es imposible hacerlo si no comprendo mi propio estado y para ello tengo que comenzar un camino de investigación interior, una iniciación espiritual sincera, una actitud consistente de respeto y tolerancia conmigo mismo.

La manera más directa al corazón de la compasión con uno y los demás es la meditación y, por eso, te comparto esta poderosa práctica para que la hagas todos los días y se la recomiendes a tus seres queridos.

Con esta experiencia vas a moldear un nuevo músculo que está ahí esperando por ser ejercitado: amor propio a chorros, autocompasión como cascadas, comunidad en equipo con los demás.

Meditación de la compasión

Siéntate con las piernas cruzadas, la espalda recta.

Respirando por la nariz.

Siente tu hermosa luz, tranquilidad, paz.

Siente tu hermoso ser.

Vamos a respirar juntos, vamos a tomar una inhalación todos juntos.

Y soltamos el aire.

Exhalamos.

Ahora cierra tus ojos.

Piensa en alguien que amas mucho, tráelo a tu corazón y lo abrazas.

Puede ser alguien de tu familia, un amigo o inclusive una mascota un perro o un gato.

Siente tu corazón latiendo y envíale estas palabras.

Que seas feliz.

Que estés sano.

Que estés seguro.

Que estés en paz. 

Ahora piensa en alguien que no conoces mucho.

Puede ser alguien que vive cerca tuyo, una persona que trabaja en el supermercado o alguien que encuentras casualmente.

Una persona que no es de tu familia y que no conoces mucho, un desconocido.

Piénsalo, tráelo a tu corazón y lo abrazas.

Siente tu latido y envíale estas palabras.

Que seas feliz.

Que estés sano.

Que estés seguro.

Que estés en paz.

Ahora inhala y exhala.

Es el momento de pensar en alguien con que tienes algún problema.

Puede ser una persona con la que estás enojado.

Una persona con la que has tenido una diferencia, una pelea un argumento, alguien que te irrita, con quien tienes irreconciliables asuntos pendientes que no han cerrado de manera adecuada.

Ahora piensa en esa persona, tráelo a tu corazón y lo abrazas mientras envías estas palabras.

Que seas feliz.

Que estés sano.

Que estés seguro.

Que estés en paz.

Vamos a hacerlo otra vez, piensa en esta persona que te da problemas o que tal vez no te llevas tan bien.

Y envíale estas palabras.

Que seas feliz.

Que estes sano.

Que estes seguro.

Que estés en paz.

Y ahora para finalizar lleva tus manos al corazón y envíate a ti mismo estas palabras mientras te abrazas.

Estoy feliz.

Estoy sano.

Estoy seguro.

Estoy en paz.

Vamos a hacerlo una vez más.

Estoy feliz.

Estoy sano.

Estoy seguro.

Estoy en paz.

Y ahora para todo el mundo, trae a tu corazón a tus vecinos, tu barrio, tu ciudad, tu pais, los países limítrofes y el continente, los demás países y culturas, abraza el mundo entero en tu corazón mientras dices: 

Que todos los seres vivos estén felices.

Que todos los seres vivos estén sanos.

Que todos los seres vivos estén seguros.

Que todos los seres vivos estén en paz.

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