El desabasto de medicamentos en México: una enfermedad crónico-degenerativa
Perístasis

Jefe de la División de Educación Continua de la Facultad de Derecho de la UNAM, socio de la firma Zeind & Zeind y miembro del Sistema Nacional de Investigadores.

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El desabasto de medicamentos en México: una enfermedad crónico-degenerativa
Padres y madres de niños con cáncer reclaman por el desabasto de medicamentos en México. EFE/ Foto: Sáshenka Gutiérrez

De acuerdo con el Mapeo del Desabasto de Medicamentos en México. Informe de transparencia de salud 2019-2020, estudio realizado por el colectivo Cero Desabasto, tan solo en el año 2020 existieron 2 mil 556 reportes relacionados con el desabasto de medicamentos, de los cuales 2 mil 133 estaban relacionados con el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE).

A partir de lo anterior se puede concluir de manera preliminar que en dos instituciones pilares del Sistema Nacional de Salud, con diferencias muy claras entre ellas, se viven actualmente dificultades comunes. Resulta revelador que en la primera de ellas se presente en tal magnitud este problema, pues históricamente ha sido una de las áreas expertas en el gobierno mexicano para la compra de medicamentos e insumos médicos.

Es de destacar que esta problemática no es reciente, pues de manera paralela a la que el Estado mexicano se ha comprometido a garantizar, proteger y promover el derecho a la protección de la salud, también ha incumplido con el acceso efectivo a medicamentos e insumos médicos, el cual es indispensable para que haya una verdadera protección de la salud.

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Cabe decir que el desabasto de medicamentos en México tiene diversas razones, entre las que se encuentra la escasez de recursos destinados a afrontar un gasto creciente (como sucede en más países), pero también ha encontrado su origen en una insuficiente (o a veces inexistente) planeación, en la implementación de políticas públicas cambiantes de una administración a otra y en una instrumentación imprecisa de las acciones emprendidas. 

En los últimos meses, la falta de planeación por parte de la autoridad en relación con la distribución de medicamentos e insumos médicos ha sido un fenómeno que ha profundizado el problema. De acuerdo con lo señalado por la Auditoría Superior de la Federación en el Dictamen de la Auditoría de Cumplimiento No. 2019-0-12100 19-0169-2020, la entrega de insumos a las entidades federativas fue ineficiente, ya que “existieron diferencias entre lo informado inicialmente a las entidades federativas contra lo efectivamente entregado”. 

Ahora bien, continuando con la poca eficiencia de las adquisiciones realizadas, se puede señalar como otra razón a la pretendida centralización de las compras de prácticamente toda la Administración Pública Federal en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, puesto que es materialmente imposible que una sola dependencia cuente con el grado de especialización y conocimiento necesario para comprar desde lápices o impresoras hasta medicamentos.

De igual manera, la desaparición del Seguro Popular para dar cabida al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) trajo consigo una instrumentación errónea que ha generado confusión en autoridades y particulares, afectando directamente la calidad de los servicios prestados por esta institución.

En conclusión, la toma de decisiones en asuntos tan importantes como es la protección de la salud de la población requiere de una correcta planeación en razón de que cualquier error puede traer como consecuencia la aparición de problemas nuevos o la profundización de otros ya existentes, debiendo recordar que conceptos como la racionalización no son suficientes para que el Estado deje de cumplir con sus obligaciones, entre ellas la de velar por la protección de la salud de las mexicanas y de los mexicanos.

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