Navegar en un mar de irregularidades
Política consciente

Licenciada en Relaciones Internacionales. Consultora en imagen pública y estratega en comunicación. Actualmente produce y conduce el programa The White Table para MMoodtv. Cofundadora del colectivo TÚ x México. Twitter: @anapatam_mx

Navegar en un mar de irregularidades
Foto: Pixabay

Hoteles Dinámicos S.A. de C.V., mejor conocida por su nombre comercial Vidanta Cruises, rama filial de la ya afamada cadena hotelera Grupo Vidanta, adquirió previo a la pandemia por el virus SARS‑CoV‑2 un buque de pasajeros. Construido en 1990, el barco para cruceros de 149 camarotes, actualmente navega bajo la bandera de Bahamas.

Lamentablemente, los planes para su más reciente viaje inaugural se vieron afectados por la aparición del Covid-19, que obligó a la embarcación a permanecer en aguas mexicanas sin operación hasta que, en recientes fechas, la empresa turística anunció su primer viaje. En este anuncio se ostenta como la primera línea mexicana de cruceros, título totalmente falso, ya que debemos recordar que en el 2010 la empresa Ocean Star Cruises, también mexicana, operaba el buque Ocean Star Pacific.

Lo que extraña es la afirmación de ser la primera línea mexicana de cruceros, ya que de entrada, no serían los primeros cruceros mexicanos y, además, están operando la embarcación con bandera de Bahamas. Esto seguramente obedece a que bajo esa insignia, sus actividades, ventas y consumos no causan impuestos en territorio nacional.

Y no solo eso. Resulta que la navegación que realizan las embarcaciones entre puertos o puntos situados en zonas marinas mexicanas y litorales mexicanos, llamada por los especialistas tráfico de cabotaje, está reservada a las embarcaciones mexicanas. Esto quiere decir que la ley impide que una embarcación de Bahamas, como la llamada Vidanta Elegant, pueda realizar este tráfico.

Las irregularidades no solo brincan a partir de este último punto. La Organización Marítima Internacional (OMI), organismo de las Naciones Unidas responsable de la seguridad y protección de la navegación, así como de prevenir la contaminación del mar por los buques, indica que por seguridad, las embarcaciones que rebasan los 25 años no deben ya circular. Esta condición se asienta en la normatividad mexicana a través del Reglamento de la Ley de Navegación y Comercio Marítimos, que en su artículo 36 dice que para obtener su matrícula y bandera mexicanas, las embarcaciones de 500 o más UAB (unidades de arqueo bruto), no podrán exceder, al momento de la solicitud, los 20 años de antigüedad en su construcción.

Claramente el buque Elegant Vidanta no cumple con la normatividad para obtener una matricula mexicana, a pesar de que actualmente se encuentra en nuestro país, a punto de iniciar sus operaciones, al margen de la ley.

Por otra parte, sabemos que a la cabeza de esta compañía se encuentra el ingeniero Daniel Chávez, fundador de Grupo Vidanta, por cierto, muy cercano al presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el pasado 3 de junio de 2020 se desvivió en elogios a él. De hecho, además de brindarle sendos aplausos al destacado empresario turístico, lo nombró su representante en la supervisión de las obras del Tren Maya.

¿Esto querrá decir que en esta administración a los amigos y colaboradores se les mide con otra vara, una más permisiva?

No debemos olvidar que, por encontrar atajos, construir deficientemente y no observar regulaciones es que se han dado innecesarias tragedias que han cobrado las vidas de mexicanos, como recientemente sucedió en la Línea 12 del Metro en la Ciudad de México… ¿Será que navegan con ‘otros datos’?

Ante cualquier dificultad, cualquier error o acción indebida, el interés primordial del mandatario no es responder a la inquietud de sus gobernados, sino buscar desesperadamente a quien culpar. Hacer toda una escenificación con tal de no asumir la responsabilidad de la gestión a su cargo y aprovechar el señalamiento para atacar a quien le sea incómodo, han sido sus mejores respuestas.

Hoy, el presidente que en su larguísima campaña ofreció combatir la corrupción y el nepotismo, genera controversia y enojo. No ha sido capaz de desmentir los videos de su hermano Pío recibiendo dinero por debajo de la mesa, el desfalco de 223 millones que involucró a su cuñada Concepción Falcón en Macuspana, los millonarios contratos sin concurso de su prima Felipa, los créditos de su hermano Ramiro, los 150 millones para Epigmenio, las casas de Bartlett e Irma Eréndira. Y estos solo algunos sonados ejemplos, donde el capitán del barco llamado México navega en un mar de irregularidades, desacredita a la tripulación que cuestiona las olas ‘de otros datos’ y defiende las actividades de filibusteros allegados y emparentados.

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