El miedo
Ciudadano Político

Provocador de ciudadanos, creador de espacios de encuentro y conocimiento. Exservidor público con ganas de regresar un día más preparado. Abogado y politólogo con aspiraciones de chef. Crítico de los malos gobiernos y buscador de alternativas democráticas. Twitter: @MaxKaiser75

El miedo
Protestas por los periodistas mexicanos asesinados en enero de 2022. Foto: Alexa Herrera/La-Lista

Marco Ernesto Islas (que hasta hace un año se dedicaba al periodismo), Roberto Toledo, Lourdes Maldonado, Margarito Jiménez y José Luis Arenas son los cinco periodistas asesinados en lo que va de 2022. Son cinco de los 30 asesinados en relación con su labor informativa en lo que va de este sexenio, según la organización Artículo 19. De acuerdo con Reporteros sin Fronteras, en 2021 México fue el país más mortífero para este gremio, de todo el mundo. Exponer la verdad es muy peligroso en este país. Da miedo.

Y en este México, el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo, el señor López considera conveniente estigmatizar a la prensa crítica de su gobierno, como enemigos del pueblo. “Prensa corrupta”, “vendidos”, “paleros”, “inmorales”, “hampa del periodismo”, “mentirosos” y “mafia del poder” son algunos de los insultos, registrados y grabados, que el presidente ha utilizado para señalar a periodistas, reporteros, comunicadores y medios que revisan y critican a su gobierno.

Apenas ayer, 7 de febrero, dijo en la conferencia mañanera: “Hay que confrontarlos”, como instrucción que sus porristas siguen al pie de la letra en las redes sociales. La semana pasada, Pedro Vaca Villarreal, relator especial para la libertad de expresión de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) pidió al gobierno suspender el espacio llamado “Quién es quién en las mentiras” (en el que su servidor, quien escribe esta columna, ha aparecido cinco veces).

“Hoy, ante la escalada de violencia me corresponde pedir la suspensión de este espacio, porque enrarece los mensajes firmes que se deben escuchar de respaldo a la labor periodística y de rechazo a la violencia contra periodistas (…), envía mensajes confusos sobre la intención gubernamental de garantizar la libertad de prensa”, dijo el relator. Pero lejos de cumplir con la petición, en los últimos cinco días sus ataques a la prensa aumentaron. Incluso hacia personas que habían sido cercanas a él.

¿Cuál es su intención? No me queda duda de que es infundir miedo. En lugar de buscar la seguridad de quienes investigan e informan, se aprovecha del ambiente para generar más miedo en quienes le son incómodos.

Miedo a levantar la voz, miedo a ser señalado, miedo a ser expuesto como “enemigo del pueblo”, miedo a enfrentarse al poder, eso es lo que quiere provocar el señor López. Miedo en un país lleno de violencia. Miedo de quien debería ofrecer protección y seguridad. Miedo de quien tiene a su cargo al ejército, la Guardia Nacional, el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), el Servicio de Administración Tributaria, la Unidad de Inteligencia Financiera y demás autoridades que pueden ser utilizadas para amedrentar a los críticos. Miedo de quien se dijo “perseguido” por el Estado durante años. Miedo para no tener que dar resultados o explicar el fracaso. Miedo para poder mentir sin interrupciones. Miedo para obtener espacios gratuitos en cientos de medios masivos de comunicación, sin ser editado o cuestionado, a pesar de decir todas las mentiras posibles. Miedo para poder esconder la corrupción y la impunidad.

La infame estrategia le ha funcionado, hasta hoy. Varios medios, periodistas, comunicadores, empresarios, organizaciones de la sociedad civil y líderes de opinión que solían ser muy vocales, abiertos en sus críticas al poder y a los distintos gobiernos, han permanecido callados ante las distintas tragedias que vive el país o matizan sus críticas con explicaciones absurdas que jamás habrían utilizado antes.

La buena noticia es que el miedo es algo que solo puede provocarse en los cobardes, en aquellas personas que prefieren conservar lo que tienen antes de levantar la voz, en los mediocres que creen que nada cambia con señalar el abuso. Y así, con cada crítico que lo enfrenta, con cada reportero que investiga a su familia y la corrupción de sus cercanos, con cada medio que expone sus mentiras y el fracaso de su gobierno, con cada organización de la sociedad civil que investiga y cuestiona sus políticas y proyectos, con cada empresario que utiliza el derecho para enfrentar el abuso del poder se debilita su capacidad para provocar miedo.

Sentir miedo es normal, volverse presa del miedo es una decisión. Yo ya decidí no tenerle miedo a un gobierno populista que quiere destruir nuestra democracia, y estoy seguro que millones de mexicanas y mexicanos están listos para dar la batalla.

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