Mujeres en la ciencia

“Nada en este mundo debe ser temido… solo entendido”.Marie Curie

Después de hablarnos de la historia del excusado, el eructo y los mocos en El libro de las cochinadas, la astrónoma Julieta Fierro volvió a salirse un poco de la órbita de su hábitat natural –los foros vinculados a la ciencia– para hablar de la mutación a largo plazo del universo, conferencia que inauguró el seminario El público del futuro, encuentro que durante 12 años se ha encargado de crear vínculos entre el audiovisual, sus hacedores y los espectadores.

Flamante egresada de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), investigadora del Instituto de Astronomía también de la UNAM, miembro de número de la Academia Mexicana de la Lengua, con tres doctorados honoris causa, autora de otros 40 libros y hasta actriz al interpretar a la agente especial Julieta en la serie Sofía Luna de El Once (papel que por cierto, de alguna manera la aproximó a ese sueño de juventud de dedicarse al arte circense), la doctora Fierro volvió a cautivar y abrir otras galaxias creativas a los gestores culturales, estudiantes y gente de cine que se dio cita en la sala Carlos Chávez del Centro Cultural Universitario.

Una vez más, Fierro, con sus gafas rojas, el pelo platinado como la luna de los cuentos infantiles y esa sonrisa pícara, dejó en claro que la capacidad de asombro se debe mantener como cuando éramos niños, aunque tu documento de identidad diga que ya rebasas las siete décadas. Es así que desdobla un códice prehispánico para dar cuenta sobre nuestras fijaciones y raíces, de las mutaciones del universo que permean no solo en el sistema solar sino en todo, incluida la forma de contar las historias en pantalla.

Todo un referente que ha inspirado a cientos de niñas a animarse a explorar la ciencia y, en algunos casos, adentrarse a su estudio, sin embargo, falta mucho para que en México y en el mundo existan más Julietas Fierro; Donna Strickland, ganadora del Nobel de Física en 2018, o las bioquímicas Emanuelle Charpentier y Jennifer Doudna.

Aún existe una brecha de género en las distintas ramas de la ciencia tecnología, ingenierías y matemáticas. Por ello, en 2015, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, pero la vida no se circunscribe a una sola fecha.

El cotidiano de las mujeres que deciden volcar su vida a la investigación y, con ello, aportar innumerables acciones a la humanidad se ve ensombrecido por los prejuicios y estereotipos de género. De acuerdo con la Unesco, apenas el 33% de especialistas en el mundo son mujeres. Del grueso de la población femenina en los laboratorios en 2020, 48.2% se encuentra en Asia central, seguido de América Latina y el Caribe. Lamentablemente todas ellas perciben un sueldo menor al de sus colegas hombres, sin dejar de mencionar que como efecto directo de la pandemia han sido las mujeres las que han padecido mucho más los recortes y desempleo.

Datos duros que me hacen apreciar más la presencia y esa energía emanada por Julieta Fierro, una de nuestras grandes mujeres a las que hay que seguir el rastro de su estela.