‘Ya se la saben’
Economía Aspiracionista

Manuel Molano es un economista con experiencia en el sector público y privado. Es asesor en AGON Economía Derecho Estrategia y consejero de México Unido contra la Delincuencia. Twitter: @mjmolano

‘Ya se la saben’
Las tiendas Oxxo han estado en el ojo del gobierno federal tras la presentación de la reforma eléctrica. Foto: Oxxo.

‘Soy un asiduo visitante y cliente del Oxxo que está a 500 metros de mi casa en San Andrés Cholula, Puebla. La verdad es que para mí, las redes de distribución son la prueba fiel de que los mercados funcionan y muy bien. El abasto de mercancías y el conjunto de servicios a los que uno tiene acceso en un Oxxo es sorprendente. El contra factual sería construir una fracción de ese inventario en casa. Sería costoso y tendríamos que hacer un montón de análisis para que el manejo de inventario sea óptimo. Por eso pagamos un sobreprecio, que es la utilidad de la empresa. Porque resuelve un montón de temas que individualmente no podemos resolver. 

El viernes a las 22:00 horas estaba comprando en el Oxxo. Mi mujer me esperaba afuera. Una botella de vino, unos Topo Chico de sabor cítrico, cuando oí una voz en la puerta. “Sale mi gente, ya se la saben. Entreguen todo”. Un muchacho en sus veintes tardíos, flaco, con sudadera roja, gorra y cubrebocas, con un revolver viejo en la mano izquierda, me encara justo en el momento en que estaba pagando. Levanté las manos y a mentadas de madre me dijo que las bajara. Debió ver la silueta del celular en mi bolsillo. Me lo pidió. Una vez más, con violencia verbal y afortunadamente no física, me pidió que me agachara atrás del mostrador con los empleados. 

Tardaron a lo mucho tres minutos. Se llevaron todo el tabaco de la tienda y el efectivo que encontraron. Mi cartera estaba en el mostrador y cambió de dueño y de lugar inmediatamente, como dijo Sabina con más elocuencia que yo. 

La policía municipal llegó en 20 minutos. Muchachos correctos y respetuosos. Mi reconocimiento a los dos agentes que atendieron el suceso. La abogada que tomó mi declaración en la Casa de Justicia local al día siguiente también una profesional. Me falta ratificar la denuncia. No sé por qué existe este proceso en nuestro sistema penal, pero es un absurdo. 

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Mis amigos libertarios y yo creemos que el mercado es, definitivamente, la alternativa a la violencia. Quizá tiene razón el presidente cuando dice, en sus palabras, que cuando el mercado nos excluye involucionamos hacia el delito violento. 

En algún momento, México tenía un sistema de derecho, arbitrario y disfuncional que mantenía estas situaciones en un mínimo. Que bueno que a ninguno de los clientes y empleados del Oxxo se nos ocurrió responder a la agresión de los asaltantes. Estarías leyendo obituarios y no esta columna. 

A veces pienso que si todos pudiéramos andar armados, ese hecho sería un disuasor natural de este tipo de cosas. Hoy, después de vivir la experiencia por segunda vez en mi vida, ya no estoy tan convencido. Si saco del bolsillo una 22 y no el celular, el asaltante y yo estaríamos muertos, con toda seguridad. Nadie gana en una balacera frontal a un metro y medio de distancia. 

Necesitamos un Estado disuasor de estas conductas. La cárcel no sirve. Es una escuela de posgrado en crimen. Las soluciones tecnológicas servirán en la medida en que el Estado esté dispuesto a implementarlas. Educar a nuestros congéneres en temas de legalidad, como lo hacemos en México Unido contra la Delincuencia, es una solución importante. 

Gracias a los jóvenes del Oxxo. Mexicanos jóvenes, trabajadores y que guardaron la calma en todo momento. Me dieron chance de tomarme un agua mineral para el susto. Luego, por el protocolo de robo, no podían cobrármela. Ayer pasé a pagarla y a preguntar cómo estaban. Volvimos a nacer, todos, sin duda; entonces ellos y yo, hoy, somos hermanos, y, como hermanos, tenemos que recomponer a nuestra sociedad. 

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