Efecto Archer
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Es jefe de información en Imagen Noticias con Yuriria Sierra en Imagen Televisión. Ha colaborado en Nexos, Proyecto 40 y Dónde Ir.  IG y TW: @alanulisesniniz

Efecto Archer
Foto: Mika Baumeister / Unsplash.

Su sonrisa, su historia, se viralizó hace unos días. Se llama Archer, apenas rebasa los dos años. Como todo pequeño de esa edad, sus razones de felicidad son genuinas, porque su visión del mundo se adapta a su entorno. Y este es hoy, lo será siempre, una silla de ruedas que le permite desplazarse. Archer vive en Florida, nació con espina bífida, por el grado de su afección no podrá caminar, pero sí gatea y se sienta por sí solo. Su madre abrió cuentas de redes sociales en las que documenta los momentos de felicidad de Archer y esa sonrisa que contagia, porque de pronto al terminar de ver alguno de sus videos descubres que tú también estás sonriendo.

También en redes, en las mías, en las últimas semanas y con frecuencia, aparecen recuerdos, fotografías de hace dos años, casi todas de instantes con los que intenté capturar esos momentos que llegaron a ser impensables, históricos: el Circuito Interior con el mínimo de tránsito en lunes al mediodía, reuniones para las que antes tenías que apresurarte y estar lo más presentable posible y que ya solo se tenían en una aplicación que para muchos de nosotros fue de recién descubrimiento, en pijama y desde un rincón de casa; noches de fin de semana que se redujeron a tener copa en mano y la serie del momento; pero, sobre todo, esas ganas de estar con la gente que amas y que, justo el no hacerlo, era la mayor muestra de cariño. Fue difícil encontrar razones para la felicidad. Cuidarte como prioridad, pero también estar pendiente de todos los factores sobre los que se sostiene nuestra vida, hallarle un lugar a todo eso bajo un mismo techo. La familia, los amigos, el trabajo, todo se vivió durante esos larguísimos meses en el mismo lugar. Con el regreso a lo que alguna vez llamamos “nueva normalidad”, término que ya está quedando en el olvido, también nos reencontramos con ese entorno que extrañamos tanto, pero dejó de ser el que conocimos. Además de los efectos terribles de la pandemia, muchos afectos cambiaron, si bien algunos se afianzaron, otros tomaron una dirección distinta, incluso opuesta. Todo este proceso nos obligó al reacomodo: reconocer los factores reales que alimentaban nuestro bienestar, que nos aseguraban momentos de felicidad, y vivir el duelo por lo que descubrimos que, aunque fue nuestro presente, era ya innecesario.

“Algunas condiciones se consideran fuentes de mayor felicidad hoy, que en 2019 antes de la pandemia. Los impulsores de la felicidad que más han ganado en importancia son “ser perdonado”, “perdonar a alguien”, “encontrar a alguien con quien estar”. Para México, estos fueron los tres principales factores considerados como fuente de felicidad: salud mental, salud física y sentir que mi vida tiene sentido”, concluye un estudio realizado por Ipsos ahora que Covid-19 tiene más barreras para su transmisión, porque no es asunto resuelto.

Será mero optimismo, pero tras semanas, meses de noticias terribles, de coyuntura dolorosa, que causa enojo, desconcierto y hasta ganas de abandonarlo todo, una sonrisa como la del pequeño Archer claro que alimenta el alma. Pienso, me hicieron pensar: sobrevivimos a una pandemia, somos capaces de sobrevivir lo que sea, al menos de darle menos espacio a esa sensación que a veces quiere obligarnos a no salir de cama.

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