La batalla de la 4T contra la inflación
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Economista mexicano por parte del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), con diplomados en Regulación (CIDE) y Comercio Exterior (ITAM). Actualmente funge como asesor y consultor en materias energética, económica y comercial con énfasis en América Latina, para empresas y organismos internacionales. Ha trabajado en diferentes ámbitos de la administración pública en todos sus niveles.

Twitter: @robenedith

La batalla de la 4T contra la inflación
El gobierno federal presentó un plan que intenta combatir la inflación en el país. Foto: Isaac Esquivel/EFE.

Frente a estos tiempos de desinformación, fake news y opinología, todos merecemos otorgarnos un instante para la escucha; para –con calma, objetividad y claridad– dialogar sobre los asuntos relevantes de la agenda pública. La escucha como herramienta para el diálogo respetuoso, la conversación y el entendimiento.

En ese sentido, plantearnos preguntas (más que certezas, prenociones o prejuicios) puede ser un camino para tratar de entender los meollos de la vida pública. Aquí va una: ¿qué es el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PCIC) recientemente presentado por el presidente Andrés Manuel López Obrador?

Miremos (escuchemos) el PCIC punto por punto. En principio se trata de un conjunto de 16 medidas, enfocadas principalmente al aumento de la oferta de alimentos considerados como básicos, agrupadas en cuatro grandes categorías.

Propongo pensar estas cuatro categorías a la luz de un ejemplo claro y por todos conocido: la tortilla. Generoso círculo solar que nos ha acompañado y alimentado a los mexicanos desde tiempos inmemoriales cuyo germen es el maíz, principio de nuestra alimentación, cultura e historia.

La primera categoría establece: aumento de la producción. El PCIC contempla –entre otros productos– a la tortilla como un producto esencial y a la harina del maíz un insumo básico para su elaboración.

Así, plantea aumentar la producción de maíz manteniendo los subsidios a combustibles y electricidad –como se ha venido haciendo–, incentivando la siembra de granos, entregando y facilitando la importación de sulfato de amonio, que es un insumo de gran utilidad para la siembra del maíz.

En relación con la segunda categoría, la reducción de los costos de distribución, el PCIC traza concretamente lo siguiente: disminuir indirectamente el costo de seguros en transporte, mantener fijos los peajes en autopistas, exentar la Carta Porte para productos básicos e insumos, reducir tiempo y costo en aduanas, y agilizar despacho en puertos.

Vale la pena recordar una cosa: actualmente el mercado de maíz en México está dominado por la compañía Gruma, con la que el gobierno ya ha logrado un acuerdo de cooperación para mantener el precio de la harina de maíz durante seis meses.

Dicha reducción en costos de distribución permitirá a Gruma transportar sus insumos y llevar su producto final a todas las tortillerías del país, que podrán comprar el maíz a un precio estable.

En cuanto a la tercera, facilitar la importación de insumo, tiene que ver con comercio internacional. De este modo el PCIC busca retiran todos los aranceles a 21 productos básicos y cinco insumos. En el caso del maíz, se podrá importar sin arancel y se reducirán costos y tiempos en las aduanas, así como en los puertos de importación.

Finalmente, la última categoría establece garantizar la disponibilidad de una lista de productos a precios accesibles. Para ello, el PCIC plantea que Segalmex creará una reserva estratégica de un millón de toneladas de maíz blanco y, además, mantendrá precios de garantía y su red de distribución en las tiendas Liconsa.

El PCIC presentado por el presidente constituye un conjunto de medidas que impactará directamente en los hogares mexicanos, enfrentando así la desigualdad ante los efectos de la inflación a nivel mundial y los estragos económicos que se han derivado, entre otros motivos, a raíz del conflicto bélico en Ucrania.

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