Serrat tiene razón
Libertad bajo palabra

Periodista y abogado con más de 35 años de trayectoria. Reportero, comentarista y consultor experto en temas jurídicos. Premio Nacional de Periodismo José Pagés Llergo 2011. Especialista en el Poder Judicial de la Federación y analista político.

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Serrat tiene razón
Joan Manuel Serrat se presentó en la Ciudad de México como parte de su gira El vicio de cantar. Foto: EFE / Victor M. Matos

Valiente comentarista de su tiempo, de incuestionable autoridad moral para decir las cosas cantando, sacudir a los sensibles y hasta los insensibles. 

Su confrontación ante lo inaudito le llevó a un exilio que asumió calculando las consecuencias de su antifranquismo. Catalán universal, vigente y admirable, expone e interpreta postulados de reflexión profunda indelebles en el tiempo. Joan Manuel Serrat, a punto de los 80 años de una vida formidable, ha sido reconocido con un nuevo doctorado honoris causa, ahora por la Universidad de Costa Rica, ocasión que permitió el pasado 27 de mayo escucharle evaluar la realidad.

He querido dedicarle este texto, ante la necesidad de revisar con detenimiento su discurso, cargado de sentido social con su diagnóstico prístino de nuestros días. Como es habitual, Serrat empodera las palabras y maltrata las inercias:

  • “La patria, para unos, es algo con lo que llenarse la bolsa”.
  • “(Vivimos) un tiempo de confusión y de angustia, de soledad, de falta de referentes”.
  • “Más que nunca nos necesitamos los unos a los otros, porque todos somos importantes”.
  • Estamos atravesando una crisis de modelo de vida y, sin embargo, sorprende el conformismo con el que parte de la sociedad lo contempla”.
  • “Espectadores y víctimas parecemos esperar que nos salven aquellos mismos que nos han llevado hasta aquí”.
  • “Es un derecho y una obligación restaurar la memoria y reclamar un futuro para la juventud que necesita reconocerse y ser reconocida”.
  • “Que los gritos de la angustia no nos vuelvan sordos”.
  • “Que lo cotidiano no se convierta en normalidad capaz de volver de piedra nuestros corazones”.

Sin faltarle motivos contundentes, describe los lastres de nuestros días con líneas que ajustan a cualquier sociedad, incluida la nuestra. 

Sin referentes valiosos seguimos divididos, alentamos la polarización, normalizamos las atrocidades, mantenemos una ilusión estúpida en que quienes han torcido nuestras aspiraciones serán quienes nos salven y además privilegiamos la indiferencia para aceptar al caos.

Por eso, en medio de tantas estridencias, mentiras, ofrecimientos que no se cumplirán, simulaciones, agresiones, negociaciones inconfesables, falacias, desánimo, monotonía, distractores y tragedia, Serrat nos da perspectiva para no olvidar lo esencial.

En silencio, al concluir este párrafo por favor piensa en los destinatarios aludidos en el discurso en San José de Costa Rica.

Sí, son ellos. Políticos, gobernantes, legisladores, jueces, funcionarios y líderes sin escrúpulos. También ajusta para quienes se resignan a lo absurdo y aceptan sin reclamo el atropello. No generalizo, que cada quién se ponga el saco de acuerdo a su tranquilidad de conciencia. 

EDICTOS 

Y hablando de los políticos y sus furiosas disputas por el poder en este lodazal típico de los días previos a elecciones, las encuestadoras más serias con resultados consistentes en los últimos años muestran tendencias irreversibles en Hidalgo, Quintana Roo, Oaxaca y Aguascalientes. En Tamaulipas y Durango, como fue en Sinaloa durante 2021, poderosos grupos del narcotráfico inclinarán la balanza con la operación criminal que el régimen tolera e impulsa.  Grave, inquietante e inadmisible. 

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