La historia no contada del pacto AMLO-Peña Nieto

Estudió filosofía en Friburgo. Su ocupación principal es ser ghost writer de políticos y otra gente sin oficio ni beneficio.

La historia no contada del pacto AMLO-Peña Nieto
Foto: Collage La-Lista

Últimamente se habla con mayor desparpajo, como lo acaba de hacer Francisco Labastida en entrevista con Carmen Aristegui: Andrés Manuel López Obrador (AMLO), favorecido por el contexto, pactó su llegada al poder con Enrique Peña Nieto. En principio eso no es moral ni inmoral, solo es la verdad. El camino al poder está casi siempre pavimentado por pactos inconfesables y esta no fue la excepción. López Obrador supo en 2006 que las puertas de Palacio solo se abrían desde dentro. Aceptaba entre sus cercanos que en esos años su error fue insultar al presidente de la República. Por eso, a partir de 2012, su comportamiento fue radicalmente distinto. Aunque esta historia pueda ser retomada sin citarse por encumbrados columnistas, recuerde que usted la leyó primero en La Lista, con Manuel Olid-Uranga y sus informantes.

  1. Antes de presentarse la reforma energética de Peña Nieto para su voto en el Senado de la República en 2013, López Obrador tenía ya un plan para tomar el edificio, del mismo modo que se había hecho con la reforma aperturista, en tiempos de Felipe Calderón, cuando las adelitas confrontaron a la policía y los obradoristas se tendieron al pavimento para evitar que los autobuses con legisladores entraran al recinto de San Lázaro.
  2. Llegó el día previsto para tomar las instalaciones, antes de la dictaminación de la reforma. Las brigadas estaban cerca y el plan logístico listo. Pero la orden nunca llegó, lo que no ha dejado de causar desconcierto a quienes iban a comandar dicha operación. Apenas hubo un tímido y casi simbólico cerco al edificio que no impidió que el proceso legislativo avanzara. Ese cerco es más recordado por las fricciones entre Andrés Manuel López Beltrán y Martí Batres que por su eficaz resistencia para frenar la reforma de Peña. AMLO no pudo encabezar el cerco porque acababa de sufrir un infarto.
  3. No se sabía y pocos lo creerían entonces, pero López Obrador había pactado que no tomaría las sedes del Poder Legislativo para evitar la reforma energética con una sola condición: que se dejara el paso libre al registro de Morena como partido político, que no se impugnara su existencia y que no se cuestionara en tribunales el origen del financiamiento reportado.
  4. El acuerdo fue honrado y Morena nació como partido prácticamente sin obstáculos. Ese fue el primer acuerdo afortunado de la relación entre López Obrador y Peña Nieto. La idea, es justo decirlo, fue de José Murat, exgobernador de Oaxaca y operador del Pacto por México. La intermediación la realizó el dirigente del Partido del Trabajo, Alberto Anaya, quien entonces tenía buena relación en Los Pinos.
  5. En lo que se equivoca Labastida es en que el pacto AMLO-Peña Nieto haya sido únicamente a cambio de impunidad. La clave estuvo en 2017 en el Estado de México.
  6. El asunto no es como lo contó Carlos Loret de Mola, sino al revés. Diez días antes de la elección de ese año, Julio Scherer, Horacio Duarte y otros recaudadores de fondos para la campaña de Morena tuvieron que disculparse con empresarios que querían aportar financiamiento para el último tramo de la campaña.
  7. Cuando todo parecía indicar que Delfina Gómez iba a ser la siguiente gobernadora y en un acto sumamente singular, si no es que inédito, decidieron no recibir más dinero, no aceitar sus estructuras, no ganar de última hora.
  8. La inercia de la campaña de Delfina era tan potente que el acuerdo de no judicializar seriamente no era suficiente. Solo el freno de la campaña, los brazos caídos y la operación electoral orquestada por Rosario Robles lograron impedir que el PRI perdiera su bastión. El acuerdo estaba cumplido.
  9. Cuando los dirigentes más encumbrados del partido en el estado reclamaron a dirigentes como Yeidckol Polevnsky, la respuesta fue clara y contundente: “¿ustedes qué prefieren: 2017 o 2018?”. Cuando Higinio Martínez organizó una marcha de protesta contra un presunto fraude electoral, fue reprendido por el más alto nivel de la dirigencia. Todo estaba dicho.
  10. En 2018, la comunicación transcurrió mediante varios actores como Manuel Velasco Coello, el senador Verde que también es nieto del fallecido Fernando Coello Pedrero, uno de los primeros financiadores de la carrera política de López Obrador. Intervinieron también empresarios de la órbita salinista-peñista como Alfonso Romo.
  11. Las condiciones implicaron no solo impunidad, sino el respeto a una red de negocios en la que los contratos siguen fluyendo.
  12. El sexenio asoma su último tercio. Los negocios y la impunidad han estado plenamente garantizados para Peña y los suyos.

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