El gesto sin voz y harto corazón
Archipiélago Reportera cultural egresada de la ENEP Aragón. Colaboradora en Canal Once desde 2001, así como de Horizonte 107.9, revista Mujeres/Publimetro, México.com, Ibero 90.9 y Cinegarage, entre otros. Durante este tiempo se ha dedicado a contar esas historias que encuentra a su andar. X: @campechita
El gesto sin voz y harto corazón
Foto: thesilenceofsound.com

“El silencio es infinito como el movimiento, no tiene límites. Para mí, los límites los pone la palabra”. Marcel Marceau

Llorar en la ópera por la intensidad de las emociones transmitidas fue una de las grandes herencias que Gaby Muñoz recibió de su madre, así como convertir en su estilo de vida eso que la hace feliz, tal como pregonaba su padre. Así poco a poco se fue definiendo la esencia de Gaby, mejor conocida como la “Chula the clown”.

Originaria de la Ciudad de México, aspirante a ser licenciada en Letras, “la Chula” se descubrió artista después de una complicación médica que la tuvo en el limbo durante varios meses. A su regreso en el más acá lo tuvo claro y se embarcó en la búsqueda de ese escenario que la iba a posicionar en las marquesinas, sin embargo no hubo clic, no se dio por vencida y entró a la London International School of Performing Arts en Londres, ahí se quedó sin palabras para comenzar a hablar con su rostro y cuerpo.

Ya con esa claridad, Gaby Muñoz comenzó a trazar ese camino que la puso de frente con Greta, el entrañable personaje que –con esas cejas que cuestionan todo, los ojitos de enamorada empedernida y una estética sútil– abrió un mundo entre épocas, de sanación y de desilusiones, empoderamiento y degustaciones de pastel en calzones. Tenía en sus manos eso que muchas mujeres necesitamos y tan echada pa’lante no dudó en utilizarlo para crear una hermandad invisible que después de poco más de una década ha traspasado fronteras.

A pesar de la pandemia, la “Chula the clown” no se detuvo y en su cabecita las ideas comenzaron a desbordarse, entre Finlandia, Londres y otras latitudes terrenales y cósmicas tuvo tiempo de trazar el cauce de un proyecto que tenía años en reposo, un espectáculo ideado por la directora de orquesta Alondra de la Parra, quien un buen día le contó de ese proyecto y para “la Chula” fue una señal de que le estaban dando el cáliz de la magia pura, fue entonces que surgió The silence of sound.

En medio de la pandemia, ambas creativas se blindaron y dado que las agendas se pararon, decidieron confinarse en el Teatro Mundial de la Bisbal del Ampurdán en la Costa Brava, al norte de España. Ahí, Alondra y Gaby se dieron a la tarea de buscar la felicidad, menuda empresa a la que sumaron a diversos creativos para proyectar esos sentimientos que no se dicen pero se sienten, que se provocan con la mirada y acentúan con música.

Una fantasía que involucra videos que sumergen a “la Chula the clown” en el mar para nadar junto a colorido peces, salir a flote y aletear con una parvada de pájaros, todo mientras la orquesta toca a Debussy, Bartók, Stravinsky, Prokofiev y Brahms, entre otros, un delicado mapa sonoro que da pistas al público sobre eso que pasa por la cabeza de la Clown sobre el escenario.

Después de meses de trabajo, el estreno de The silence of sound fue en el Festival Paax GNP en Playa Del Carmen. El próximo 6 de septiembre se presentará en el Palacio de Bellas Artes, para seguir el 9 y 10 en Guadalajara, Jalisco; 13 en San Luis Potosí y 15 de septiembre en Monterrey, Nuevo León.

Si acaso andan faltos de inspiración, motivación y perspectiva, les sugiero que consulten la página https://www.thesilenceofsound.com y se dejen apapachar el alma.

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