El Congreso sigue siendo relevante
Tácticas Parlamentarias

Analista y consultor político. Licenciado en Ciencia Política por el ITAM y maestro en Estudios Legislativos por la Universidad de Hull en Reino Unido. Es coordinador del Diplomado en Planeación y Operación Legislativa en el ITAM. Twitter: @FernandoDworak

El Congreso sigue siendo relevante

Por más autoritario o hasta totalitario que llegue a ser, todo gobierno requiere de un órgano legislativo, aunque sea para conservar alguna imagen de legitimidad. A eso se le conoce en la discusión académica como legislaturas de “sello” o rubber-stamp. Bajo esa premisa, hay quienes puedan pensar que un órgano legislativo controlado por una mayoría tampoco sirve, aunque ese es un grave error de apreciación.

Aún cuando haya un grupo que controle la mayoría, los órganos legislativos sirven para formar nuevas generaciones de personas políticas, ventilar los asuntos públicos y, si las oposiciones tienen credibilidad y capacidad para comunicar, posicionar alternativas. Cuando el régimen autoritario pierde poder, las asambleas son el primer eje de los procesos de democratización.

Bajo esta premisa, veamos qué ha estado sucediendo los últimos días en el Congreso. Cierto, Morena controla las mayorías, pero eso no significa que el legislativo sea un actor secundario o incluso inútil. Es más, se mueven muchas cosas tras bambalinas, especialmente cuando ya hay personas que ambicionan continuar en sus cargos a través de la posibilidad de reelección inmediata.

Sí, otra vez la oposición fue aplastada en la Cámara de Diputados gracias a la eliminación de trámites por parte de Morena. Pero en esos contextos se esperaría que posicionasen un mensaje alternativo claro y que pueda servir para ganar la confianza del electorado rumbo a 2024. A final de cuentas, ningún tema muere ni arroja efectos fatales. Hubo semanas para planear algo que se veía venir, además. Al respecto, es triste ver cómo la propia oposición carece de credibilidad, gracias a la presencia de personas que, cuando estaban en el poder, abrieron la participación de las fuerzas armadas en materia de seguridad. Pero eso es problema de los partidos, su escasa capacidad para entender qué pasó y las personas votantes que no saben qué exigir.

El Senado parece convertirse en otro escenario. Hasta este momento, Ricardo Monreal es percibido como el hombre fuerte en la institución. Político hábil, en la pasada elección de la Mesa Directiva logró maniobrar la elección de Alejandro Armenta, primero al interior de su grupo parlamentario y después en el pleno, logrando algo que ni en House of Cards hubiésemos podido ver: sin postularse para la presidencia de la Mesa Directiva, casi le gana a su propio “gallo”. ¿Qué pasó ahí?

Cuando Morena eligió a Armenta, los partidos de oposición anunciaron que no le apoyarían. De hecho, en la primera ronda de votación en el pleno ganó el voto nulo. ¿De verdad no quiere la oposición a Armenta? En mi opinión, querían subir sus costos de negociación a cambio de posiciones en el órgano directivo, y los morenistas “radicales” tenían incentivos a anular su voto para generarle un problema a Monreal. Sin embargo, nadie come lumbre: la oposición sabía que, si la votación era un desastre para el zacatecano, podía perder su cargo, y no creo que hubiesen deseado a, digamos, Cravioto en el cargo. 

Por eso, la oposición votó por Monreal en la Mesa Directiva. Al contrario de la Cámara de Diputados, se permite la acumulación de cargos entre coordinación de grupo parlamentario y presidencia. Sin embargo, nunca se había planteado el escenario que una persona fuese simultáneamente coordinador de bancada, presidente de la Mesa Directiva y presidente de la Junta de Coordinación Política. Ante ese prospecto, los radicales de Morena acabaron votando por Armenta. Ni Frank Underwood pudo pensar algo similar.

Ahora, Armenta y Monreal afirman que se seguirá el proceso legislativo normal para discutir Guardia Nacional. ¿Volverá loco al presidente? En una de esas, pero es difícil que tenga capacidad para dar un golpe de fuerza, que le reste apoyos entre los moderados de su partido, pudiendo el zacatecano catalizar el descontento. Además, muchos senadores desearán reelegirse rumbo a 2024, y no conviene en algunos estados mostrarse demasiado pejistas.

Véanlo de esa forma, si una facción importante de Morena se rebela, habrán mostrado más congruencia en la lucha contra la militarización que la hoy oposición. Saquen las palomitas: esto se pone interesante.

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