El Día del respeto por la diversidad cultural
RacismoMX

Daniel Ortega es originario del Estado de México, licenciado en Diseño Gráfico y maestrante en Diseño por parte de la UAEMex. Actualmente trabaja en un proyecto para fomentar la diversidad de representación fenotípica en la práctica del diseño dentro de la publicidad.

Memo Hojas es diseñador, fotógrafo, editor y comunicador visual de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Actualmente es coordinador de Diseño en Racismo.

El Día del respeto por la diversidad cultural
Foto: Pixabay

12 de octubre, día de la R. La R de resistencia, la R de racializadx y de rebeldía. La R de respeto por la diversidad cultural, pero no de raza, porque la raza no existe.

La historia de los europeos “descubriendo” un continente lleva tras de sí un discurso de dominación y poder que, sin embargo, resulta inexacto desde muchas perspectivas. Para empezar no fue Cristóbal Colón el primer europeo en llegar al continente, 500 años antes una pequeña flota vikinga navegó hacia el oeste hasta toparse con tierras desconocidas. Sin embargo, aún fueran vikingos, españoles, portugueses o cualquier otra flota los primeros en llegar a esta tierra, decir que “la descubrieron” sería negar el punto de vista de los conquistados, porque esa fue la realidad, no descubrieron sino invadieron una tierra ya habitada con sus propias culturas, civilizaciones y lenguas.

Para los habitantes de Abya Yala, los europeos aparecieron de la nada imponiéndoles una forma de ser, hablar y pensar completamente ajena a lo que conocían, despojándoles no solo de sus tierras, sino de sus creencias, sus tradiciones y sus propias vidas. Esto pudiera abrir una interrogante sobre la actualidad de Abya Yala sin la intervención extranjera, ¿Cómo serían nuestros territorios si la invasión nunca hubiera tenido lugar? ¿Cómo viviríamos y nos organizaríamos si Colón se hubiera desviado unos cuantos grados en su carta de navegación?

No resulta raro escuchar a colegas y compatriotas diciendo que gracias a que los españoles llegaron ya no sacrificamos personas, que la civilización llegó junto a La Niña, La Pinta y la Santa María, pero esto resulta inverosímil. En 500 años, el intercambio y la riqueza cultural de nuestra región habría dado lugar, muy probablemente, a una diversidad sin precedentes. La visión de un Abya Yala nunca sometido habría hecho frente al monstruo occidental que ha devorado el mundo. Lo cierto es que aún no es tarde para lograrlo, he ahí la importancia de resignificar un día tan controversial como lo es el 12 de octubre, no como el día de la mal llamada “raza” sino como el Día del respeto a la diversidad cultural.

El Día del respeto por la diversidad cultural evoca el 12 de octubre de 1492, fecha en que Cristóbal Colón y sus hombres desembarcaron en lo que se llamaría América, con el objetivo de visibilizar las desigualdades y violencias por identidad cultural y, a la vez, promover una coexistencia intercultural respetuosa y equilibrada. Fue hasta el 2010 que se cambió el nombre Día de la raza por Día del respeto a la diversidad cultural, mediante el decreto 1584/10 otorgando a la conmemoración del 12 de octubre un significado acorde al valor establecido en la Constitución nacional para la diversidad étnica y cultural.

Esta fecha recuerda la dominación, la explotación, el exterminio de gran parte de los pueblos originarios, las rebeliones indígenas y los levantamientos de los criollos americanos que conllevaron a la consagración de las independencias después de más de 300 años de la invasión. Por ello no celebramos ni festejamos la llegada de los colonizadores a nuestros territorios, pero cada 12 de octubre tenemos la oportunidad de conmemorar el legado de los ancestros que resistieron al exterminio planificado y que nos han enseñado que la única lucha que se pierde es la que se abandona.

El reconocimiento de la diversidad cultural implica, entonces, establecer espacios de comunicación y diálogo en medio de las diferencias, donde se incluya desde la igualdad de derechos, lo que nos diferencia y lo que nos une para consensuar expectativas comunes, normas y valores para organizarla convivencia en la diferencia.

Dejemos de hablar desde lo eurocéntrico y demos voz a los oprimidos, resignifiquemos fechas como esta en pos de aquellos que no pudieron contar su versión y celebremos juntos nuestra diversidad cultural.

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