El dilema del dinero sucio
Empresas regenerativas

Es especialista en Sustentabilidad y Responsabilidad Social Corporativa. Actualmente es la directora de impacto de Hoteles BF, imparte la materia optativa de Negocios Sustentables en el ITAM y de certificaciones ESG en la IBERO. Consejera de varias organizaciones. X: @ileanalopezp

El dilema del dinero sucio
Portada del libro. Foto: Especial

La moral es relativa, está relacionada con los valores y la cultura. Por lo general, el dinero se ve como algo bueno. En los últimos años, el presidente de México se ha esforzado en que los mexicanos lo vean como algo malo: promueve el desprecio a los ricos y a los empresarios por tener dinero asegurando que se tiene dicho dinero por corrupción, explotación de los trabajadores u otras malas prácticas. No visualiza ni acepta que los empresarios crean fuentes de trabajo, invierten en proyectos, en el conocimiento, en innovación y apoyan a la sociedad civil. 

El dinero “sucio” es todo aquel que viene de actividades ilícitas e inmorales. 

¿El dinero obtiene más valor o pierde su valor dependiendo de quién lo ha usado?  ¿Suma al valor del dinero su origen y/o su procedencia? 

Por ejemplo, un vestido va obteniendo más valor según la persona que lo ha utilizado; un vestido usado por Lady Di tiene un valor mucho mayor que el mismo vestido usado por alguien no famoso.  

¿Qué pasa cuando el dinero sucio llega a una organización de la sociedad civil, una empresa o un partido político? Es relativo. Si el dinero es “sucio” pero se ofrece a una organización de la sociedad civil que trae beneficios a la comunidad, ¿se debería de aceptar o rechazar? 

En 2019, el Museo de Arte Metropolitano en Nueva York decidió rechazar los donativos que daba la familia Sackler por proceder de la venta de opio. En 2017, Tasimi & Gelman hicieron un experimento donde le preguntaban a la gente cuál dinero preferían, el que venía por comercio regular o el que fue robado. La mayoría de las personas preferían menos el dinero robado. Es más, el dinero robado lo rechazaban casi igual que el dinero al que le estornudaron. En este estudio se ve cómo se devalúa el dinero si es inmoral. También resalta que la mayoría prefiere utilizar el dinero limpio para uso personal y el sucio para dar en caridad. 

Ahora, apliquemos los estudios arriba mencionados a la realidad en México y el libro de El rey del cash, escrito por Elena Chávez. Aquí podemos confirmar (ya lo sabíamos) un esquema de financiamiento ilegal que apoya la campaña de Morena muy probablemente con dinero sucio, de negocios ilícitos y de corrupción como los videos que conocemos de la entrega de sobres con dinero de Carlos Ahumada a René Bejarano, Carlos Imaz, el desfalco en las finanzas del gobierno de la Ciudad de México, a la Línea 12 del Metro, entre otros. Dicho dinero se destina a mantener durante más de una década una campaña enfocada en que Andrés Manuel López Obrador obtenga el poder sin importar la forma. Su gobierno divide a la sociedad, ahuyenta las inversiones, destruye las estrategias de crecimiento económico y programas de salud, entre muchos otros daños. Ha logrado desacelerar la economía hasta llegar a un crecimiento negativo, desabastecer de medicamentos y servicios en los Centros de Salud y muchos otros problemas que hoy tenemos, que pudieron evitarse y que afectan a los más necesitados.  

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Ileana López, elaboración propia

Como lo mencionó Pablo Majluf en su Twitter, Octavio Paz dijo: “En nuestra escala de valores, el poder está antes que la riqueza”. Yo aumentaría: “y la riqueza está antes que la moral”.

Por todo lo anterior, México está cada día más sucio. Nos estamos hundiendo en más mugre. Para el gobierno actual, el dinero tiene un objetivo: “El pueblo bueno”, ayudar a los más necesitados a través de apoyos directos y la realización de proyectos como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), el Tren Maya y la refinería Dos Bocas. Lo peor de todo es que, como lo mencionan Isabella Cota y Jon Martin Cullell en su artículo Las lagunas de Primero los pobres, publicado en El País, los programas sociales de la administración actual benefician a menos personas en pobreza que lo que se beneficiaban en 2016. Es así, el 35% del 5% más pobre hoy recibe apoyos económicos mientras que en el 2016 recibían apoyo el 70%. Así de cruda es la realidad.  

Urge tener moral en México para no aceptar dinero sucio, ni actividades ilícitas y empezar a ver por el desarrollo económico. Y aquí es donde entra la iniciativa privada y la sociedad civil. Sugiero que las empresas dejen de estar de observadores y se unan empresarios, empresas, asociaciones empresariales, academia junto con sus colaboradores y la sociedad en general para que exijan transparencia, rendición de cuentas y no permitan seguir construyendo un país con dinero sucio.  

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Ileana López, elaboración propia. Adaptación del triángulo del bullying

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