Un balde de agua fría
De Realidades y Percepciones

Columnista. Empresario. Chilango. Amante de las letras. Colaborador en Punto y Contrapunto. Futbolista, trovador, arquitecto o actor de Broadway en mi siguiente vida.

X: @JoseiRasso

Un balde de agua fría
Foto: valentinsimon0/Pixabay.com

Cinco minutos más, no me despiertes todavía. El sol apenas se asoma y no me siento listo para empezar mis propósitos de año nuevo. Detén el despertador, aléjame las malas noticias y quema el periódico si es necesario. Hace frío.

Cinco minutos. Vamos a disfrutar este momento en dónde no le debo nada a nadie. No tiremos a la basura la oportunidad que nos regala la vida cada año, el borrón y cuenta nueva, el kilómetro cero, la báscula que espera paciente. La ilusión de volver a empezar.

Sáltate los correos de la oficina. Apaga el radio. Dile a la urgencia que no he llegado. Que sigo de viaje, que mi vuelo se retrasó, que no estoy preparado todavía. 

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Guarda mi ropa de ejercicio. Dóblala junto a mi mente que sigue en pausa y por un momento déjame darle el último golpe a la vagancia. 

Cinco minutos más. Te lo prometo. Sólo déjame hacerme el tonto y pensar que escribimos sobre un papel en blanco y que todo es posible. Imaginar que se abre el telón de una función totalmente nueva donde los actores son honorables y el guion se respeta.

No me despiertes todavía. Déjame creer que la tragedia que vivimos se detuvo por las fechas festivas y que los reyes magos existen. Sólo un ratito más antes de que la realidad me quite el sueño. 

 ¿Qué son unos días más cuando el marcador está en ceros? 

Apaga el despertador, aléjame las malas noticias, desconecta el celular, esconde la computadora, dile a los vecinos que no he llegado, háblame en suspiros para no despertar a nadie y quema las facturas si es necesario. Hace frío.

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Cierra la ventana por favor, porque ya escucho los embates colarse entre las persianas. Baja el volumen. Atranca la puerta porque ya me llegó el eco del resentimiento y los más de ciento ochenta homicidios en los dos primeros días del año. 

Un balde de agua fría, como la humedad que sigue creciendo entre los muros, en las instituciones y en la tranquilidad que se diluye frente a la realidad que tendremos que atender.

Cinco minutos más te pido, porque el año viejo encontró un resquicio entre las grietas y ha logrado contaminar el mito del borrón y cuenta nueva, inclinando aún más, la cuesta de enero que se avecina.

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