Necesitamos más juguetes neutros
Contextos

Reportero egresado de la UNAM, formó parte de los equipos de Forbes México y La-Lista. Con experiencia en cobertura de derechos humanos, cultura y perspectiva de género. Actualmente está al frente de la Revista Danzoneros. X: @arturoordaz_

Necesitamos más juguetes neutros
Foto: Markus Spiske / Pexels.

“¿Es la única gorra que tienes? ¿No la hay en azul? Es que es niño y no le va a gustar”. Esas fueron las palabras de una señora hacía un vendedor en las vísperas de Día de Reyes. El color rosa no era una opción para su menor, pero ¿por qué? 

Los juguetes son una herramienta para construir el género en las personas, durante la infancia son auxiliares para enseñar a los más pequeños los roles que se deben tener según el sexo. La familia juega un papel importante en esta formación y así lo indican los investigadores María del Carmen Martínez Reina y Manuel Vélez Cea, de la Universidad de Granada, España: 

“Es claro el predominio de los efectos tradicionales y de género que los niños/as adquieren en el seno familiar, pues marcan su aptitud ante los juguetes”, explicaron en su investigación “Actitud en niños y adultos sobre los estereotipos de género en juguetes infantiles”. 

Los expertos también resaltaron la importancia de los valores como la igualdad y equidad social, así como nuevas alternativas ante el uso de juguetes, para que así “los niños y niñas tengan iguales oportunidades en la vida”. 

Los primeros años de vida son los más cruciales para implementar este nuevo aprendizaje y así lo demostró el estudio que realizaron los investigadores españoles a 400 niños de entre tres y siete años de edad, al igual que a 200 universitarios. En la medida en que era menor la edad del encuestado, los juguetes se catalogaron fundamentalmente en masculinos o femeninos; algo que fue de manera contraria a los consultados más grandes. 

Esto demuestra la importancia que tiene la creación y uso de juguetes neutros en la primera infancia, donde los menores puedan aprender y jugar sin la necesidad de ser encasillados u obligados a cumplir un cierto estereotipo. 

Los juguetes no tienen un género, enfatiza el trabajo de los académicos: “es la cultura y la sociedad quien los etiqueta para un sexo u otro”. No habría porqué coartar la oportunidad a un niño de jugar con una muñeca u hornito eléctrico, así como a una niña de chocar carritos o luchar con figuras de acción. 

El desarrollo en un ambiente neutro no influirá en las preferencias sexuales que las personas pueden elegir al crecer. La única consecuencia de esto será que se forjen humanos que puedan desempeñarse en cualquier actividad para su autosuficiencia: desde cambiar una llanta hasta lavar su propia ropa, es decir, los hombres pueden cocinar y las mujeres hacer arreglos en la casa. 

Como adultos, le debemos esa oportunidad a los más chicos de la casa, aunque no lo hayan hecho con nosotros cuando fuimos pequeños.

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