¿Por qué?
Archipiélago Reportera cultural egresada de la ENEP Aragón. Colaboradora en Canal Once desde 2001, así como de Horizonte 107.9, revista Mujeres/Publimetro, México.com, Ibero 90.9 y Cinegarage, entre otros. Durante este tiempo se ha dedicado a contar esas historias que encuentra a su andar. X: @campechita
¿Por qué?
En "Ruido", Beristáin nos presenta la historia de Julia. Foto: Netflix

La violencia es el miedo a los ideales de los demás, Gandhi

¿Por qué? Pregunta furiosa Julia, interpretada por Julieta Egurrola en el ministerio público donde ella y el padre de su hija fueron llamados para decirles que el cuerpo que les habían dicho que era de su hija desaparecida, en realidad no era de ella, se habían confundido y ya… ¿por qué? 

Esa es quizá una de las preguntas que más nos hacemos en la vida, pero en el caso de Julia (Egurrola) y Arturo (Beristain) viene cargada de un dolor que ahoga el alma, de una familia rota por un madrazo seco que recibieron al momento de no tener noticias de su hija, una joven que se fue de viaje con amigas a un estado “paradisíaco” de la República Mexicana y que de repente ahí, entre parajes idóneos para conquistar likes en Instagram dejó de contestar el teléfono, no hubo nada más, ni videos como ese que le mandó a su mamá siendo feliz, libre, viva.

Así Ruido de Natalia Beristain, una cinta que vuelve a poner en el ojo el tema de las desapariciones forzadas, lo hace desde una esquina que nos trastoca, desde el acompañamiento, la muerte en vida al no saber si su hija se encuentra bien, si ha comido, si tiene frío, es ahí donde todos, todas, todes hacemos clic y también nos preguntamos ¿por qué?, porque nos sube el pulso cada que una amiga, familiar, conocida se despide para tomar un taxi, microbús y apenas son las 6 de la tarde, esa angustia de que las hermanas, sobrinas , hermanos y sobrinos anuncien un viaje por esas zonas que todos los días ocupan las portadas de nota roja, esa preocupación de padres y madres a los que les hijes pidieron permiso para ir al antro, para vivir su juventud, disfrutar y al mismo tiempo con el riesgo respirándoles la nuca.

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Ruido es un grito que no resuena todo lo que debería de resonar, no lo hace a esas autoridades carentes de protocolo y ya sea por fastidio, falta de preparación o vínculo con células delictivas ignoran o  acallan a los padres “quejosos”, creando culpables, dando carpetazo o diciéndoles que los restos “otra” desaparecida es la suya, dejando sin respuesta a  alguien más. 

Un “Ruido” que como tinnitus retumba y vuelve a retumbar en Julia, una mujer que se volvió sombra, que el dolor le impide mirar a su otro hijo, que se comunica desde la herida con los demás, que conecta con una periodista que sí escuchó el estallido de su corazón y que junto con otras mujeres rotas han comenzado a tejer una red de búsqueda, mujeres que ya no temen nada, mujeres que ya han perdido todo, mujeres que por el hecho de ser mujeres están solas en un valle de lágrimas que las ahoga y que al parecer terminará por tragarlas, pero antes lucharán con uñas y dientes.

Un viaje que ni siquiera Dante fue capaz de imaginar cuando describió sus círculos del infierno, una radiografía de la apatía de quienes deberían ser ese primer soporte para los familiares de las y los desaparecidos, del alcance del crimen organizado en la sociedad, de la falta de estrategia y adecuada capacitación en las instituciones. Pero también un asomo a la fuerza de la sociedad a partir de nuestra propia humanidad, historia que contó con el acompañamiento de los colectivos “Voz y dignidad por los nuestros SLP” @Voz_Dignidadslp y “Buscándote con amor” @buscandoteconam

Quizá es una de las películas que más dolorida dejó a la directora de cintas como “No quiero dormir sola” y “Los adioses”, ya que metió el dedo en una llaga abierta que supura de tantos días, meses y años abierta, una herida sin cura o a la que al final amputa de tajo. Porque como muchos creen y dicen sin pensar, “muerto el perro, se acaba la rabia”

Dotada de una poética que ilumina la mirada por sus composiciones, Ruido suelta sus dardos de a poquito y sin darnos cuenta comenzamos a buscar el teléfono para enviar ese mensaje que espera una respuesta pronta de “¡Hola!, si todo bien”, es una invitación abierta al abrazo y solidaridad con quienes ya no recibieron ese mensaje de vuelta, es una sacudida que hace falta darnos para empezar a buscar respuestas sin eufemismos y con esas certezas es probable que nos resulte más fácil poner cara a quienes deben plantarse firmes y comenzar a escuchar. No agachen la mirada, no piensen de que es una película sobre una historia más, no olvidemos  a quienes no han regresado a casa.

El cine no cambia la realidad, pero sí que abona para ampliar la mirada.

Ruido se exhibe en Cineteca Nacional, LeCinéma IFAL, Cinemanía, Casa del Cine MX, Cine Tonalá, Cineteca Mexiquense, Cineteca FICG, Cineteca Nuevo León y Alameda en San Luis Potosí, a partir del 11 de enero podrán verla en Netflix. 

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