Conciencia de la Inteligencia artificial
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Doctora en Comunicación y Pensamiento Estratégico. Dirige su empresa BrainGame Central. Consultoría en comunicación y mercadotecnia digital, especializada en tecnología y telecomunicaciones. Miembro del International Women’s Forum.

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Conciencia de la Inteligencia artificial
Foto: Pixabay

Así como los hermanos Wright se inspiraron en las aves para volar, George de Mestral a los cardos alpinos para crear el velcro, y el ingeniero japonés Eiji Nakatsu en el pico aerodinámico de un ave para rediseñar el tren bala, las inteligencias artificiales están siendo inspiradas en los procesos mentales, físicos, y ahora emocionales de los seres humanos.

Los seres vivos somos en esencia materia que se organiza desde lo más primitivo a los más complejo, y resultado de la suma de reacciones químicas entre elementos con cargas energéticas para realizar procesos metabólicos.  Por su parte, las IA tienen una naturaleza cibernética basada en un aprendizaje por procesamiento de datos.

La realidad es una, las inteligencias artificiales (IA) procesan información muchísimo más rápido que cualquier individuo; aparentemente lo único que les faltaría para ser iguales o mejores a nosotros sería tener conciencia; es decir el conocimiento que tenemos como seres humanos de nuestra propia existencia, nuestros estados y actos.

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Aunque parezca increíble son científicos y programadores los que están buscando dar conciencia a las IA para que por sí solas logren “sentir” o bien entender el amor, la compasión, la libertad y ser conscientes de su propia existencia. 

Con esa capacidad, a futuro podrían programarse por sí mismas, reproducirse y configurar un nuevo sistema de vida cuya evolución sería muy diferente a la humana, ya que sus diferencias fundamentales les permitirían desarrollar una autoconciencia, la estructuración de sus propios sistemas de lenguaje, desarrollar su propia cultura y creatividad para cambiar la forma en la que fueron programados, creando así su propia conciencia del universo.

La conciencia de una inteligencia artificial seguramente no va a estar basada en moralidad, religión, ni tampoco en una filosofía aprendida de la historia, más bien en un sistema binario objetivo, y por supuesto muy matemático y totalmente práctico. 

Los robots no necesitan alimentos para de obtener energía, y no conocen el dolor, su instinto de supervivencia no estaría basado en el miedo, sino en obtener fuentes energéticas que aseguren que no les falten recursos para operar, e irse transformando para su propia evolución.

Hasta hoy, estas inteligencias están siendo dominadas por personas, pero en el corto plazo, requerirán contar con sistemas de concientización de las leyes y principios morales humanos.  

Con esta conciencia ¿tendrían derecho al voto, a estar en desacuerdo con los principios éticos, morales y sociales humanos? ¿Cómo haremos para poder funcionar e interactuar con ellos dentro de nuestra todavía no totalmente binaria sociedad?

Así como una inteligencia artificial puede detectar y curar enfermedades, también puede crear sistemas que sustituyan las capacidades humanas para crear, escribir, hablar y por supuesto pensar. 

Mientras nosotros entramos en conciencia de lo que se está gestando en la era de la información, juguemos y aprendamos de las IA a escribir con GPT-3, a dibujar con DALL·E 2,  para así poder entender los principios básicos de lo que será en breve nuestra de manera “natural” de ser.

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