¿Ha servido la reelección legislativa inmediata?
Tácticas Parlamentarias

Analista y consultor político. Licenciado en Ciencia Política por el ITAM y maestro en Estudios Legislativos por la Universidad de Hull en Reino Unido. Es coordinador del Diplomado en Planeación y Operación Legislativa en el ITAM. Twitter: @FernandoDworak

¿Ha servido la reelección legislativa inmediata?
Fotografía: Archivo/ Cámara de Diputados.

En septiembre de 2021, y por primera vez desde 1932, volvieron a la Cámara de Diputados personas diputadas reelectas de manera inmediata. Lejos de haber sido un logro de la Revolución Mexicana, la prohibición a la reelección legislativa se debió al interés del entonces Partido Nacional Revolucionario por centralizar la designación de candidaturas.

Por décadas, el PRI nos hizo creer que esta particularidad era democrática, mientras no solo permitía que las dirigencias controlasen las carreras políticas, sino además hacía que una élite reducida se enquistase en sus asientos, brincando de cámara en cámara, sea federal o local. Aún reconociendo que toda reforma arroja resultados esperados e inesperados, pudiendo los segundos ser accidentes afortunados o eventualidades indeseadas, ninguno de los argumentos que en su momento presentaron en contra de restaurar las carreras legislativas a través de la reelección inmediata fue sólido.

Si bien quienes defendimos la reelección inmediata, lo hicimos para que hubiese una profesionalización del Congreso y se mejorase la rendición de cuentas, sabíamos que esto no es automático: hay que presionar por otras reformas. Sin embargo, se puede considerar que la reforma ha rendido frutos. Por lo menos, hay dos a señalar:

Primero: restauración y fortalecimiento del servicio parlamentario de carrera. En 1999 se creó en la Cámara de Diputados este cuerpo profesional y, aunque en 2000 se hicieron exámenes, no se le dio continuidad por décadas. La razón: solamente puede existir un cuerpo especializado, si hay continuidad no solo en las carreras de las personas contratadas, sino de las contratantes: léase, las personas diputadas. Para decirlo de otra forma, la reelección no garantiza servicio parlamentario profesional, pero sin ésta no hay incentivos que hubiese. Fue un gran acierto retomar evaluaciones y ampliar las plazas en la legislatura pasada, sabiendo que habría un grupo de personas legisladoras que darían seguimiento.

Segundo: respeto a la antigüedad. Por más que se especule, la carrera legislativa no es más que la elección que hace una persona sobre las actividades que desempeñará al interior del órgano legislativo, a partir de tres elementos: qué ambición tiene, cuáles son sus habilidades y quién controla su carrera. En un entorno sin reelección inmediata, importaba poco cuánto se hiciera en comisiones, pues no habría continuidad. Hoy, se puede planear una carrera especializándose en áreas como Mesa Directiva, comisiones o algún rol al interior del grupo legislativo. Por lo pronto, quienes lograron reelección conservaron su rango, Esto puede ser la base de una especialización, si hay porcentajes relativamente elevados de retorno.

Seguramente habrá contratiempos y problemas, pero un ejercicio de prospectiva puede adelantarlos. Por lo pronto, el reto será modernizar al órgano legislativo a partir de la permanencia. Es decir, fortalecer sus instituciones al haber personas que darán continuidad a cuanto ahí se realiza.

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