Perspectivas de la deuda de Pemex

Consultor en energía con más de 20 años de experiencia en el sector público y privado. Actualmente, Director General de GMEC, especializado en Norteamérica. Co-fundador de #WeTweetEnergy, iniciativa para promover una discusión basada en hechos, sobre el sector energético. #DatoMataRelato. 

Twitter @GMonroyEnergy

Perspectivas de la deuda de Pemex
Foto: Especial

Hablar de la deuda de Petróleos Mexicanos (Pemex) es tratar de resolver el enigmático e indescifrable nudo gordiano, es entender que la petrolera mexicana ha sido sostén múltiples veces del gobierno mexicano, es reconocer que sus exportaciones de petróleo han sido garantía para los rescates financieros en diferentes décadas. A la vez, es aceptar que la emisión de deuda, y no los presupuestos asignados anualmente por el Congreso de la Unión, son lo que mantienen en realidad sus inversiones de capital (Capex).

Al cierre de 2022, la deuda de Pemex es de aproximadamente 105 mil 200 millones de dólares, de la cual 70% está denominada en moneda extranjera y el restante 30% en certificados de deuda, en pesos, emitidos en la Bolsa Mexicana de Valores. Para entender magnitudes, Pemex es el mayor emisor de deuda corporativa no solo de México, sino de toda América Latina.

La pregunta obvia es: ¿qué se hizo con esa deuda? ¿A dónde fue a parar? Bueno, durante la década de los 80 y 90, México usó casi la totalidad de sus recursos fiscales para salir de sus recurrentes crisis, y eso era entendible ya que la empresa –a través del desarrollo del yacimiento supergigante de Cantarell– podía financiarse prácticamente sola.

Un tema esencial para entender el crecimiento de la deuda era que los proyectos de infraestructura nacional, principalmente los de Pemex y Comisión Federal de Electricidad (CFE), estaban sujetos en esa época a la aprobación de sus presupuestos anuales, por lo que era común que los proyectos quedaran truncos al tener presupuesto un año y el siguiente verse disminuido o completamente cancelado. Esa incertidumbre se resolvió, a finales de los 90, con los famosos Proyectos de Inversión Diferida en el Registro del Gasto (Pidiregas).

El esquema Pidiregas tenía características interesantes para su época. Para que un proyecto calificará como Pidiregas, y asegurar con ello sus presupuestos multianuales, tenía que generar un flujo de efectivo que, al menos, cubriera su amortización e intereses de su deuda. En otras palabras, solo proyectos autofinanciables podrían ser Pidiregas. Para el gobierno, el esquema ayudaba mucho a mejorar (artificialmente) sus finanzas públicas: ya el gobierno no tenía que emitir más deuda para ayudar a Pemex, ésta podía emitir su propia deuda y tener los mecanismos para asegurar el pago de la misma. Estas medidas, entre otras, desembocaron en que entre 2000 y 2001 tanto Pemex como el Estado mexicano obtuvieron grado de inversión y, con ello, acceder a abundante crédito barato, un sueño guajiro de los previos 50 años.

Este esquema resolvía el problema de asegurar financiamiento alejado del vaivén de las políticas públicas, pero por sí mismo escondía algunas dificultades. Sus condiciones favorecen proyectos nuevos, pero hacía que actividades como mantenimiento fuesen relegadas al no ser tan atractivas como nueva infraestructura. Incluso, estas mismas condiciones favorecen que fuesen desarrollados primero proyectos de petróleo sobre los de gas natural, que se fueron rezagando. Como anécdota, esa tendencia desembocó en que hoy la producción de gas natural haya bajado considerablemente, y que se importe más del 80% de la demanda nacional por este hidrocarburo.

Como se puede apreciar en la siguiente gráfica, el acceso a crédito barato y la consecuente liberación de recursos fiscales de la Federación provocó que Pemex usara la deuda como el sostén de su inversión. Como dato, el esquema Pidiregas se dejó de utilizar en Pemex en 2008, mientras que el mismo persiste aún para CFE, especialmente para sus proyectos de generación eléctrica.

Perspectivas de la deuda de Pemex - Captura-de-Pantalla-2023-02-09-a-las-15.27.04-1-1280x715
Fuente: GMEC basado en los informes 20-F de Pemex.

¿Qué explica entonces que la deuda se haya duplicado en la administración de Enrique Peña Nieto? El principal factor: bajísimas tasas de interés (derivado de la política anticíclica de la Reserva Federal estadounidense postcrisis de 2008). Una consecuencia de la eliminación de los Pidiregas fue que ya no había que aprobar únicamente proyectos autofinanciables, lo que abrió la puerta a inversiones cuestionables como la compra –a sobreprecio de 500%– de Agronitrogenados o de acciones de astilleros deplorables en España.

Esto nos lleva a tiempos más recientes. El presidente Andrés Manuel López Obrador, en su afán de mantener buenos índices macroeconómicos, ha hecho del discurso “no más endeudamiento” una política de su gobierno. Al principio de su administración, este eslogan significó que Pemex no pudiera emitir deuda, de ningún tipo, ni siquiera para refinanciarse.

Para dar cumplimiento al mantra presidencial, se utilizaron líneas de crédito y otras medidas como los pagarés usados para financiar los pasivos laborales. Medidas considerablemente más caras que la emisión de bonos y que hicieron que el saldo de la deuda subiera a un máximo histórico de más de 115 mil millones de dólares en el tercer trimestre de 2020. Cabe decir que estas medidas NO fueron para aumentar la capacidad de inversión de Pemex sino únicamente por el manejo financiero de la deuda.

Aquí es donde cabe detenerse a ver hacia dónde se dirige esa deuda. Apenas hace unas semanas, Pemex anunció la emisión de bonos por 2,000 millones de dólares, pagaderos en esa moneda, a una tasa de 10.835%. Es la primera vez que Pemex paga esas tasas a doble dígito. Comparativamente, también el mes pasado, el gobierno mexicano emitió una deuda de 4,000 millones de dólares, en dos tramos a 5 y 12 años a una tasa combinada de 6.05% . Ese diferencial ha despertado, reavivado, muchas conversaciones acerca de la conversión total o parcial de la deuda de Pemex en deuda pública, tema que trataremos en la siguiente entrega. 

Síguenos en

Google News
Flipboard