Mujeres en la ciencia

Egresada de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde estudió física y astrofísica, especializándose en materia interestelar, así como los estudios sobre el Sistema Solar. Es investigadora del Instituto de Astronomía de la UNAM, así como profesora de la Facultad de Ciencias. Ingresó a la Academia Mexicana de la Lengua, donde ocupa la Silla XXV, además es miembro del Sistema Nacional de Investigadores en su máximo nivel. Tiene 41 libros y miles de artículos publicados a lo largo de sus más de 50 años de trayectoria.

Twitter: @FierroGossman

Mujeres en la ciencia
Foto: Diane Serik/ Unsplash

La ciencia moderna incluye a grupos multidisciplinarios, de varios géneros, ya que distintos tipos de mentes trabajando juntas resuelven problemas de formas novedosas. Pero no hay suficientes mujeres en la ciencia porque el sistema educativo no se moderniza a la misma velocidad que la vida social.

Desde que se tuvieron a disposición las pastillas anticonceptivas hace más de 60 años, las mujeres pudieron decidir cuántos niños iban a tener y cuándo. Sin embargo, los planes y los programas de estudio siguen estando enfocados hacia los intereses de los hombres y no incluyen ciencia moderna más interesante.

A diferencia de los hombres, que pueden procrear más allá de los 50 años, las mujeres queremos tener hijos cuando somos jóvenes. Y se requiere mucho trabajo para criar a los niños, es muy cansado. Para ser científico se necesita hacer estudios de licenciatura, posgrado, pasar por una estancia posdoctoral y conseguir un trabajo como investigador. Si las mujeres deciden tener hijos mientras estudian sus becas, éstas deberían ser prolongadas para favorecer la formación de científicas.

En el ámbito académico en México no existe la sana tradición de contar con guarderías en todas las universidades y centros de investigación, como sucede en algunos países más civilizados. Por ejemplo, en Estados Unidos los centros de salud cuentan con guarderías no sólo para todo el personal sino también para los pacientes, con los cual las mujeres y los hombres pueden estar en paz pues saben que sus hijos pequeños están cerca y en buenas manos. 

Algunas mujeres mexicanas tenemos la idea errónea de que debemos ser magníficas amas de casa, mamás y científicas, además no tenemos la confianza de pedir ayuda. Hay que aprender que no tenemos que demostrar que somos excepcionales y recibir apoyos. En nuestro país existe la figura de la nana y suele haber miembros de la familia que están dispuestos a brindarnos ayuda a aquellas que queremos tener hijos, estudiar y trabajar. 

Para que haya más mujeres en la ciencia es necesario:

  1. Que se modifiquen los planes y programas de estudio de ciencia, de tal suerte que no sean memorísticos sino que se enseñe la ciencia de manera lógica, interesante, que tiene que ver con la vida diaria. Y por supuesto que se enseñe ciencia y cómo trasmitirla a los docentes de las escuelas normales.
  2. Que México se una al programa Institute for Lifelong Learning (UIL), de la Unesco, para que la educación de por vida sea un derecho humano. Que haya más cursos en línea y cobertura de internet nacional, para que todos nos podamos actualizar e incluso reinventar.
  3. Que si una joven recibe una beca, esta no se le suspenda porque está embarazada, sino que se prolongue para que pueda criar una familia y además estudiar un posgrado. Como mencioné antes, ambas actividades son muy demandantes, pero se pueden combinar siempre y cuando se le dé un apoyo extra para el pago de una guardería o una trabajadora doméstica. 
  4. Que se tome en cuenta que los problemas femeninos, en particular de salud, no se resolverán hasta que haya más mujeres dedicadas a la investigación científica. 
  5. Que se facilite la vinculación entre la ciencia y la industria, de tal manera que el nuevo conocimiento que genere la ciencia se transfiera a la sociedad y se puedan resolver múltiples problemas que aquejan a las personas, de manera más efectiva.

La humanidad se beneficiaría si hubiera más mujeres científicas. Todas las personas deben tener acceso a la educación y a una vida plena.

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