¿Y si no se hubieran dado un abrazo?
Tácticas Parlamentarias

Analista y consultor político. Licenciado en Ciencia Política por el ITAM y maestro en Estudios Legislativos por la Universidad de Hull en Reino Unido. Es coordinador del Diplomado en Planeación y Operación Legislativa en el ITAM. Twitter: @FernandoDworak

¿Y si no se hubieran dado un abrazo?
Fotografía: Archivo/ Cámara de Diputados.

El pasado jueves, el presidente de la Cámara de Diputados, Santiago Creel, logró un acuerdo con Ignacio Mier, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), para dejar a un lado cualquier diferencia tras la instalación del actual periodo de sesiones y trabajar en unidad.

Cierto, hay mucho de cursilería en este acto, como el haberlo llamado “Abrazo de Acatempan”. ¿A qué se refiere el nombre? Al encuentro entre Agustín de Iturbide, otrora jefe realista, y el último insurgente, Vicente Guerrero, para lograr la independencia de México. Sin embargo, este tipo de cosas le encanta a la clase política, sin importar que una parte se haya identificado a sí misma como exconservadora y criolla y a la otra como popular, lo cual refuerza los estereotipos que implanta el actual gobierno. Sin embargo, y parafraseando a Enrique IV, conservar la Mesa Directiva bien valdría ese mote, mientras el PVEM y el PT desistían en su intento por remover a Creel de su cargo.

¿Qué tan relevantes fueron los acuerdos? No gran cosa: garantizar que se preserve la unidad de la Cámara de Diputados, independientemente de diferencias y puntos de vista; confirmar la coordinación que debe existir entre la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política (Jucopo); darle supremacía total a la práctica parlamentaria, sin alejarse del marco jurídico; y privilegiar la política para dirimir posibles desacuerdos. Si se parte de que Creel hizo una interpretación apresurada de la reglamentación, como se escribió en este espacio la semana pasada, el desenlace fue rápido y terso.

Sin embargo, ¿qué hubiera pasado de seguirse por la ruta de la confrontación? Cierto, la Mesa Directiva no tiene muchas atribuciones y está sujeta a la Jucopo en cuanto a la programación de los trabajos legislativos, pero el hecho que su presidencia rote entre los tres grupos parlamentarios con mayor presencia ayuda no sólo a legitimar las decisiones: también le da espacios de gobierno y conducción política a la oposición. Es decir, cuenta mucho esta división de espacios para que todas las bancadas acepten las reglas del juego.

Creel injertado en Lorenzo Córdova no hubiera ayudado a la gobernabilidad interna: habría enfrentado el resto del período de sesiones con severos cuestionamientos respecto a su actuar, sus declaraciones, la ambigüedad entre su papel como presidente de la Mesa Directiva y pre pre pre precandidato a la presidencia… y, la verdad, varios de esos cuestionamientos no están alejados de la verdad. Además, tampoco importa tanto golpearlo frontalmente, si se basta y sobra con sus estrategas de comunicación política en TikTok.

Pero, sobre todo, esas tensiones habrían roto acuerdos para la rotación tanto de la Mesa Directiva como de la Jucopo, buscando Morena quedarse con ambas en vez de dejar que el PRI y el PAN las asumieran respectivamente. A final de cuentas, sería el último año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, y al parecer le conviene a los guindas un entorno de encono y radicalización. A veces, desarticular un problema a tiempo es evitarse una tempestad, lo malo es que no hay mucha gente que tenga semejante sensibilidad.

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