Mi lengua es mi casa

Kutääy: Los jamás conquistados es la película de Isis Violeta Contreras que muestra a un grupo de jóvenes de una comunidad ayuujk que cotorrean en mixe mientras andan en patineta y disfrutan en privado de un entorno que a ojos de muchos no pertenecen. En Mamá, Xun Sero nos presenta a una madre tsotsil y su hijo, dos caras de la historia de orgullo y negación del origen. Mientras en Ohuira, lugar sagrado, Iris Villalpando acompaña a los habitantes de la bahía e Ohuira, comunidad yoreme del norte de Sinaloa, que contra todo preserva su territorio y tradiciones.

Esos tres títulos son ejemplos de una producción fílmica que en menos de 10 años ha representado a comunidades que antes solo eran parte de películas de investigación o documentales del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Son parte de la selección de la 4a Muestra de Cine en Lenguas Originarias en México de materiales que se podrán ver en funciones en gran parte del territorio nacional, emisoras públicas y por el sitio filminlatino.mx.

Ejercicios que ponen el dedo en el renglón sobre la urgencia de no perder la línea en torno a las 68 lenguas indígenas y las 364 variantes en todo el territorio nacional que, de acuerdo al lugar común, “están a punto de desaparecer”, cuando se involucran otros factores que asfixian a las comunidades. Entre las múltiples voces que se han unido para señalar esas maneras contradictorias de “cuidar” las lenguas indígenas se encuentra Yásnaya Aguilar, lingüista, escritora y activista mixe, quien mencionó que en 1820 en nuestro país 70% de la población hablaba una lengua indígena, ahora en el siglo XXI, esa cifra se había reducido al 6%, una baja que revela las fallas en las leyes, desarrollo del tejido social y de las sociedades que excluyen y que restan valor a las culturas vivas.

Esta situación no ha sido exclusiva de México, es mundial. Por ello, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) decretó el 18 de diciembre de 2019 que entre el 2022 y 2032 es el Decenio Internacional de Las Lenguas Indígenas, acción con la que se busca preservar, revitalizar y promover las lenguas de los pueblos originarios con objetivo clave: hacer accesibles los derechos humanos para todas, todos y todes.

Con esta declaratoria, los países miembros de la Unesco se comprometieron a establecer diálogos a nivel mundial para el desarrollo de políticas que dejen de mantener en la marginación a los hablantes de los pueblos originarios, algo que he querido resaltar es que para suerte de todas, todos y todes más allá de los planes de las autoridades culturales, los, las y les hablantes de las lenguas indígenas han encontrado canales para hacer presente su cultura, tradiciones, usos y costumbres como la página de Facebook de Víctor Cata “Yoo Dachi” en Cortamortaja, ahí podemos conocer cómo se dicen en zapoteco los colores, las partes del cuerpo, saludos y así poco a poco nos anima a estructurar frases. 

Tiktok también se ha convertido en una plataforma de difusión de las lenguas indígenas, como lo hace Sergio Mendoza en chinateco de Oaxaca, Hñähñu de Hidalgo con Ese Chikitín, Tuz Santos desde Oxkutzcab, Yucatán o Jen Mulini y sus clases de náhuatl. 

Todo esto para recordarles que el próximo 21 de febrero se conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna, efeméride que nos recuerda que aún falta mucho por hacer para valorar su riqueza y legado, así como darnos cuenta, una vez más, que la diversidad siempre va a beneficiar nuestro bienestar social.