Podría ser el medicamento más eficaz contra la obesidad, pero no una ‘cura milagrosa’
Wegovy pronto estará disponible en las farmacias del Reino Unido en forma de inyección semanal autoadministrada'. Foto: Maureen McLean/Rex/Shutterstock

En mis 30 años como investigador de la obesidad, he visto aparecer y desaparecer todo tipo de “curas milagrosas”. Algunas fueron retiradas debido a sus graves efectos secundarios; la mayoría solo tuvieron un efecto relativamente moderado sobre la masa corporal de las personas. Sin embargo, ahora ha llegado una nueva generación de medicamentos, basados en una mejor comprensión de los factores biológicos subyacentes de la obesidad.

Mientras que los tratamientos farmacéuticos anteriores daban lugar a una pérdida de peso del 5-10%, los ensayos clínicos de esta nueva ola de medicamentos informan sobre una pérdida de peso inicial del 15-20%. Funcionan suprimiendo el apetito y desacelerando la digestión para que nos sintamos saciados durante más tiempo.

Uno de estos medicamentos –la semaglutida, vendida bajo la marca Wegovy– pronto estará disponible en las farmacias del Reino Unido en forma de inyección semanal autoadministrada. Los usuarios de las redes sociales que han probado la semaglutida (que se vende en Estados Unidos bajo la marca Ozempic) afirman que el medicamento cambió instantáneamente su relación con la comida, “apretando un interruptor” para apagar el hambre y los antojos. Elon Musk lo ha utilizado, y abundan los rumores de que otros famosos también lo utilizaron.

Suena revolucionario, ¿verdad? Potencialmente, sí, pero solo hasta cierto punto. Estos medicamentos son muy eficaces porque tratan una de las muchas y complejas causas de la obesidad. Cuando comemos, nuestro cuerpo suele liberar “hormonas de la saciedad” para hacernos sentir llenos. No obstante, en las personas que padecen obesidad esto no siempre ocurre, lo cual puede dar lugar a un hambre incontrolada y a una mayor sensibilidad a la comida.

La restricción prolongada de alimentos –también conocida como dieta, algo que la mayoría de las personas con obesidad se ven presionadas a hacer– puede debilitar aún más la respuesta de la hormona de la saciedad. Wegovy contiene la hormona de la saciedad GLP-1, que interviene en los casos en que las hormonas del organismo no lo hayan hecho, potenciando la sensación de saciedad, suprimiendo la ingesta impulsada por la recompensa y aumentando la sensación de control. No obstante, es necesario actuar con precaución. Los efectos secundarios de la semaglutida pueden incluir náuseas, inflamación, diarrea y gases, y se requiere una estrecha supervisión médica a medida que se aumenta la dosis durante las primeras cuatro semanas.

Aunque no cabe duda de que estos medicamentos son una herramienta importante en el tratamiento de la obesidad, solo son eso, una herramienta. El medicamento cumple una función biológica, pero no proporciona apoyo de salud mental ni tratamiento para un trastorno alimenticio. La pérdida drástica de peso puede tener efectos impredecibles en la salud mental: un estudio reveló que casi una de cada cinco personas que se someten a una cirugía bariátrica sufre posteriormente depresión.

Algunas personas que padecen obesidad han utilizado la comida como mecanismo de afrontamiento para lidiar con el estrés o con problemas de salud mental subyacentes, necesitarán apoyo una vez se haya eliminado ese mecanismo de afrontamiento. Los tratamientos para perder peso deberían ser aplicados como parte de un programa de apoyo mucho más amplio que incluya consejos sobre nutrición y conducta alimentaria, apoyo psicológico y actividad física asistida.

El Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica del Reino Unido publicó el borrador de una guía en la que se recomienda que Wegovy esté disponible en el Servicio Nacional de Salud (SNS) para las personas cuyo IMC sea superior a 35, pero por el momento el medicamento solo se venderá a través de farmacias como Asda, Superdrug y Boots. Seguirá siendo necesaria una receta, pero estas farmacias no necesariamente podrán garantizar que el medicamento se utilice como parte de un programa de apoyo más amplio.

La obesidad es compleja y cada vez se reconoce en mayor medida que es una enfermedad crónica y recurrente que dura toda la vida. Podemos mejorar en el tratamiento, pero no hemos encontrado una cura”, añadió Wegovy.

Los profesionales de la salud necesitan recibir capacitación en el tratamiento de la obesidad, tener acceso a diversas herramientas y opciones clínicas con las cuales trabajar, y contar con una base de evidencia que ayude a fundamentar los planes de tratamiento a fin de satisfacer las necesidades de las personas. También se necesita una inversión considerable en servicios especializados de control del peso en las comunidades que más los necesitan.

Aunque la mayoría de las personas a las que se les recete adecuadamente el medicamento experimentarán algunos beneficios, Wegovy no funcionará para todos. Los factores que impulsan la obesidad son diversos, y ningún medicamento trata los factores circunstanciales y psicológicos. Las desigualdades estructurales en materia de salud, la pobreza, los problemas de salud mental y el impacto de los traumas –todos ellos factores que contribuyen al aumento de peso– nunca se solucionarán con una inyección.

Jason Halford es profesor de Psicología Biológica y Conductas Saludables en la Universidad de Leeds y presidente de la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad.

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